The Guardian de Gran Bretaña
De Ian Traynor Desde Moscú
Rusia ha
modificado su doctrina de defensa nacional para hacer más fácil pulsar el botón nuclear
durante una crisis internacional. En la misma doctrina, declara inequívocamente a
Occidente como una fuerza hostil. La nueva estrategia de seguridad nacional, decretada el
lunes por el presidente interino Vladimir Putin y publicada ayer, marca un cambio radical
en la visión rusa del mundo. Introduce una política de contención nuclear
expandida, a la vez que se compromete a resistir las supuestas tentativas
occidentales de dominar al mundo. Este cambio estratégico reduce el nivel de riesgo en el
que Rusia se permitirá utilizar armas atómicas, y representa la primera iniciativa de
política exterior de Putin luego de que reemplazara a Boris Yelstin el 1º de enero. La
doctrina estratégica de Yeltsin, decretada en diciembre de 1997, establecía que las
armas nucleares sólo podían utilizarse en caso de una amenaza a la existencia
misma de la Federación Rusa como Estado soberano. Pero el nuevo documento afirma
que el uso de armas nucleares se permitirá para repeler la agresión armada en caso
de que todos los medios alternativos de resolver una situación de crisis se agoten o
resulten ineficientes. La nueva estrategia afloja sensiblemente las restricciones de
Moscú para recurrir a la alternativa nuclear. El cambio fue parcialmente gatillado por el
hecho de que, mientras las fuerzas convencionales rusas están mal preparadas, su arsenal
nuclear sigue siendo enorme. Son cambios muy sustanciales recalcó el experto
militar Serguei Sorkut que aumentan el énfasis en las armas atómicas, que ahora
pueden usarse en situaciones de crisis. La estrategia de Putin adopta una posición
de mucha mayor confrontación con Occidente. Constituye una actualización estratégica
causada por la expansión de la OTAN en ex países del Pacto de Varsovia y por la guerra
de Kosovo liderada por Estados Unidos. Mientras que la doctrina de 1997 hablaba de una
asociación con Occidente y afirmaba que no existían amenazas de agresión
militar contra Rusia, el nuevo documento dice que existen dos tendencias mutuamente
excluyentes trenzadas en un combate global. Sostiene que el mundo
multipolar promovido por Yelstin, quien quería sumar a India y China como aliados,
está enfrentado a un Occidente bajo el liderazgo de Estados Unidos que busca
explotar su poderío militar para dominar los acontecimientos mundiales. Además, el
presidente interino aprobaría en febrero una nueva doctrina militar que complementaría
en tono y estrategia con la nuclear, reveló Serguei Ivanov, un aliado de Putin y
secretario en el influyente Consejo de Seguridad del Kremlin. El término
asociación ha quedado en el pasado consideró un analista, el
nuevo tono parece sellar un prolongado desencanto con Occidente. Las nuevas
doctrinas podrían ser afectadas por el duro conflicto que se libra actualmente entre el
ministro de Defensa Igor Sergueyev y el jefe del Estado Mayor Anatoli Kvashin. Su pelea se
debe al plan de Sergueyev de crear un nuevo mando consolidado para los mandos de las
fuerzas nucleares: los misiles balísticos, submarinos nucleares y el mando aéreo
estratégico. Kvashin se opone porque perdería su actual rol de coordinador de esos
mandos. El condujo al ejército ruso a la derrota en la anterior guerra chechena de
1994-96, y es odiado por muchos oficiales que consideran que está perdiendo la actual.
Sin embargo, es apoyado por la Armada y la Fuerza Aérea, que resisten el desvío de
fondos al proyecto mascota de Sergueyev: los misiles balísticos Topol-M, probados con
éxito en octubre. Traducción: Gabriel Alejandro Uriarte.
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