Página/12en Chile
Por Pablo Rodríguez Desde Santiago Con una mano
votando, y con la otra los dedos cruzando. Así estarán hoy los ocho millones de chilenos
habilitados para votar que elegirán al próximo presidente de Chile entre el candidato de
la Concertación oficialista, Ricardo Lagos, y el de la derechista Alianza por Chile,
Joaquín Lavín. Van a cruzar los dedos porque el resultado es una incógnita completa:
las pocas encuestas conocidas están otorgando un empate técnico. Y también van a cruzar
los dedos porque, según ambos comandos, cada uno de los votantes en la primera vuelta se
comprometió a pleno en la campaña. Puede darse el caso de que, aunque el 100 por ciento
de las mesas escrutadas se van a conocer antes de la medianoche, alguna de las
candidaturas impugne el triunfo de la otra y haya que esperar al fallo final del Tribunal
Calificador de Elecciones (Tricel). Si es así, además de la incógnita, los candidatos
tendrán que enfrentar en carne y hueso, en Chile, a la sombra que quisieron sacarse de
encima en estos tres últimos días de campaña: Augusto Pinochet, que la semana que viene
podría volver a Chile por razones humanitarias. La primera vuelta electoral,
el 12 de diciembre, había arrojado un cuasiempate. Ricardo Lagos había obtenido el 47,96
por ciento de los votos contra el 47,54 por ciento de Joaquín Lavín. Entre los dos
concentraron el 96 por ciento de los votos válidamente emitidos, lo que hace que ésta
sea una segunda primera vuelta. Y, también, hace que la campaña para este
ballottage haya sido una batalla furibunda. Ambos candidatos renovaron sus propagandas,
las multiplicaron donde la ley lo permitía (radiodifusión y vía pública) y recorrieron
todo el país haciendo puerta a puerta en pueblos alejados de los grandes
centros de población. Sin embargo, a pesar de haber ganado, fue Lagos el que tuvo que
remontar la corriente y cambiar de discurso. Hace un año, casi nadie dudaba de que el
candidato de la Concertación era el próximo presidente de Chile. Pero la campaña de
Lavín, con abundantes fondos y una gran dosis de marketing, con más ofertas que
propuestas, aguó la fiesta de la Concertación. En primer lugar, cambiaron las caras. La
ministra de Justicia, Soledad Alvear, reemplazó como jefe de campaña al democristiano
Genaro Arriagada. Y el sociólogo Eugenio Tironi entró con el objetivo explícito de
convertir a la propaganda de Lagos en piezas perfectas de marketing. Por eso, en el
comando de Lavín dicen que Lagos asimiló y copió el exitoso discurso del candidato de
la derecha.Pero los dos comandos saben que la propaganda no es suficiente. Si Lagos y
Lavín se llevaron casi todos los votos de la primera vuelta, todo aquel que no votó y
puede hacerlo se convierte en oro. Y constituyen nada menos que 800.000 personas. El
candidato de la Concertación tiene algunos números que lo favorecen. Los votos del resto
de los candidatos en la primera vuelta, especialmente los del Partido Comunista, irán en
su mayoría a Lagos, al igual que los sufragios de los 15.000 chilenos residentes en el
extranjero (muy especialmente, en Argentina). De todas maneras, las encuestas favorecen
muy levemente a Lavín. El diario El Metropolitano publicó ayer un sondeo según el cual
Lavín obtendría 50,8 por ciento de los votos y Lagos, el 49,2 por ciento. La fuente,
Jaime Egaña Baraona, no es demasiado conocida. Otros dos sondeos dieron una muy leve
ventaja al candidato derechista y un tercero otorga esa diferencia a favor de Lagos.Un
punto que podría favorecer a Lagos es la noticia sobre la vuelta de Pinochet, ya que
renacería la conexión entre Lavín, ex funcionario de ladictadura, y el anciano
maltrecho. Pero una encuesta de Fundación Futuro indica que el 98 por ciento de su
muestra manifestó que no cambiará su voto por esta razón. Funcionarios del gobierno y
dirigentes del comando de Lagos remarcaron la relación derecha-dictadura. Lagos casi no
lo hizo. Una de las máximas de la campaña para esta segunda vuelta era que no había que
hablar del pasado.La historia chilena presenta varios casos de elecciones reñidas: en
1938, cuando Pedro Aguirre Cerda le ganó a Gustavo Ross por sólo 4000 votos, en 1958,
cuando Jorge Alessandri le ganó a Allende por 33.000 votos, y en 1970, cuando Allende
triunfó sobre Alessandri por 39.000 votos. Pero estas diferencias son menos
significativas hoy, dado el crecimiento de la población y teniendo en cuenta que en la
disputa Alessandri-Allende el dibujo político de Chile era el de los tercios: derecha,
izquierda y centro. Ahora, ese dibujo encuentra a una Concertación democristiana y
socialista que busca su tercer gobierno consecutivo. Y encuentra a una derecha
imprevistamente cerca de volver a ese Palacio de la Moneda que su líder espiritual,
Augusto Pinochet, se atrevió a bombardear el 11 de setiembre de 1973.
SOLEDAD ALVEAR, POR LAGOS
Alegre y propositiva
Por P.R.
Como
ministra de Justicia, la democristiana Soledad Alvear fue la autora de una reforma
judicial considerada la más importante del siglo XX es Chile. Y es, además,
la persona mejor evaluada dentro del gobierno. Con estos diplomas, Alvear tomó a su cargo
la campaña del candidato de la Concertación, Ricardo Lagos, para la segunda vuelta.
Tanto ella como el sociólogo Eugenio Tironi, otra de las nuevas figuras centrales del
comando de Lagos (ver nota principal), cargaron con la sensación de derrota que dejó el
cuasi empate entre su candidato y Joaquín Lavín en la primera vuelta. Quizás por esa
sensación y por una voluntad expresa de no confrontar directamente con Lavín, Alvear
midió cada una de sus palabras ante Página/12. La jefa de campaña de Lagos evitó
hablar de los errores pasados y destacó que esta nueva campaña es alegre y
propositiva. La ex funcionaria aseveró que Lagos ganó en la primera vuelta
por 30.000 votos y vamos a aumentar esa ventaja. Sobre la postura de la derecha de
respaldar un eventual juicio contra Augusto Pinochet en Chile, espero que no sea una
mera cuestión electoral, aclaró.
¿Cuáles fueron los errores de la campaña de la primera vuelta y cómo se
corrigieron?
Nos propusimos encarar un nuevo proceso electoral donde ya se trata de una elección
en el nuevo milenio, y en esa perspectiva buscamos hacer una franja alegre y propositiva.
Además de eso, decidimos focalizar en un fuerte trabajo puerta a puerta y al mismo tiempo
generar un conjunto de alternativas para llegar a los ciudadanos, como por ejemplo el
apoyo de los artistas. Hubo miles y miles de personas a lo largo de todo el país que
hicieron un esfuerzo para llevar nuestro mensaje. Incluso ha habido gente que hizo sus
propios materiales de propaganda, dado los problemas presupuestarios que tuvimos. Esto
indica un gran compromiso.
De lo que usted dice, se desprende que la alegría y las propuestas no estaban tan
presentes en la campaña para la primera vuelta.
Nosotros no miramos hacia atrás. Simplemente quisimos mostrar que estamos de
fiesta. La realidad es que Ricardo Lagos ganó en la primera vuelta con 30.000 votos de
ventaja y nosotros queremos ampliar este margen. Pero tenemos las de ganar. Los chilenos
no quisieron elegir el último presidente del siglo XX, sino el primero del siglo XXI. El
propio Lagos dijo que había escuchado el mensaje de la gente y hemos encarado esta
elección de una manera distinta.
En el comando de Lagos se ha dicho que en la primera vuelta el voto es expresivo y
en la segunda es racional, y que eso lo favorece.
Sí. En esta vuelta los chilenos tienen sólo dos opciones. Y si en la primera
vuelta los chilenos quisieron dar un voto de protesta o de queja, ahora votarán mucho
más racionalmente porque ahora sí están eligiendo al próximo presidente de Chile.
Ricardo Lagos ha sido el candidato puesto para ganar la presidencia de
Chile desde hace mucho tiempo. Ahora estamos en una segunda vuelta inesperada. ¿Lavín se
transformó en la pesadilla de la Concertación?
Fue un candidato bien aplicado. Ha seguido las instrucciones precisas para seguir
una campaña electoral. Por supuesto que nos sorprendió.
¿Esto se extiende también al caso Pinochet? Lavín dice que su ex jefe en la
dictadura debe responder ante la Justicia.
Tengo la absoluta confianza de que cuando lo dice Lagos, así es.¿Cree que
esta postura de Lavín es meramente electoralista o muestra un quiebre de la derecha
respecto del tutelaje de Pinochet?
Durante el gobierno de Patricio Aylwin y durante el gobierno de Eduardo Frei se
enviaron iniciativas legales para averiguar la verdad respecto de los detenidos
desaparecidos en la dictadura. Esas leyes no prosperaron. Ojalá que lo que dice Lavín
sea cierto.
Sin embargo, parece haber algunas diferencias entre el discurso de Lavín y la
postura de los partidos que lo apoyan.
Hace un año, algunos personeros del comando de Lavín estaban extraordinariamente
activos. Y ahora no mencionan el tema. Espero que la postura futura de la derecha sea la
que expresa ahora Lavín.
Pinochet pudo fingir y no hay
dictámenes inequívocos
En una entrevista exclusiva con Página/12, el
neuropsicólogobritánico Jeffrey Alan Howard describe los exámenes médicosque se le
practicaron al ex dictador para permitir su liberación.
Página/12 en Gran Bretaña
Por Marcelo JustoDesde Londres
De
ninguna manera se puede establecer de forma inequívoca que el general Pinochet no está
en condiciones de ser sometido a juicio. El neuropsicólogo Jeffrey Alan Howard es
una de las autoridades más renombradas en esta área clínica de Gran Bretaña. Entre sus
discípulos se encuentra María Wyke, la neuropsicóloga mexicana que formó parte del
equipo de cuatro eminentes médicos que examinaron a Pinochet el 5 de enero y que, según
el ministro del Interior Jack Straw, encontraron de forma unánime e
inequívoca que el ex dictador no podía ser llevado a juicio. María Wyke es
una gran profesional por la que siento el mayor de los respetos y estoy seguro de que, al
igual que los otros facultativos, adoptó todas los recaudos posibles para garantizar la
confiabilidad de los resultados. Pero lo cierto es que no hay una manera inequívoca de
detectar si alguien está fingiendo las respuestas a los tests, indicó Howard a
Página/12.
¿Qué tipo de tests se realizan para determinar si una persona de más de 80 años
tiene, como dio a entender el ministro Jack Straw, la capacidad de comprensión
deteriorada?
Hay muchos tests de memoria, de atención, de velocidad de aprendizaje, de
percepción que han sido normativizados, es decir en los que se toman en cuenta variables
como edad, clase social, sexo, etc. para establecer promedios estadísticos y márgenes de
desviación de la norma y así determinar hasta dónde un individuo se distancia del
puntaje esperado. Estos tests también permiten determinar grados de probabilidad en
posibles casos de Alzheimer o lesión cerebral. Pero le repito que lo que se obtiene es
probabilidad. Nunca hay certeza total.
¿Estos tests psicológicos se combinan con mediciones físicas como los escaneos
cerebrales?
Depende de la condición médica que se sospecha. Si uno piensa que el paciente
está sufriendo de depresión, por lo general no se recomienda un escaneo cerebral. Si en
cambio se tiene un paciente con posible lesión cerebral, como mal de Parkinson, con casi
total seguridad se le hará un escaneo cerebral. Pero tampoco los resultados de los
escaneos son totalmente certeros, y además su confiabilidad depende de lo que intentan
medir. Si un paciente tiene un derrame, la certeza que dan los escaneos es casi total.
Pero en una etapa inicial del Alzheimer, lo único que permiten indicar es una reducción
en el volumen total de tejido cerebral, y como este volumen varía de individuo a
individuo, lo que se consigue es en realidad una tendencia respecto a la norma.
¿Cuán confiables son los tests que se toman para medir los problemas de
comprensión?La capacidad de comprensión se determina por test de conducta. Lo que
se suele hacer, para aumentar la confiabilidad, es usar tests similares en distintos
momentos. En términos técnicos, esto se conoce con el nombre de Coeficiente de
Revalidación de un test. Si no hay grandes discrepancias, este coeficiente permite ser
bastante preciso. Siempre y cuando los pacientes no estén fingiendo.
¿Qué pasa en ese caso? ¿Se puede detectar si alguien finge?
Hay algunos tests para probar si alguien está fingiendo. Pero no son muchos y no se
utilizan en neuropsicología porque por lo general no han sido necesarios. En
neuropsicología asumimos que es en el interés del paciente obtener una medición
fidedigna de sus capacidades a fines de establecer un diagnóstico, y por lo tanto no ha
habido tanto interés en crear tests que permitan controlar la posibilidad de que alguien
finja. Igualmente, en áreas donde sí es importante controlar esto, como encriminología,
cuando por ejemplo se quiere determinar si alguien es un psicópata o no, los tests no han
dado muy buenos resultados. Diría que en los hechos es muy difícil detectar si alguien
finge, como quedó probado en el caso de Ernest Saunders (ejecutivo de la Guinness que fue
diagnosticado con Alzheimer poco antes de su juicio. Hoy en día Saunders es consultor en
temas de Internet, NdlR). Es muy probable que Saunders haya sido entrenado por
neuropsicólogos para dar las respuestas que se esperaban de alguien que tiene Alzheimer.
¿Es fácil o difícil fingir en este tipo de test?
Es difícil. Hay que practicar con bastante asiduidad, no hay que bajar la guardia
en ningún momento, hay que estar con las facultades bastante despejadas para sortear
todas las trampas que hay en este tipo de pruebas. Me imagino que, después del caso
Saunders, cuatro eminentes profesionales como los que examinaron a Pinochet deben haber
estado muy conscientes de ese problema. Por otra parte, Pinochet ha tenido todo el tiempo
del mundo para prepararse para estos tests.
El ministro del Interior Straw dijo que los cuatro médicos habían dictaminado de
forma inequívoca que el general no podía ser sometido a juicio. Por lo que
usted dice es imposible llegar a un dictamen inequívoco.
A nivel clínico es imposible.
FERNANDO DE LA MAZA, POR
LAVIN
Pudimos llegar a mucha más gente
Por P.R.
Francisco
de la Maza es el jefe de campaña de la candidatura de Joaquín Lavín. Al igual que
Lavín, De la Maza pertenece a los cuadros jóvenes formados a fines de los 70 y
principios de los 80 por Jaime Guzmán, cerebro máximo de la dictadura de Pinochet
(él ideó la Constitución que rige actualmente al país) y mentor del gremialismo, el
sector corporativista de la derecha. En 1983, el gremialismo derivó en la Unión
Demócrata Independiente (UDI), en la que De la Maza no participó hasta 1992. Así, De la
Maza es el anillo al dedo de la estrategia de Lavín: está formado en los valores de la
derecha pero tiene un perfil más de administrador y figura independiente que de
político. El líder de este proceso electoral es Joaquín Lavín y si Lagos mejoró
su campaña, es porque ha tendido a imitar el mensaje de Lavín para esta segunda
vuelta, afirmó muy seguro a Página/12. En cuanto al tema Pinochet, De la Maza
considera que es una cuestión de soberanía y que debe ser juzgado como
cualquier chileno, aunque no tengo antecedentes sobre las violaciones a los
derechos humanos de los que se lo acusa.
¿Qué evaluación hace de la campaña para esta segunda vuelta?
La evaluación que hacemos es absolutamente positiva. Se cumplió lo que prometimos:
cubrir más de 80 localidades en todo el país en diez días. Así va a gobernar Lavín,
con mucha presencia a lo largo de Chile.
Lavín está seguro de ganar, a pesar de que en la primera vuelta estuvo 30.000
votos por debajo de Lagos. ¿Qué hicieron de nuevo para remontar la diferencia y sacar
una ventaja, en caso de que ocurra?
Hay tres cuestiones: la presencia del candidato en todo Chile, mucho más aún que
en la primera vuelta, con la que se llegó a más gente. La segunda cuestión es la franja
televisiva, que ha sido muy positiva, muy propositiva, con mucha alegría y dando una
señal de unidad y paz. Y lo tercero es el trabajo en los distritos, donde la gente ha
redoblado sus esfuerzos respecto de la primera vuelta.
El oficialismo dice que Lavín gastó más de 50 millones de dólares en esta
campaña.
Es un mito. Nuestra campaña ha sido muy descentralizada y es muy difícil tener un
recuento final de lo gastado, pero le puedo asegurar que hemos gastado cantidades
infinitamente inferiores a esa cifra. Si sumamos la primaria de la Concertación, la
primera vuelta y esta segunda, no hemos gastado más que Lagos. Por ejemplo, nosotros
tuvimos una productora para elaborar nuestra franja, cuando Lagos tuvo varias, y cuando
además llamó a directores de cine para hacer las grabaciones, etcétera.
¿Reconocen que mejoró la campaña de Lagos?
Queda claro que el líder de este proceso electoral es Joaquín Lavín y que Lagos
ha tendido a imitar su mensaje para esta segunda vuelta. Lagos se dio cuenta de que el
discurso de Joaquín Lavín tenía una gran sintonía con todos los chilenos.
Respecto del tema Pinochet, funcionarios y políticos de la Concertación dijeron
que vuelve el líder natural de la derecha y que ésta ha sido ingrata con él al no
defenderlo en la campaña.
El caso Pinochet afecta a la soberanía y a la dignidad de Chile, y como tal, a
todos los chilenos nos tiene que preocupar que un país extranjero pretenda influir en las
decisiones que sólo competen a Chile. Nosotros siempre hemos apoyado al gobierno en este
sentido, y especialmente al canciller Valdés.
Pero la razón por la que volvería Pinochet no tendría que ver con la soberanía
chilena, sino con un tema humanitario.
Cualquiera sea la razón, lo importante es que los chilenos seamos quienes
solucionemos nuestros problemas.
Bajo un gobierno de Lavín, ¿Pinochet será juzgado?
Eso corresponde al Poder Judicial. El senador Pinochet es sólo un chileno más. Yo
no tengo antecedentes sobre las acusaciones que se lanzaron contra él, pero en todo caso
sólo a los tribunales les compete analizarlas. |
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