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Por Gabriela Carchak Luego de cuatro años de letargo, el cosquilleo por la proximidad de los Juegos Olímpicos comienza a reaparecer tímidamente. La mayor competencia deportiva mundial se iniciará el 16 de setiembre y se extenderá al 1º de octubre, atrapará tanto a los fanáticos como a los espectadores ocasionales que se suman en las competencias que involucran la camiseta argentina, para observar, desde muy lejos, qué lugar ocupa Argentina en el universo deportivo. La posición oficial sobre la actuación nacional es optimista pero cauta. Argentina no obtiene una medalla de oro desde los Juegos de Helsinki, en 1952, cuando Guerrero-Capozzo se impusieron en el doble par. Las nuevas autoridades no prometen nada, apuntan a mejorar antiguas performances, pero no con la obtención de medallas sino con alcanzar posiciones de privilegio, o sea, puestos entre el primero y el octavo. La semana pasada, un deporte olímpico tradicional sufrió un duro golpe interno con la renuncia del entrenador Ricardo Ibarra quien dejó el equipo de remo para aceptar la propuesta del Flamengo. Su equipo había obtenido ocho medallas en los Panamericanos de Winnipeg y dos en el Mundial de Saint Catherines. El nadador José Meolans, el boxeador Omar Narváez, la yudoca Carolina Mariani, el ciclista Juan Curuchet, Carlos Espínola, Marcos Galván y Eduardo García Velazco están decidiendo cuál de los tres se clasifica-defenderán las posibilidades en la Clase Mistral en Vela, son los únicos argentinos con posibilidades reales de acceder a medallas. En las competencias por equipo, el Sub-23 de José Pekerman si consigue la plaza en el Preolímpico que empieza mañana y los de hockey los varones aún deben clasificarse son los que tienen chances. Carlos Siffredi, director de Deportes de la Secretaría de Deporte y Recreación, señaló que la actuación argentina en Sydney será muy buena y los niveles de expectativas apuntan a tener una delegación chica, estimamos que este año viajarán unos 100 atletas en lugar de los 160 de Atlanta 96. Antes iba mucha gente que salía entre el puesto 10 y 30; la idea es que van a ir menos, que va a concentrarse en puestos más altos. Por supuesto su palabra coincide con la de Marcelo Garrafo, flamante secretario de Deportes y Recreación, quien señaló que las medallas nos interesan, pero trataré de no cometer el error de ser exitista después de lo de los Juegos Panamericanos. Las medallas serán situaciones excepcionales, que de ninguna manera van a responder a lo que es el desarrollo del deporte en nuestro país, por eso, la política será para que en el 2008 o 2016 vayamos a los Juegos Olímpicos con verdadero sentido competitivo. José Meolans es el único con posibilidades reales en la natación argentina, según su entrenador Daniel Garimaldi quien mantiene una postura crítica hacia el desarrollo del deporte argentino de los últimos años. La natación, como todos los deportes, necesita de un proceso de selección de talentos para poder evolucionar y esto en Argentina no ha ocurrido hasta ahora dijo Garimaldi. El problema es del Estado. Las medallas que se consigan en Sydney serán producto de los esfuerzos individuales y del trabajo de los equipos que trabajan, por ejemplo, con José (Meolans) o con el kayakista Javier Correa o con alguno de los que hace vela, pero son producto de un grupo y no de una política deportiva, porque no hay ninguna. A pesar de la visión poco entusiasta del entrenador hacia los posibles resultados en Sydney aseguró que confío muchísimo en esta nueva gestión y mi esperanza es que a partir de ahora se empiecen a desarrollar este tipo de trabajos en serio, lo que pasa es que con el presupuesto reducido que tienen tampoco pueden hacer milagros. Espero que se trabaje para eso porque cuando se realiza una política deportiva seria se obtienen resultados importantes. Si en Argentina, producto de una buena política, hubiera 50.000 nadadores federados y no 2000 como hay ahora, tendríamos 40 Meolans y no uno solo y por supuesto sus respectivos logros olímpicos. No sólo Garimaldi prevé una pobre obtención de medallas en Sydney, Ricardo Ibarra afirma que el remo no traerá medallas de Sydney, que aunque el equipo argentino tenga el material humano necesario precisa un ordenamiento más claro y que la falta de recursos impide la preparación específica que los Juegos Olímpicos requieren. Tras su renuncia, la conducción del seleccionado fue asumida por los entrenadores Jorge Molina, Pablo Scuri y Marcelo Tuetto. Ibarra continuará colaborando con la planificación del equipo con vistas al preolímpico de febrero en el Tigre. Pero, aunque la versión oficial sea mesurada a la hora de pronosticar, no todos los responsables de selecciones mantienen las formas de la prudencia. Sergio Vigil, director técnico del seleccionado femenino de hockey sobre césped, uno de los candidatos naturales a ocupar el podio olímpico, aseguró que nosotros queremos ser los primeros y tenemos confianza que si rendimos en nuestras posibilidades podemos serlo. La presión de ser nominados como candidatos no lo asusta y sostuvo que muchas veces se toma eso como una presión y yo creo que se debe transformar en energía y en confianza y saber que si nos postulan como candidatos es por todo el camino recorrido y las cosas demostradas a través del tiempo, así que no debe ser una presión, debe ser una motivación. Vigil afirma que lo del hockey no es un hecho aislado, creo que va a haber una gran sorpresa en Sydney y va a ser el mejor Juego Olímpico de los últimos años para el deporte argentino, porque se va a empezar a ver lo que se trabajó durante estos últimos cuatro años.
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