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Emile Schindler sufre una
grave penuria económica

A los 92 años vive en una casa cedida por B’Nai B’rith y vive con 400 pesos. Con el cambio de gobierno se suspendió el subsidio que recibía. Los actuales funcionarios suponen que ese dinero salía de los fondos reservados.

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Emile tiene 92 años, la asisten dos jóvenes y apenas puede caminar.
De la película de Spielberg y la novela de Keneally no recibe regalías.

Por Raúl Kollmann


t.gif (862 bytes)  ”El 1º de enero del 2000 amaneció soleado y con una temperatura agradable. Para muchas personas, el cambio de siglo y de milenio significó un hecho sumamente importante y sin precedentes. Las esperanzas y los buenos deseos eran la moneda corriente en las calles, pero no así para Emilie Schindler, que con voz acongojada se quejaba en su casa de San Vicente de las vicisitudes económicas por las que pasa al no percibir el subsidio que le dio, hasta hace dos meses, el gobierno argentino”. De esta forma, Erika Rosenberg, biógrafa de Emilie retrató ante Página/12 el durísimo inicio de milenio que vive la mujer que protagonizó en la vida real la película de Steven Spielberg, La lista de Schindler. Emilie cumplió 92 años, prácticamente no puede caminar y no les puede pagar a las dos personas que se turnan para atenderla.Lo que ocurre con la señora Schindler es curioso. Vive en una casa que le cedió hace muchos años la organización filantrópica B’Nai B’rith, que además le da un subsidio de 200 pesos. De manos alemanas le llegan otros 200, pero la fuente principal de los ingresos con los que paga a las dos personas que se turnan para cuidarla, Leandro e Isabel, era un subsidio de mil pesos que le otorgó el anterior ministro del Interior, Carlos Corach. Cuando se produjo el cambio de gobierno, el aporte cesó automáticamente. Página/12 trató de averiguar por qué las cosas se modificaron. En el Ministerio del Interior nadie sabe nada ni figura oficialmente el mentado subsidio. “Seguramente se sacaba de fondos reservados”, explicó uno de los actuales funcionarios de la cartera política. El razonamiento parece encajar: Emilie nunca tuvo que firmar ningún recibo y el dinero le llegaba a su propia casa enviado directamente desde el ministerio. Este diario trató de comunicarse con Corach, pero se encuentra de vacaciones en la India y China.Lo cierto es que Emilie ya no tiene ese ingreso y, por lo tanto, no cuenta con el dinero para pagarles sus módicos sueldos a Leandro e Isabel. Es más, ambos no cobraron ni en diciembre ni ahora. Debe tenerse en cuenta que Emilie está prácticamente postrada y que son muy raros los momentos en los que se puede levantar, ayudada por un bastón, para recorrer la casa. “A Emilie sólo la homenajean con títulos –señaló Rosemberg, indignada-. Y a cierta edad esos títulos son un poco incomprensibles. En definitiva para lo único que sirven es para dar rédito al organizador. Vergonzante es también la postura de ciertos Señores del Mundo, académicos, directores de museos, lugares de peregrinaje, que la asedian con la pregunta: “¿Y frau Schindler, qué va a hacer con las condecoraciones cuando se muera. En nuestro museo hay un lugar reservado para su historia”. Pero lo cierto es que Emilie aún vive, todavía no se ha convertido en la historia de la que esos señores se quieren apoderar.”Rosemberg hace una reseña que impresiona: “En Internet hay páginas y páginas con la historia de los Schindler; el autor del libro de La lista de Schindler, Thomas Keneally, se encontró con ella hace muchos años y le prometió 2000 dólares. Nunca volvió a aparecer. La gente que vendió los derechos de la película hizo desaparecer la primera hoja del contrato, en donde se le adjudicaba el 6 por ciento del producido. Hace muy pocos meses se encontró una valija en Alemania, que le pertenecía a Oskar Schindler, con importantes documentos. En lugar de devolvérsela a la viuda, la enviaron a la redacción de un diario. Se hizo una historia de tapa, la revista vendió más que nunca y, luego, cuando el tema no dio para más, le pusieron el moño de regalo a los papeles y los enviaron al museo de Yad Vashem en Israel. Emilie se vio obligada a buscar un sponsor que pagara a un abogado alemán para representar sus derechos”.A los 92 años, no faltan los que le sugieren que se vaya a un asilo. Emilie Schindler quiere terminar sus días en su modesta casa, rodeada desus perros Rex y Lady, sus árboles, sus plantas, sus modestas pertenencias y su dignidad.

 

POR LOS DECRETOS DE MENEM
Hay más quejas de Storani

El ministro del Interior, Federico Storani, continúa con las quejas por la herencia que le dejó Carlos Corach. Primero fueron los ATN y los manejos sospechosos de esos fondos que el ministerio manejaba en forma discrecional. Ahora el problema son los empleados designados a “último momento”, en el tramo final del gobierno menemista. “Es evidente que en el último tiempo se colocó una cantidad de personal de nivel jerárquico político en la administración deliberadamente, no sólo para asegurarles el trabajo a los dirigentes del partido político de Menem sino además para condicionar al futuro gobierno”, expresó ayer Storani. El ministro explicó que no habrá persecuciones contra nadie y que se revisará la situación de cada uno de los empleados que pasaron de una gestión a otra. “Cada uno puede tener una situación jurídica diferente”, explicó, para justificar la demora en resolver cada caso.

 

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