Por segunda
vez en una semana, varios sectores de Buenos Aires quedaron anegados después de un
temporal breve pero intenso. Ocurrió ayer al mediodía, cuando la lluvia cayó como una
bendición para los porteños que sufrían una sensación térmica de 35 grados, pero les
arruinó el día a todos los que habían planeado una jornada al aire libre. El cielo se
puso negro y cayeron entre 30 y 50 milímetros de agua, según el barrio. Los que más
sufrieron la inundación fueron los habitantes de la Boca y los vecinos de la avenida Juan
B. Justo, en Villa Crespo y Palermo. También resultaron anegadas algunas estaciones de la
línea D de subterráneos. Las autoridades porteñas adjudicaron nuevamente la inundación
a la acumulación de basura en los sumideros. Como dato positivo quedó un descenso de la
temperatura, que hizo más soportable el domingo para los que no veranean: el termómetro
bajó 9 grados en menos de una hora. Después de un amanecer soleado y húmedo, el cielo
se oscureció repentinamente poco después del mediodía. La tormenta comenzó a las
13.10, cuando la temperatura marcaba 32,1 grados y la sensación térmica era de 35. A las
14, el termómetro se había clavado en los 23,1 grados. En ese lapso, cayeron 29,5
milímetros de agua, según el Servicio Metereológico Nacional. Durante la tarde, las
lloviznas se mantuvieron en forma intermitente hasta el anochecer. La lluvia, que alegró
a muchos, provocó las corridas de los que habían decidido pasar un día de picnic o de
los que se encontraban comiendo en las terrazas de los restaurantes de la Costanera. Los
que más sufrieron, sin embargo, fueron los vecinos del barrio de la Boca, especialmente
en la calle Necochea y Espinoza, y en la avenida Almirante Brown, frente al hospital
Argerich, los mismos lugares que se inundaron en la madrugada del lunes, después del
último temporal. También se anegó en varios tramos la avenida Juan B. Justo, donde el
agua en algunos sectores llegaba desde la pared de una vereda a la de enfrente. En algunos
casos, el agua superó los 80 centímetros: se metió en los autos y en las viviendas y
llegaba hasta las rodillas de los transeúntes. Algunas estaciones de la línea D, como
Palermo, también quedaron anegadas. Allí, el agua llegó hasta los andenes, con el
agregado de un olor nauseabundo proveniente del arroyo Maldonado.Según el secretario de
Obras y Servicios Públicos, Abel Fatala, la inundación en la Boca se produjo por
la acumulación de hojas y basura en los sumideros, los mismos que tuvieron que ser
destapados el lunes pasado. Por su parte, el titular de Defensa Civil, Víctor Capilouto,
dijo a Página/12 que después de los trabajos de destape, el agua bajó
rápidamente. Según el funcionario, los anegamientos se produjeron además por la
intensidad de la lluvia: Nuestros equipos de medición detectaron que en Boedo y la
Boca cayeron 48 milímetros en menos de una hora, afirmó. Lo cierto es que los
trabajos de personal de la Dirección de Hidráulica y Defensa Civil permitieron que el
agua drenara en las zonas afectadas. Otra vez había basura, se quejó
Capilouto. No se precisó si fueron los vecinos los que sacaron los residuos fuera de hora
el sábado no hay recolección o si la causa fue el deficiente barrido en las
calles. En Suárez y Necochea hubo que vallar un sector donde se encontraron cables
sueltos. La tormenta, según explicó a Página/12 la pronosticadora de
turno del Servicio Meteorológico, Nadia Giavedoni, se generó en la zona central
del país y se desplazó hacia el este hasta afectar el norte y noreste de la provincia de
Buenos Aires. Todo indica que el alivio será pasajero. Giavedoni pronosticó que la
lluvia persistirá durante el lunes con un mejoramiento del estado del tiempo para el
martes, acompañado por un aumento de la temperatura, que volverá a superar los 30
grados. Tendencia que se profundizará el miércoles y el jueves, días que amenazan con
ser muy calurosos y húmedos.

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La inundación afectó algunas calles de la
Boca.
Cuando destaparon los sumideros, el agua bajó. |
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