|
Por Irina Hauser "Estoy haciendo ciertas averiguaciones para formarme una idea sobre la conveniencia de que Chiappe esté o no en servicio", anunció Hugo Alberto "El Perro" Miranda, el nuevo director de Gendarmería Nacional, mientras un anillo de oro con una piedra negra apresaba su meñique derecho. Ricardo Chiappe es el gendarme que tuvo a su cargo el operativo de desalojo del puente de Corrientes --donde hubo dos muertos-- y estuvo asignado en dos centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar. Su situación se definiría esta semana, junto a una nueva ronda de bajas en la fuerza que está, dice, "en reestructuración". En otro orden, entrevistado por Página/12 Miranda admitió que las fronteras argentinas "son de difícil control" y que no tiene idea de dónde está el ex militar paraguayo Lino Oviedo. --¿Qué novedades maneja la Gendarmería sobre lo ocurrido en Corrientes? --Se mantiene una vigilancia reducida en el puente. Parte de los efectivos serán trasladados lentamente a su base porque la situación tiende a normalizarse. El Gobierno está haciéndose presente con algunas soluciones y otros pedidos que la intervención ha prometido estudiar. --La pregunta apunta a qué información tienen sobre las denuncias hechas por grupos autoconvocados y por la Asociación de Trabajadores del Estado en las que responsabilizan a los gendarmes por la muerte de los dos jóvenes baleados. --El operativo para restituir el tránsito se cumplió sin que hubiera quejas o denuncias. Las quejas registradas son de gente que decía que la habían tomado sorpresivamente o que se cortó la luz. Es que fue un operativo tipo comando. No tenemos registrado ningún lastimado serio excepto el personal nuestro que recibió proyectiles disparados con hondas y demás. En casos así se toma la precaución de que el personal ingrese a ese lugar sin armas de fuego. Porque eso sería perjudicarnos a nosotros. El arma puede caer y alguien apropiarse de ella. --Entonces usted dice que la Gendarmería fue desarmada. --No llevaban armas de fuego. Se ha culpado a la Gendarmería de usar armas de tipo 22. No es cierto, los subcalibres no se admiten. Si el personal llegaba a suponer que la jefatura fomentaba ese tiro indiscriminado que los afectaba, la reacción hubiese sido volverse contra los mandos. --¿Y cuál es su hipótesis? ¿Quienes fueron? --Evidentemente ha habido gente, grupos organizados, que dos horas después del desalojo, desde zonas vecinas al puente se dedicaron a adquirir blancos inocentes o de Gendarmería probablemente para provocar muertes que sirvieran para una utilización política o para generar una reacción contraria a las fuerzas que actuaron. Pero lo más importante es que la investigación de esto no la hacemos nosotros, ni la hace la justicia federal sino la justicia provincial. --Sin embargo, la Gendarmería ha abierto un sumario interno. ¿Por qué? --Estamos haciendo actuaciones internas que pueden ser agregadas o no a la causa judicial y que nos permiten analizar la conducta de los mandos. --¿Qué surgió de ese sumario hasta el momento? --Los que relaté. No había personal con armamento con munición de guerra. --¿Qué pruebas hay? --Cada uno de los hombres antes de un operativo es revisado. El tema está en que cuando se comprueba lo contrario no es sólo el que pudo haber cometido el exceso o el error el culpable sino toda la cadena de mandos. --¿El máximo responsable de esta cuestión sería Chiappe? --El responsable de llevar adelante el operativo y dirigir las acciones, de definir el momento exacto de cada una de ellas en este caso fue él, según las instrucciones del Poder Judicial. --¿Las órdenes de la Justicia fueron cumplidas? --Fueron estrictamente cumplidas. Se esperó que agotaran las instancias vía negociación hasta que la Justicia y los usuarios determinaron que se disponga el desalojo del puente, porque es una vía que debe mantenerse libre, porque se afecta el transporte de mercaderías, los hospitales entran en emergencia. Se ha hecho uso de los medios menos lesivos posibles. --¿Y por qué se ha responsabilizado a la Gendarmería por las muertes? --Cuando usted tiene una situación desgraciada se solidariza con el que aparece más débil y culpa al que parece más fuerte. Pero no conozco ninguna denuncia concreta. --Chiappe, que era el gendarme responsable del operativo, estuvo asignado durante la represión en los 70, en dos centros clandestinos de detención (Campo de Mayo y La Perla). ¿Quién es Chiappe? --No estoy en condiciones de decirle si él prestó servicio en algún lugar y no conozco acusaciones concretas. Sí le puedo decir que si estuvo tendría una muy baja jerarquía. Segundo, el rol institucional era participar en la lucha contra la subversión, dar seguridad, participar en operativos como se hacía en Tucumán, dentro de un esquema y bajo los controles que suponen que no había abuso. Que uno haya estado en un determinado lugar no implica que haya violado los derechos humanos. --¿Se lo está investigando al respecto? --No hay ninguna investigación formal sobre esta situación. --¿A usted no le interesaría tener más precisiones sobre Chiappe? --Estoy reuniendo mayor información que no estoy en condiciones de comentar, para tomar decisiones respecto de Chiappe u otros en base a la cual voy a tomar una determinación institucional. Estoy haciendo ciertas averiguaciones para formarme una idea sobre la conveniencia de que Chiappe esté o no en servicio. --Con Chiappe parece repetirse el mismo patrón que en 1997, cuando se supo que el jefe de Gendarmería enviado para reprimir la pueblada de Neuquén, Eduardo Vicente Jorge, había sido el responsable del principal centro de exterminio de Tucumán durante el Proceso. ¿Existe voluntad de separar a quienes están acusados de violaciones a los derechos humanos? --Los casos en que existían elementos, la mayoría fueron separados. --¿Pero hay algún caso concreto en análisis? ¿Y Jorge? --El jefe del operativo de Neuquén ya fue objeto de estudio. Ahora se está reuniendo información para ver si ha surgido algún elemento nuevo. --¿Los casos de Chiappe y de Jorge cuándo se resolverían? --Lo más pronto posible, calculo la semana que viene. --Usted fue subsecretario por Gendarmería en la Secretaría de Seguridad Interior con Miguel Angel Toma. ¿Cómo era su relación con él? --Traté de colaborar en la medida que el poder político lo requería. Tenía buena relación. Lo que puede cambiar es que este Gobierno haga un esfuerzo en un sentido que el otro no hizo, o no hizo tanto. Está la clara intención de atacar los delitos, el terrorismo, el contrabando, la piratería del asfalto, delitos complejos. --¿Cómo describiría la situación actual de las fronteras? --Son muy extensas, de difícil control, hay 14 mil kilómetros de frontera. Gendarmería abarca 9200 kilómetros con 17 mil hombres. Por eso también hay un dispositivo de control hacia el interior del país y una actividad de reunión de información, no quiero decir "inteligencia" porque suena mal, para identificar vías de penetración, lugares de concentración de mercadería, inmigrantes ilegales o tráfico de droga. --El Gobierno dice que Lino Oviedo entra y sale del país ¿La Gendarmería lo está siguiendo? --No escuché que dijeran eso. --¿Ustedes saben dónde está Oviedo? --En este momento no tengo datos fidedignos. Oviedo no tiene captura en Argentina, lo que tiene es que ha perdido su condición de asilado político y en consecuencia estaría en situación irregular desde el punto de vista migratorio. Si es localizado, tenemos que detenerlo. Pero mientras no haya pedido de extradición, no tenemos que buscarlo.
|