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La primera lucha será contra el contrabando, tal como le había prometido a la Unión Industrial Argentina (UIA) la semana pasada. El ministro del Interior, Federico Storani, calculó que "se contrabandean 2000 millones de pesos por año". Pero habrá más "luchas" del gobierno. La segunda será contra la evasión y en la agenda de la próxima reunión no faltarán el narcotráfico y el terrorismo. Los encargados de las oficinas y de las fuerzas de seguridad se encontraron ayer por primera vez en la Casa Rosada para conformar "un grupo de trabajo permanente". Aunque no se mencionó, el encuentro sonó como algo muy parecido al Consejo de Seguridad unificado que el ahora jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, planteó en algún momento y que sueña con presidir. El primer gran enemigo, entonces, será el contrabando. Un enemigo por el que nadie --ni aquí ni afuera-- osaría levantar un dedo fue el blanco elegido por el presidente Fernando de la Rúa como primer objetivo de su gobierno. Ayer abrió el encuentro ordenando la confección de un plan integral para dar "una lucha frontal al contrabando" de manera de proteger a la industria nacional. Un compromiso al que el Presidente le había puesto la firma cuando recibió a los quejosos hombres de la UIA. Ayer, luego del encuentro, los funcionarios no se cansaron de demostrar con todos los calificativos posibles lo perjudicial que resultaba el contrabando. "Es la peor competencia desleal con base en el delito", dijo el ministro del Interior, Federico Storani quien actuó de vocero junto a Ricardo Gil Lavedra, ministro de Justicia. Fue un encuentro amplio, casi una minirreunión de gabinete. Estuvieron también el ministro de Economía, José Luis Machinea, junto a su segundo, Mario Vicens; el secretario de Seguridad, Enrique Mathov; la de Política Criminal, Patricia Bullrich; el de Lucha contra el Narcotráfico, Lorenzo Cortese; el subsecretario de Migraciones, Angel Roig, y el titular de la AFIP, Carlos Silvani. Además, participó Santibañes y los flamantes jefes de las fuerzas de seguridad: el jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, el de la Prefectura, Juan José Beltritti, y el de Gendarmería, Hugo Miranda. Semejante despliegue recordó la idea de Santibañes de armar un Consejo de Seguridad que aglutinara a los mismos funcionarios que --algunos más, algunos menos-- estuvieron ayer para poner en común políticas que --de la misma forma que sucede en Estados Unidos-- exceden a las tareas habituales de cada área. Por ejemplo, que todos pongan en común información para perseguir a los evasores. Con todo, uno de los funcionarios que participó del encuentro aseguró a Página/12 que la posibilidad de crear un Consejo no se tocó. Pero De la Rúa sí habló de crear un cuerpo permanente para que se ocupen de atacar a los enemigos que se impuso el Gobierno. Así, Mathov contó que en una segunda reunión que se realizará en 15 días se tratarán los temas de narcotráfico y terrorismo. Hasta entonces, Mathov se ocupará de coordinar los informes de las fuerzas de seguridad a su cargo y los de los controles de fronteras. Vicens, en tanto, recopilará los datos de la AFIP y las secretarías que dependan de Economía. Con toda esa información, se verán de nuevo en dos semanas a resolver las primeras medidas a tomar. Storani imaginó un gran operativo que no deje metro cuadrado sin custodiar. Incluso, pensó en la posibilidad de realizar tareas de inteligencia también en los países vecinos que se presume son el origen de las mercaderías que se contrabandean. "Esto es lo que tiene que coordinarse de manera muy efectiva, tiene que controlarse el paso de los ríos, los puestos terrestres, selváticos, también el espacio aéreo", se explayó. El ministro adelantó que ya se habían tomado medidas en forma inmediata para reforzar los controles aduaneros en los pasos fronterizos. "Es muy importante el volumen económico en juego, fundamentalmente en lo que significa de pérdida en el país esa no tributación, por ejemplo, porque estos productos no pagan impuestos", agregó Storani quien se hizo eco del reclamo de los industriales al recordar el momento actual "en que la industria argentina está fuertemente afectada y golpeada".
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