|
--Bueno, tordo, vamos. Así decidió Diego Maradona partir rumbo a La Habana para comenzar su tratamiento de recuperación, lo que concretaba anoche en un vuelo de línea de la empresa Cubana de Aviación, con hora de despegue 0.45, teniendo a su médico personal, Alfredo Cahe, como interlocutor. La comitiva, como era de esperar, resultó nutrida: a Diego lo acompañaban su mujer, Claudia Villafañe; su apoderado Guillermo Cóppola; sus padres Diego y Dalma Maradona; sus hijas Dalma Nerea y Giannina Dinorah; Cahe, el cardiólogo Mario Shiter (que viajaba con un equipo de terapia intensiva por si surgía algún problema durante las ocho horas de vuelo) y el neurólogo Raúl Arteaga. Maradona será alojado primero en la clínica Servimed, en La Habana, y una vez estabilizado, será llevado a la provincia oriental de Holguín para iniciar el tratamiento contra la adicción. "Ningún tratamiento puede asegurar un ciento por ciento de resultado óptimo", dijo Cahe ayer. "Pero Diego está guapo como nunca, dice que va a salir. Creo que el hecho de concretar el traslado lo tranquilizó enormemente." El médico aseguró que las autoridades sanitarias cubanas serán las que decidan los pasos a seguir. "Quieren ver el caso en Cuba, ponernos un poquito en paz con Diego y después ver cómo continúa el tratamiento", manifestó Cahe, quien añadió que su paciente se encuentra "estable dentro de los parámetros de la importancia de su enfermedad cardíaca". Cóppola justificó su presencia en la caravana en el hecho de que "los especialistas recomendaron que del tratamiento participemos todos. Los padres, la esposa, las hijas y yo también, porque los médicos me consideran como parte del núcleo familiar", explicó. Durante todo el día se especuló con el destino final de Maradona que, como había informado este diario en su edición de ayer, se negaba a viajar al exterior y pretendía retomar sus vacaciones en Punta del Este. Charlas profundas con su mujer y con Cahe lo convencieron, sobre todo una vez que se decidió que Cuba sería el destino final. A la mañana, Cóppola aseguraba que Boca Raton, en los Estados Unidos, sería el destino prioritario. El apoderado concurrió incluso a la embajada de ese país en la Argentina, a fin de solicitar una visa humanitaria para el astro --que en circunstancias normales tiene negada la entrada a los Estados Unidos-- pero encontró cerrada la representación diplomática, al conmemorarse ayer el Día de Martin Luther King. Cóppola recordó que el ex jugador había intentado internarse en esa clínica en junio pasado, pero en esa oportunidad no pudo hacerlo porque fracasó el trámite por el visado. "Si Diego hubiese podido ingresar a ese país en junio --comentó--, tal vez ahora no estaríamos atravesando este momento preocupante para su salud." Más tarde, Cahe señaló haber recibido "un fax condicionando" el viaje a Boca Raton, y dijo que los centros asistenciales cubanos serían adecuados, "no sólo en lo neurológico sino también en lo cardiovascular. Para Maradona necesito un lugar donde, más que la sofisticación técnica, tenga paz", explicó. El tratamiento de recuperación al que se someterá Maradona en Cuba se extendería por un período de tres a seis meses como mínimo, y los costos que le demandarían los primeros noventa días de internación rondarían los 15.500 dólares. Un mes de internación en el Clark Institute de Toronto (clínica descartada por razones de "idioma, clima y seguridad") estaba valuado en 10 mil dólares. Según el parte médico difundido ayer por la clínica Sacré Coeur, el estado cardiovascular de Maradona continuaba estable, aunque recomendaba al paciente continuar con "el descanso y la medicación recomendados", al menos en los "próximos días", una sugerencia evidentemente ignorada al decidir el viaje. EL COCAL Y EL QUINQUE, EN LA PROVINCIA DE
HOLGUIN
Dos clínicas cubanas de rehabilitación para adictos, ubicadas en la provincia oriental de Holguín, en Cuba, estaban listas para recibir hoy a Diego Maradona, según confirmó ayer oficialmente el jefe del departamento de Servicios Médicos Internacionales de la firma Cubanacan Turismo y Salud, Julio Castañer Pérez. Se trata de los centros de El Cocal y El Quinqué en las que, según sus estadísticas, se recupera el 45 por ciento de los enfermos. Los médicos cubanos conversarán en La Habana con Maradona para ver en cuál de las dos clínicas será rehabilitado. "Lo tenemos todo planificado, pero la actitud que se adopte va a ser consultada por el grupo de profesionales con la familia de Maradona y si es preciso con el propio ex capitán de la Selección argentina", señaló Castañer. El tratamiento a un paciente como Maradona significaría un internamiento de tres meses como mínimo, aseguró. En la primera semana, explicó Castañer, el enfermo es sometido a una evaluación para conocer en qué grado de farmacodependencia se encuentra. Después se lo trata con psicoterapia de grupo o individual, sin la utilización de medicamentos. Sólo se recomiendan calmantes si el paciente se halla en un grado de deterioro muy grande y sus síntomas llegan a un estado de esquizofrenia o psicosis por volver a consumir droga. Luego del período mínimo, se someterá a Maradona a un sistema de reciclaje, por el que regresará a la clínica a evaluaciones hasta que se haga efectiva la rehabilitación. El Cocal y El Quinqué cuentan con gimnasio, piscina, salas de billar y otros entretenimientos que incluyen paseos a instalaciones turísticas en la medida en que el paciente se va recuperando. "Nos llegó un informe muy completo de Cuba, donde se nos muestra todo lo que dispone, que es muy alentador, no sólo en lo neurológico sino también en lo cardiovascular", había expresado el médico de Maradona, Alfredo Cahe, a la hora de explicar por qué se había elegido Cuba como el lugar para iniciar el tratamiento.
|