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El País Por Isabel Piquer La cámara y los sensores envían los datos que reciben a una computadora portátil, que el paciente lleva en la cintura. Esta procesa la información, utilizando una sofisticada tecnología para descifrar imágenes y reducirlas a un mensaje sencillo, y la envía, en forma de impulsos eléctricos, a 68 electrodos implantados en la superficie del cerebro, en el cortex visual, el que normalmente recibe la información de los ojos. Al ser estimulado, cada electrodo produce de uno a cuatro puntos de luz, llamados fosfenos (comparables a estrellas en la noche), que componen así una "visión" aproximada del objeto. El paciente recupera una agudeza visual de unos 20/400, en una imagen "túnel", puesto que sólo abarca el punto que está mirando la cámara. Puede leer unas letras de cinco centímetros a metro y medio de distancia. Con una mejor tecnología --más electrodos y computadoras más potentes-- el sistema puede proveer una "cura" para la mayoría de los casos de ceguera infantil y adulta. "El cerebro de los videntes responde de la de misma forma que el de los ciegos, así que el sistema también puede utilizarse para las personas con muy poca visión", asegura William H. Dobelle, fundador del instituto que lleva su nombre, y jefe del equipo de investigación que desde 1968 está trabajando en este ojo artificial. Por ahora el equipo ha sido implantado en un solo paciente-cobayo, Jerry, de 62 años, que se presta voluntariamente a las investigaciones del equipo desde 1978. Jerry perdió la vista cuando tenía 36 años, después de un trauma en la cabeza. En una demostración ante la prensa, el paciente fue capaz de desplazarse en una habitación, tomar un sombrero colgado de la pared y andar unos pasos más para colocarlo en la cabeza de un maniquí. Los médicos explicaron que el hombre ha podido, por ejemplo, viajar en el subterráneo de Nueva York. El invento no tiene como objetivo que los ciegos puedan leer sino que "vean" lo bastante como para poder desplazarse. A la larga podrán incluso consultar Internet. Basta con conectar una televisión o una computadora, a través de un transformador electrónico especial, al sistema que decodifica las imágenes y las manda a los electrodos, para que el paciente "vea" un programa o una página de la red, de la misma forma que "ve" lo que le envían sus gafas. Detalles del nuevo sistema aparecen en el último número de la revista de la American Society de órganos artificiales internos (ASAIO). El descubrimiento es distinto al anunciado el pasado diciembre en Estados Unidos de un "ojo biónico": el implante de un microprocesador de silicona directamente en la retina. El chip codifica la imagen, utilizando un complejo código de descomposición de la luz, para luego mandarla al cerebro, una vez transformada en impulsos eléctricos. El sistema se había dado a conocer después de despertar la esperanza en un ciego famoso: Stevie Wonder.
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