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HABLA EL MEDICO JEFE QUE EXAMINO A PINOCHET
"No creo que pueda mejorar"

El domingo, el jefe de la junta médica que examinó a Pinochet complicó su liberación "humanitaria". Aquí se explica.

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El País
de Madrid

Por Ernesto Ekaizer
Enviado especial a Londres

t.gif (862 bytes)  Sir John Grimley Evans tiene 63 años y es profesor de clínica geriátrica en la Universidad de Oxford, ciudad en la que vive. El profesor Grimley formó parte del equipo de cuatro médicos que examinó al general Augusto Pinochet el pasado miércoles 5 de enero en el Northwick Park Hospital; el dictamen fue completado por el equipo médico, en la tarde del día siguiente, el jueves 6, para ser enviado, esa misma noche, al Ministerio del Interior británico. Ayer por la mañana, el profesor Grimley aceptó explicar su punto de vista en una amplia conversación telefónica con este diario. "No somos una banda de médicos que le dictamos al ministro del Interior, Jack Straw, lo que debe hacer. Quiero dejar claro esto", advirtió.

--El ministro Straw ha anunciado que su decisión de no extraditar al general Augusto Pinochet se basa en que los doctores que le revisaron estiman que no está en condiciones de someterse a juicio. ¿Ese es su diagnóstico?

--Déjeme enmarcar primero el problema. La capacidad o incapacidad de una persona para someterse a juicio supone considerar dos elementos. El primero, la capacidad en términos del estado de salud de una persona. Y en segundo lugar, los preceptos legales del país que requiere la entrega de una persona. Yo soy un médico y sólo me pronuncio sobre el primer punto; el segundo es un asunto de abogados, de la ley. El único punto sobre el que me puedo pronunciar es el estado de salud del senador Pinochet.

--Tanto el comunicado del Ministerio del Interior como la comparecencia del ministro Straw ante la Cámara de los Comunes, el pasado miércoles 13, atribuyen al equipo médico la "unánime" e "inequívoca" conclusión de que Pinochet "está incapacitado para someterse a un juicio". ¿Es eso correcto? --Quiero insistir en otras dos razones. Nosotros no somos una banda de médicos que hemos dictado al ministro Straw lo que debe hacer. Por otra parte, le comento que la incapacidad en un país no lo es en otro país.

--Pero el ministro se basa precisamente en lo que ustedes han afirmado.

--La gente puede haber interpretado mal lo que él quería decir, pero creo que su planteamiento ha sido correcto. Lo que yo quiero subrayar es que mi obligación respecto a los aspectos de salud no pretenden invadir la jurisdicción del proceso legal. En otras palabras, lo que decimos los médicos debe ser interpretado dentro de la totalidad del procedimiento legal... Ni yo ni mis colegas tenemos experiencia en leyes.

--Ha llamado la atención la celeridad de los acontecimientos, profesor Grimley. Ustedes examinaron a Pinochet el miércoles 5 y la tarde del jueves 6 ya enviaban el dictamen a Straw.

--Es correcto, sí.

--¿Y enumeraron ustedes una lista de los problemas de salud?

--Sí, correcto.

--¿Hasta qué punto ha sido "inequívoca" la conclusión?

--Hay dos terrenos que es necesario diferenciar para aplicar el término "inequívoco". Uno es el de los problemas que presenta la salud de Pinochet y el otro es el de si ese estado lo muestra incapacitado para someterse a juicio. Hemos hecho una revisión y hemos reseñado en un informe los problemas de salud del senador Pinochet. Pero otra cosa es el concepto de incapacidad que, como le acabo de señalar, no es objeto de nuestra consideración como médicos, no forma parte de nuestra obligación ni de nuestro conocimiento legal.

--Pero el informe fue realizado en el contexto de un procedimiento judicial.

--Sí, en efecto. La incapacidad o no de Pinochet para ser sometido a juicio ha sido, obviamente, el contexto del informe, una de las cuestiones relevantes desde el punto de vista legal. Creemos que los asuntos legales son los más relevantes. El interés público no estaría protegido por la consideración de los doctores, sino por las cuestiones legales en juego.

--El informe es confidencial aun cuando fue realizado con el propósito de producir efectos judiciales, por ejemplo la libertad o no de una persona. ¿Es eso irreversible?

--En el Reino Unido la confidencialidad y privacidad de los informes médicos constituyen una prioridad.

--No parece ser la opinión de juristas e incluso de algunos médicos forenses británicos, algunos de los cuales afirman que si una parte posee el informe, sería lógico que la otra también pueda tener acceso al menos a conclusiones que tienen influencia en el terreno judicial.

--No soy experto, como le dije, en cuestiones legales. Quizá ellos puedan aclarar mejor este punto. Quizá en España sea así, no lo sé.

--El ministro Straw ha informado en la Cámara de los Comunes que ha tenido en cuenta para decidir contra la extradición el hecho de que Pinochet no estaría en condiciones de hacer un seguimiento del juicio, ni dar instrucciones inteligibles a sus abogados, ni ofrecer una declaración coherente en lo que se refiere a recordar los hechos. ¿Eso ha sido extraído del informe médico?

--Ya sabe usted que el informe es confidencial. No puedo contestarle.

--La eventual recuperación que pudiera experimentar el senador Pinochet, ¿está descartada?

--Los médicos, como usted sabe, no utilizamos las palabras "nunca" y "jamás". Trabajamos con probabilidades. Yo diría que la idea es que no tenemos una razonable expectativa de que la salud del senador Pinochet experimente una recuperación. Pero ya digo que no podemos ser en esto categóricos.

--Usted ha dicho que un segundo examen médico podría ser una opción. ¿Cree que podría ser conveniente?

--Es un asunto que me tiene indiferente, completamente indiferente. Yo no conozco las implicaciones legales. No tengo nada personal en relación con el desenlace que vaya a tener el senador Pinochet. Sería interesante ver el resultado al que podría llegar un segundo examen. No puedo decir que esté a favor ni en contra.

 

CLAVES

* Hoy vence el plazo para que las partes de la acusación presenten ante el ministro del Interior británico Jack Straw sus objeciones a la liberación de Pinochet por razones de salud.

* Pero, como el parte médico es reservado, el éxito de esas objeciones parece lejano.

* España transmitió ayer la presentación del juez Baltasar Garzón, que pidió una nueva junta médica y la posibilidad de interrogar al general en Londres. Pero Madrid también dijo que no apelará lo que decida Straw.

* De este modo, el gobierno conservador de José María Aznar queda bien con Dios y con el Diablo: no obstruye el curso de la acusación de Garzón (para no debilitar su frente interno), al tiempo que guiña a Straw para que se saque el "problema" de encima. Las elecciones anticipadas del 12 de marzo, en que el Partido Popular lleva de cuatro a seis puntos de ventaja a los socialistas, no están fuera de esta maniobra.


Hebe ante el ex dictador

"Cuando se descubra que Pinochet no está tan gravemente enfermo como dicen en Londres, será otra batalla ganada para la justicia". Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo, manifestó ayer de este modo la esperanza de que se realicen nuevos exámanes médicos que retengan al ex dictador bajo arresto. Sobre el accionar del ministro del Interior británico Jack Straw, Bonafini declaró enfáticamente que "el Reino Unido es tan humano con Pinochet como inhumano con nuestros hijos". "Quien perdona a los asesinos es como los asesinos". Dijo además que no le merecía "ninguna confianza" la promesa del presidente electo chileno Ricardo Lagos de poner a Pinochet a disposición de la Justicia chilena.

 

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