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España vota por su unidad territorial

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Las legislativas se adelantaron al 12 de  marzo. Socialistas y populares se acusan de  atentar contra la unidad de España para ganar


t.gif (862 bytes)  El presidente del gobierno español, José María Aznar, anunció ayer, tras un Consejo de Ministros extraordinario, que las Cortes Generales (Congreso de Diputados y Senado) quedaban disueltas y el próximo 12 de marzo se celebrarán elecciones legislativas a esas Cortes. Después Aznar presentó al rey las medidas. La campaña electoral comenzará de forma oficial el próximo 25 de enero. Pero los partidos políticos ya la iniciaron sin ningún tipo de reparos el pasado fin de semana. Y la unidad de España y su cohesión territorial se convirtieron en la primera polémica preelectoral entre los dos partidos con posibilidades de ganar las elecciones generales del próximo 12 de marzo.

El presidente del gobierno y candidato a la reelección por el derechista Partido Popular (PP), José María Aznar, y el secretario general y candidato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Joaquín Almunia, se acusaron mutuamente de estar dispuestos a romper la cohesión nacional con tal de alcanzar el poder. En el trasfondo de estas acusaciones está el convencimiento de que ninguno alcanzará la mayoría absoluta, por lo que requerirá del apoyo de una tercera fuerza para gobernar. Y que esta fuerza serán los nacionalistas.

Aznar, que clausuró en Madrid un foro con militantes y dirigentes de su partido sobre La España constitucional, hizo una oferta genérica de consenso en favor de la Carta Magna. "En España nos van bien las cosas cuando hemos ejercido el diálogo", manifestó. Pero esta oferta de mano tendida fue acompañada de un ataque a los socialistas. Tras calificarlos de "nuevos conservadores", se refirió, sin citarlos, a los pactos "tácticos" pre y poselectorales alcanzados por el PSOE con fuerzas nacionalistas. Frente a estos pactos surgidos "tras las bambalinas", según sus palabras, Aznar propugnó la "claridad en los programas y en los acuerdos políticos que se busquen tras la contienda electoral" y diferenció "las propuestas disgregadoras" de aquellas que pretenden una Europa integrada.

Por su parte, Almunia se mostró, ante más de 3000 personas reunidas en Madrid, dispuesto a "integrar a los nacionalismos democráticos en el gobierno de España, pero no a desintegrar España con tal de gobernarla, que es algo muy distinto". Almunia acusa al Ejecutivo del PP de haber cedido a las reivindicaciones nacionalistas todo lo que ha sido preciso con tal de asegurarse los cuatro años de legislatura que hoy concluye.

 

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