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 Las tropas
rusas rompieron ayer en el este y sudoeste las líneas chechenas en su capital de Grozny,
y estarían cerca del centro urbano. Fuentes del mando ruso aseveraron que de hecho ya se
combatía en la plaza Minutka, el centro mismo de la ciudad. Oficialmente, los partes de
guerra rusos no revelaron la profundidad del avance, pero afirmaron que las penetraciones
se “ampliarán” en el curso de dos o tres días. El mando checheno admitió
haber perdido un puente que conectaba las mitades oeste y este de la ciudad. También
denunció que Moscú había utilizado “treinta proyectiles” con gases tóxicos.
Sobre lo que viene, un oficial ruso aseguró que “de aquí a una semana” la
capital sería conquistada. En una visita ayer al frente, el ministro del Interior
Vladimir Rushailo afirmó simplemente que el asalto contra Grozny estaba “en su fase
final”.¿Cuál fue la clave del súbito avance ruso de ayer? En principio, una
escalada del poder de fuego utilizado contra la ciudad. En los últimos días la aviación
rusa batió record tras record en el número de misiones de bombardeo que ejecutaba contra
objetivos en la ciudad. También se informó que su apoyo a la artillería rusa es mucho
más estrecho, con bombardeos que se suspendían inmediatamente antes de que entre el
asalto terrestre. O no siempre. Un soldado ruso se quejó ayer de que su unidad recibió
órdenes de atacar un edificio que todavía estaba siendo bombardeado. Por su parte, los
guerrilleros chechenos dijeron que los avances rusos estaban siendo apoyados muy de cerca
por tanques y blindados. Estos estarían sufriendo “numerosas bajas”, sin
embargo. Como siempre, las cifras de bajas presentadas por Moscú fueron mínimas. Los
beneficios de la toma del centro de Grozny serían dos. Militarmente, ocupar el centro de
la ciudad eliminaría la capacidad de los chechenos de afianzar sectores amenazados del
perímetro con refuerzos desde sectores tranquilos. En el frustrado asalto de Navidad, fue
notable la movilidad de los guerrilleros que se trasladaban en vehículos civiles de un
lado a otro de la ciudad. Pero el mayor beneficio sería simbólico. Con el centro
conquistado, el Kremlin podría desestimar la resistencia restante como “bolsones
aislados” y proclamar la victoria en el “operativo antiterrorista” que
desató en octubre. Resumiendo el espíritu de optimismo reinante en el mando ruso, un
general explicó que, “en Grozny no hay ni luz ni calefacción. Los guerrilleros
tienen poca comida y munición, y no pueden recibir refuerzos. No pueden resistir mucho
más".
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