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RUBENS CORREA, DIRECTOR DEL
INSTITUTO NACIONAL DEL TEATRO,  EXPONE SUS PLANES
"Queremos llevar el teatro a los barrios populares"

El flamante funcionario admite de todos modos que el instituto sólo podrá otorgar nuevos subsidios si el Comfer les paga lo adeudado. Correa pretende fortalecer el rol social del teatro.

Rubens Correa considera que el principal inconveniente que deberá afrontar será el del Presupuesto.
Los recortes que sufrió el instituto para este año obligarán a hacer un ajuste.

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Por Hilda Cabrera

t.gif (862 bytes)  Designado nuevo director ejecutivo del Instituto Nacional de Teatro, y ya en funciones, el director Rubens Correa, nacido en Olavarría pero con casi toda su trayectoria teatral concretada en Buenos Aires (realizó alrededor de 50 puestas), considera que uno de los asuntos más urgentes a encarar sigue siendo el Presupuesto. En diálogo con Página/12, dice haber tenido buena recepción de parte de las nuevas autoridades del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer), en estos momentos deudor del Instituto: "El interventor mostró buena voluntad, pero me pidió que lo esperara unos días hasta tener en claro la situación", apunta Correa. En principio, el Presupuesto de este año aparece comprometido por una deuda anterior. "De los 7,1 millones disponibles (el Presupuesto es de 8,3 millones, pero se le resta el aporte al Tesoro nacional), una partida de poco más de 5 millones ha quedado comprometida por una deuda de 2,7 millones del '99. Esa partida está destinada al pago de subsidios a salas y grupos, a programas de mantenimiento y al plan Trescientas Ciudades, para fomento de las comunidades", precisa.

--¿Quiere decir que no habrá nuevos subsidios?

--Primero tenemos que resolver este problema. Existen dos conflictos básicos con el Comfer: uno es la diferencia de criterio en el cálculo del aporte. Al Instituto le corresponde el 8 por ciento del total de lo que ese organismo percibe de las empresas de televisión y radio en materia de publicidad. Sin embargo, el Comfer hace otra cuenta: antes deduce su aporte al Instituto de Cine y no liquida sobre el total sino sobre el 75 por ciento. Otro tema es la deuda de 1997. De acuerdo a la Ley Nacional de Teatro (promulgada en abril del '97 y reglamentada en septiembre de ese año), el Comfer debía haber hecho los depósitos desde abril. Pero no fue así, y comenzó a pagar recién a partir de marzo del '98. Ahí ya perdimos un año de aportes. Si se llegara a un acuerdo por el total (lo adeudado en el '97, '98 y '99), tendríamos que recibir 11 millones de pesos. De lo contrario, 5 millones. Sólo en caso de que nos paguen podríamos otorgar nuevos subsidios.

--¿Se realizó una auditoría?

--Sí, hubo una auditoría. El INT estuvo siempre controlado, pero uno duda, por ejemplo, de la necesidad de los recortes que hizo Hacienda al Instituto. Me pregunto si se debieron a necesidades financieras reales, a problemas de Estado o a la intención de dejar comprometida la realización teatral de este año.

--¿Se ha convocado a nuevos directores de áreas? Se habla de Javier Margulis como director de Fomento...

--En principio, Margulis iría a Fomento, pero la resolución será tomada recién después de la reunión del 28 de enero con los miembros del Consejo de Dirección.

--¿Hubo cambios en algún otro cargo?

--No, porque como no había nombramiento de director ejecutivo, se prorrogaron todos los contratos hasta el 31 de enero de este año, y en algunos casos hasta fines de febrero. El Consejo decidió esto para no paralizar el instituto.

--¿Qué pasará con el personal?

--Por ley, los gastos administrativos no deben superar el 10 por ciento del Presupuesto. En este momento estamos arriba de ese porcentaje debido a los recortes, y esto es, de movida, ilegal. De manera que tendremos que hacer algunos cambios. Cuando el Presupuesto nominal era de 11,1 millones (el INT se inauguró en abril de 1998 con ese Presupuesto), estábamos dentro de la norma, pero ahora no. Es probable que haya que eliminar contratos. El INT tiene tres tipos de empleados: de planta, contratados y pasantes.

--¿Cuál es su plan para el instituto?

--Existe una situación de la que tenemos que salir. Me parece bien subsidiar la actividad de los grupos y de las salas (a los que se les adeuda diciembre del '99), pero ahora es necesario dar otro paso; básicamente, armar programas de desarrollo para la conquista del público, planes sociales que lleven el teatro a los barrios populares, hospitales, asilos de ancianos, cárceles... También organizar giras de fin de semana, ampliar el radio de trabajo, sobre todo de los grupos del interior. El eje tiene que ser el público y la calidad de los espectáculos. Para esto, vamos a intensificar el vínculo con las secretarías de Cultura provinciales y organismos municipales, con los que, hasta ahora y por diversas razones, el instituto no ha tenido buenas relaciones. Creemos que, más allá de las diferencias de signo político, es posible encontrar modos de acción conjunta. La idea es armar en cada provincia una mesa de la que participe un representante del instituto, otro elegido por las coordinadoras y asociaciones teatrales, y uno más por la Secretaría de Cultura provincial para definir políticas teatrales adecuadas a cada zona.

--¿Buscarán auspicios?

--Estamos tratando de lograr acuerdos con las empresas de servicios, como otra forma de apoyar a las salas. Existe la posibilidad de presentar un programa en ATC a partir de marzo. Esto nos permitiría ofrecer publicidad a las empresas, tanto en los teatros subsidiados como en la televisión. Para esto tenemos que encontrar un buen productor. En la Secretaría de Cultura se pensó en Baltazar Jaramillo (hijo de Soledad Silveyra), quien ya está trabajando en ATC.

 

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