Quiero
hablar, anunció Víctor Alderete a los cronistas que se apretujaban en la puerta
del Consejo Nacional Justicialista, donde Carlos Menem encabezó la reunión de su
autodenominado gabinete de las luces. El ex titular del PAMI había entrado al
lugar a las apuradas, esquivando micrófonos y cámaras. Pero una vez allí escuchó la
orden tajante de boca del ex presidente: Salgan a defender la gestión de
gobierno. La acató sin perder el estilo de sus últimas justificaciones públicas.
Lo primero fue negar de plano la denuncia sobre los 500 llamados que realizó a Suiza
desde el teléfono de su antiguo despacho en la sede central del PAMI. Es
absolutamente falso dijo, articulando cada palabra. Lo segundo fue avanzar sobre
Cecilia Felgueras, cabeza de la intervención en la obra social. Todo es producto de
alguien que quiere fabricar una candidatura a subintendente, dijo Alderete en
alusión a la viceministra de Desarrollo Social, posible candidata a vicejefa de gobierno
porteña por la Alianza.Pero lejos de la desmentida de Alderete, los responsables de la
intervención confirmaron ayer que esos llamados existieron. Figuran en la última cuenta
de teléfono del PAMI, que fue elevada a la Oficina Anticorrupción para que se investigue
si entre esas comunicaciones hubo algunas con destino a instituciones bancarias de Suiza.
Fuentes con acceso a esa pesquisa revelaron a Página/12 que, además, desde la línea
ubicada en el despacho de Alderete se hicieron 110 llamados a Estados Unidos. En la
factura en cuestión por un monto cercano a los 10 mil pesos no figuran las
ciudades ni los abonados concretos que recibieron esos llamados. Ya pedimos la
factura desagregada por llamados, pero además el PAMI tiene una central telefónica en la
que quedó todo registrado, que ahora estamos revisando para develar el misterio,
explicó uno de los encargados de la pesquisa. En los próximos días, luego de completar
la investigación preliminar, la Oficina Anticorrupción elevará una denuncia penal a la
Justicia. Siguiendo la ruta de los teléfonos también se deberá averiguar si
Alderete y los ex funcionarios de su entorno tienen cuentas abiertas en los bancos
europeos, anticiparon los consultados. Al tema de los llamados ayer se sumó una
segunda denuncia según la cual Alderete habría comprado una propiedad en Carmen de Areco
días después de haber sido procesado por el juez Gabriel Cavallo, quien lo investiga por
el contenido de 96 cajas con documentos del PAMI que habían sido ocultadas en un
departamento de la localidad bonaerense de Morón.La información fue dada a conocer por
Radio Mitre, que reveló que en diciembre pasado el ex titular del PAMI habría adquirido
varias hectáreas utilizando testaferros. Según se indicó, el campo fue comprado en los
días en que Alderete regresó de Punta del Este a Buenos Aires para participar del
programa de Mariano Grondona. Aquella fue su primera aparición pública luego de
abandonar el PAMI, en la que, como ayer, Alderete insistió en su inocencia y repitió que
está siendo perseguido por haber sido un buen administrador y uno de los más
estrechos colaboradores de Menem.
Como actuo Alderete en el PAMI
El Plan Sistemático
Por Laura Vales
Los investigadores de la Oficina Anticorrupción creen que los negociados
cometidos en el PAMI durante la gestión de Víctor Alderete respondieron a un patrón
común. Y acumulan pruebas para demostrar que el ex presidente de la obra social
instrumentó un plan que potenció al máximo el uso del PAMI como una caja de
recaudación ilegal. En las últimas semanas, decenas de denuncias y documentos pasaron a
engrosar un expediente abierto para investigar cuáles fueron los mecanismos que
permitieron el vaciamiento de la institución. La carátula de ese expediente es
PAMI-Plan Sistemático y sus resultados serán la base de sustentación para
cada una de las causas judiciales en las que la oficina se presente como querellante. La
pesquisa esconde, además, un objetivo más ambicioso, porque podría llegar a probar la
responsabilidad mediata de Alderete en la corrupción estructural del organismo. El plan
investigado tuvo dos pilares considerados centrales. El primero, de acuerdo con los
investigadores, consistió en la creación de una superestructura dentro del PAMI con
funcionarios que Alderete designó tras hacerse cargo de la obra social, a principios de
1997. Se trata de seis gerencias y subgerencias con las que se desplazó a los empleados
de carrera, que a partir de entonces quedaron fuera de cualquier decisión sobre el uso de
los fondos del PAMI. El paso siguiente fue la introducción de una segunda camada de
funcionarios políticos que se agruparon en la llamada Area de Presidencia. En esas dos
franjas se concentraron todas las funciones clave del PAMI. A partir de entonces, según
los testimonios reunidos en la investigación, los encargados de controlar los servicios
de salud comenzaron a tener cada vez menos trabajo, los responsables de llevar las
estadísticas sobre las prestaciones recibieron cada vez menos información y los
auditores terminaron por recibir órdenes concretas de abstenerse de auditar.
Es decir, se desarmaron progresivamente los mecanismos de control sobre el destino del
dinero de los jubilados y desapareció en los hechos toda sanción para las clínicas y
sanatorios contratadas para atenderlos. La contraparte de este sistema fue la relación
preferencial que se estableció con un grupo de empresas privadas durante la gestión de
Alderete. En términos económicos, el PAMI es dueño de un mercado cautivo de cuatro
millones de beneficiarios, lo que implica un poder absoluto para fijar precios en el
mercado de la salud. Una de las principales hipótesis de trabajo de los hombres de la
Oficina Anticorrupción es que existió una decisión premeditada de regalar
al sector privado la capacidad del PAMI para regular los precios de los servicios,
contratando a gerenciadoras que fueron creadas de la noche a la mañana con la única
función de intermediar entre la obra social y los prestadores directos. Uno de los casos
tomados como paradigmáticos de esta maquinaria es el de Funeral Home. La gerenciadora de
servicios de sepelios, a la que está vinculada el sindicalista Luis Barrionuevo, se alzó
con un millonario contrato que todavía está vigente. En las últimas semanas hubo una
avalancha de denuncias de dueños de casas funerarias que contaron con pelos y señales
las maniobras extorsivas de la firma para subcontratarlos. Entre las denuncias recibidas
hay detalles de los montos de las coimas reclamadas y los nombres de quienes las pedían.
Para los investigadores, la implementación de este doble mecanismo que arrasó con los
controles e instaló una suerte de estructura paralela que monopolizó las decisiones
económicas revela la existencia de una estrategia precisa, que tuvo entre sus autores no
sólo a Víctor Alderete. Otros cuatro ex funcionarios, sobre los que ya existen causas
abiertas en la Justicia, completan el staff sobre el que habría girado el Plan
Sistemático. |
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