|
¿Dónde se encuentra el nieto o la nieta de Juan Gelman? ¿Es un hombre o una mujer? ¿Cómo se llama hoy en día? preguntan más de 20.000 personas de la vida literaria y cultural de Alemania, Austria y Suiza. Una nueva carta encabezada por el Premio Nobel Günter Grass y firmada por escritores, editores, revistas, asociaciones culturales y literarias, publicistas, estudiantes, académicos y universidades, se sumó a la lluvia de reclamos que se solidarizan con Juan Gelman, el poeta que busca y espera que el presidente uruguayo, Julio María Sanguinetti, realice una investigación profunda y seria sobre el destino de su nieto/a desaparecido y apropiado ilegalmente. Ese crimen contra un ser indefenso que no sólo corta su filiación, también lo desaloja de la historia, tal como escribió Gelman. La carta firmada por personalidades y organizaciones alemanas, austríacas y suizas empezaba así: Ayude a Juan Gelman, ayude a la justicia, ayude a los muertos, a los torturados y a los secuestrados, ayudando a los vivos que los lloran y los buscan, ayúdese a sí mismo, ayude a su conciencia, ayude al nieto desaparecido que no tiene, pero que podría tener. El párrafo pertenece a la carta enviada por José Saramago, la primera que recibió Sanguinetti apoyando el reclamo del poeta. Ahora, y después de muchas otras cartas, de una primera y débil respuesta del presidente uruguayo y de una respuesta de Gelman a esa respuesta oficial, esta masiva adhesión vuelve a retomar aquellas palabras iniciales que inauguraron la cadena de solidaridades internacionales. Eric Hobsbawn, Chico Buarque, Eduardo Galeano, Adolfo Pérez Esquivel, Osvaldo Bayer, el movimiento sindical uruguayo PIT/CNT, Madres y Familiares de Uruguayos y Detenidos Desaparecidos, escritores y artistas de Francia, entre muchos más, plagaron la prensa mundial y los oídos de Sanguinetti con las mismas exigencias. También la prensa alemana se hizo eco de los reclamos de Juan Gelman. Los diez diarios más importantes informaron sobre el caso durante las últimas siete semanas de campaña germanoparlante de solidaridad y se pronunciaron ante las vacilantes respuestas del gobierno uruguayo: ¿Se trata de un gesto vacío y, por lo tanto, de una farsa formal o, por el contrario, de una intención seria?. Otro diario vienés escribió: Un abuelo busca a su nieta o nieto. Ni sabe si tiene los ojos verdigrises del padre o los ojos color castaño de la madre. Sanguinetti replicó con aspereza y ofendido. Pero ¿dónde está el nieto o la nieta a quien espera su abuelo?. Poetas de los cinco continentes escriben al presidente uruguayo para poner fin en conjunto a una tragedia humana, tituló un diario berlinés.A principios de junio de 1999 a través del secretario de la Presidencia, Elías Bluth, Sanguinetti prometió ocuparse personalmente de la investigación. Después de cuatro meses de silencio, el poeta publicó la carta abierta detallando minuciosamente los resultados de la investigación que él y su esposa habían realizado, reclamando por el compromiso que habían asumido las autoridades uruguayas. La cantidad de adhesiones de todo el planeta que despertó el pedido de Gelman puso en evidencia la lentitud de Sanguinetti en contestar, primero; y, después, la tibia respuesta con la que intentó despegarse de su responsabilidad. La demanda era una sola: que el gobierno uruguayo cumpliera con el compromiso de investigar la desaparición de su nuera María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, de diecinueve años, y su nieto/a. La nuera de Gelman fue trasladada embarazada de ocho meses a Uruguay, en uno de los tantos operativos del Plan Cóndor, después de que fuera secuestrada en Buenos Aires junto a Marcelo Gelman. Marcelo, el hijo del poeta, tenía veinte años y sus restos fueron encontrados trece años después en un tonel lleno de cemento. Pero de su nuera y nieta/o nada se supo. Los datos reunidos por Gelman demostrarían que nació en cautiverio y que habría sido apropiado, como sucedió en cientos de casos similares. María Claudia fue vista en el campo de detención clandestina conocido como Automotores Orletti, de donde habría sido trasladada para dar a luz en el Hospital Militar uruguayo. Luego fue devuelta al Servicio de Información de Defensa (SID) y de allí salió a fines de diciembre de 1976 con su bebé en un moisés y rumbo desconocido. Los escoltaban dos miembros conspicuos del SID escribió Gelman. En Orletti había una lista de espera de parejas estériles pertenecientes o allegadas a las Fuerzas Armadas que sustenta la hipótesis de la sustracción ilegal.Sanguinetti dijo que se necesita un milagro para saber lo que pasó, Gelman le contestó que ordene que la investigación se profundice, usted es quien ejerce el mando superior de las Fuerzas Armadas. Todos los pedidos, individuales y colectivos, repiten de maneras diferentes una misma pregunta: ¿Qué piensa hacer, señor presidente?.
|