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UNA CARTA ANTICIPA QUE PINOCHET QUEDARA LIBRE
Nones, dirá Londres a Garzón

El Servicio Fiscal de la Corona ya conoce el diagnóstico médico sobre Pinochet y Jack Straw anticipó que no puede hacerlo público, con lo cual la liberación de Pinochet parece prácticamente asegurada.

Niño manifestante español con fotomontaje de Página/12.
Se publicó en tapa de este diario cuando el arresto del general.

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Por Ernesto Ekaizer
Desde Londres

t.gif (862 bytes)  Jack Straw ha anticipado en una carta enviada el martes su respuesta a la petición del juez Garzón y las organizaciones de derechos humanos de realizar un segundo examen médico al general Pinochet: “No”. Según dice la carta del Home Office, “el ministro no tiene poder para indicar al senador Pinochet que se someta a tales exámenes, ni cree que dicha revisión sea necesaria para habilitarlo a cumplir sus obligaciones definidas en la ley de extradición”. El Home Office da a entender que el objetivo principal del examen realizado por cuatro médicos el 5 de enero era determinar si el ex dictador está “gagá”. Hasta el momento, Jack Straw había anunciado a la Cámara de los Comunes, el pasado miércoles 13 de enero, que el general Pinochet sufría, de hecho, una senilidad sobrevenida. En una de las cartas enviadas por el Departamento de Extradición del Reino Unido a uno de los participantes en el procedimiento de extradición, a la que ha tenido acceso este diario, se explica con mayor detalle el proceso de revisión. “El informe de los exámenes médicos del senador Pinochet fueron orientados a los asuntos mencionados”, se explica. Y continúa: “Sin que ello signifique intentar limitar la amplitud de la tarea encomendada, el ministro del Interior estaría agradecido en particular si es asesorado, desde su punto de vista, sobre si existen aspectos del estado de salud del senador Pinochet que, por separado o en conjunto, sugirieran que no está en estos momentos capacitado, o es probable que llegue a estarlo, para someterse a un juicio en España”. La carta del Ministerio del Interior agrega que el ministro pidió a los médicos lo siguiente: “En este contexto, el senador ¿está particularmente en condiciones de poder comprender una serie de preguntas, recordar hechos, algunos de los cuales tuvieron lugar tan lejos en el tiempo como en los años 70, y de aportar pruebas coherentes? El juicio debe ser previsto para tener lugar en un plazo que va de los 18 meses a los tres años”. Straw defiende la confidencialidad del informe y explica que Pinochet puso ciertas condiciones antes de aceptar someterse a los exámenes. “El informe contiene –dice la carta– información detallada sobre la historia clínica del senador Pinochet y de los exámenes a los que se sometió, lo que es confidencial. El ministro no tiene la libertad para revelarlo, porque el senador Pinochet admitió los exámenes sobre la base expresa de que el informe médico fuera usado sólo para que el ministro Straw pudiera cumplir su función asignada en la ley de extradición y para que el director de la Fiscalía Pública y el abogado del Estado pudiesen cumplir sus funciones en relación con cualquier posible persecución penal en el Reino Unido. Sujeto a un superior interés público, el ministro Straw está obligado a respetar esas condiciones”. El conocimiento del informe médico, ¿puede ser considerado interés público prevalente? Según dice la carta del Home Office, no. “El ministro Straw estima que el interés público relevante es el correcto cumplimiento de las funciones de los tres funcionarios y que su puesta en conocimiento por parte de las personas autorizadas por Pinochet es suficiente para alcanzar dicho propósito. El ministro ha declarado que prefería revelar el informe, como muestra de cortesía y con atención a su posterior difusión, a las autoridades relevantes del Reino de España y los otros tres Estados que han solicitado la extradición. El senador Pinochet rechazó dar permiso para ello.” Las respuestas del Home Office, pues, pueden considerarse, potencialmente, como los elementos que va a incluir el ministro delInterior británico en su próxima decisión oficial, en el sentido de denegar la extradición de Pinochet a España, Francia, Bélgica y Suiza. El hecho de que, al mismo tiempo, el director de la Fiscalía Pública británica y el abogado del Estado, dependiente del fiscal general, ya hayan tenido tiempo para estudiar el informe médico indica que a la operación de liberación de Pinochet no seguirá, según se informó, una acusación penal contra el ex dictador en el Reino Unido.Mientras tanto, y en medio de un misterioro cambio de planes, se anunció que el avión chileno para llevar de vuelta al general a Chile permanecerá en Bahamas hasta que Straw se expida. Previamente, el ministerio británico de Defensa había informado que la aeronave de la Fuerza Aérea chilena podría haber llegado ayer a la base militar de Brize Norton en Oxfordshire. El avión no tiene la suficiente autonomía de vuelo para hacer directo el trayecto entre Iquique y Londres, por lo cual debe repostar en alguna escala.

 


 

HABLA SHERMAN CARROLL, DE LA FUNDACION MEDICA CONTRA LA TORTURA
“Sin un psiquiatra, el diagnóstico no vale”

Por Marcelo Justo
Desde Londres

t.gif (862 bytes) La Fundación Médica para el Tratamiento de las Víctimas de la Tortura es otra de las organizaciones que presentó un argumento legal junto a Amnesty International para impedir que el general Pinochet escape a la Justicia. Sherman Carroll, directivo de la organización médica, analizó con Página/12 las lagunas del informe médico en que se basó la decisión “preliminar” de Straw para suspender el proceso de extradición.
–¿Por qué cuestionan el informe médico sobre el general Pinochet?
–Nos preocupan varios aspectos de este proceso. En primer lugar la confidencialidad de la relación médico-paciente no es absoluta. Lo que el senador Pinochet ha hecho es pedir su liberación por razones médicas, pero no ha dejado ver la evidencia. Nosotros queremos que esta evidencia sea analizada por la corte. Esto es muy común en el derecho criminal y el consuetudinario en Inglaterra. Otro gran problema desde un punto de vista médico es que la revisación médica del general se realizó sin que hubiera un psiquiatra especializado en el diagnóstico de demencia senil. Por lo tanto los datos con que cuenta Straw para llegar a la conclusión de que no está en condiciones de ser sometido a juicio son claramente insuficientes. Quiero aclarar que no estamos contradiciendo a los doctores que participan en este caso, porque son expertos en sus respectivos campos. Pero creemos que tendrían que haber contado con la presencia de un psiquiatra especializado en este tipo de casos.
–Sin embargo, también han cuestionado el modo en que llevaron adelante los tests.
–En efecto. En casos como éste, se deben hacer los tests a lo largo de varios días. Con Pinochet se hizo todo en un solo día. También es necesario que se vea a la persona en su situación hogareña. Todas las pruebas se hicieron en el hospital. Se requiere también que se lo revise antes de la prueba para asegurarse de que no haya un entrenamiento previo, que no se lo haya sedado o que no se lo haya sometido a una privación de sueño. No se tomó ningún recaudo al respecto. Todo esto desacredita la evidencia médica y la decisión que tomó Jack Straw de suspender el proceso de extradición.
–¿Cómo explica que Straw no haya previsto estos problemas?
–Obviamente el asesoramiento que recibió no fue el adecuado. Lo cierto es que él cometió un gran error y que lo va a lamentar seriamente. Es lo que dicen tres de los más importantes psiquiatras especializados en demencia senil del país. Estaba además el precedente del caso del empresario Ernest Saunders. Tampoco en ese caso hubo un psiquiatra especializado en demencia senil en las revisaciones que se le hicieron y Saunders quedó en libertad y se convirtió en el primer y único caso del mundo de recuperación del Alzheimer. Creemos que el mismo error se puede cometer con el general Pinochet.
—¿Qué pasa con Jack Straw si Pinochet se recupera milagrosamente a su llegada a Chile?
–Chile se convertirá en el mejor lugar de spa del mundo porque el general tocará el suelo nacional y se recuperará de inmediato. En el caso de Straw su carrera política quedará en entredicho.

 


 

HABLA FIONA MCKAY, ABOGADA Y TITULAR DE LA ORGANIZACION REDRESS
“Detenerlo va a ser una carrera contra reloj”

Por M.J.
Desde Londres

t.gif (862 bytes) Redress es una organización humanitaria que ofrece asistencia legal a las víctimas de tortura e integra el grupo de cuatro organizaciones de derechos humanos encabezada por Amnistía Internacional que el martes presentaron argumentos legales contra la suspensión del proceso de extradición del general Pinochet a España. Página/12 dialogó con la directora de la organización, la abogada Fiona McKay, sobre las perspectivas que se abren en el caso Pinochet.
–¿Qué espera del caso?
–Todo depende de la decisión que adopte Jack Straw. Esperamos que nuestros argumentos legales y los de otras partes intervinientes lo convenzan para que se nos permita ver los resultados de los exámenes que se le hicieron o se nos dé la posibilidad de hacerle nuevos exámenes médicos. Si Straw se decide efectivamente a suspender el proceso de extradición, esperamos que el gobierno de España presente una apelación judicial.
–Por el momento parecería que no lo va a hacer.
–Así es. Si el gobierno español no lo hace, consideraremos la posibilidad de presentar una apelación judicial.
–¿De qué depende que lo hagan?
–De una serie de factores. No se inicia una acción legal a la ligera. Tendremos que consultarlo con nuestros especialistas y con las personas a las que representamos.
—No tienen mucho tiempo para decidirlo.
–El ministro del Interior indicó que se nos informará con un día de antelación la fecha del anuncio. Eso nos dará suficiente tiempo para decidir qué hacemos.
—Se ha mencionado otra vía posible. Si Pinochet no es extraditado a España, Gran Bretaña podría iniciarle juicio. ¿Cuáles serían los pasos para esta vía?
–Si Straw suspende el proceso de extradición, la policía y el Servicio Fiscal de la Corona deben decidir si hay suficientes pruebas como para llevar adelante un caso judicial. De acuerdo con el artículo siete de la Convención contra la Tortura, Gran Bretaña tiene la obligación de iniciar una acción legal. Esto necesitará el consentimiento del procurador general como lo estipula la legislación para casos de tortura.
–En noviembre del ‘98, poco después del arresto de Pinochet, el procurador general dijo que no había suficientes elementos como para juzgarlo en Gran Bretaña. ¿Cree que puede cambiar de opinión?
–Por lo que sabemos las autoridades británicas no profundizaron su investigación porque esperaban que el caso se resolviese por la extradición a España. Ahora tienen todo el material que el Servicio Fiscal de la Corona acumuló para el proceso de extradición.
—Pero el procurador general podría también decir que Pinochet no está en condiciones de ser sometido a juicio.
–Nuestra posición es que el examen médico de Pinochet está plagado de irregularidades. Por lo tanto pensamos que el procurador general no debería basarse en ese examen. Creemos que debería ordenar un nuevo examen con expertos que estén propiamente entrenados para revisar al general.
–Sea en caso de una apelación judicial a la decisión de Straw o si se busca una vía puramente británica, hay un gravísimo problema de tiempo. Si Straw suspende la extradición, la orden de arresto caduca y Pinochet está técnicamente libre como para tomar un avión. ¿Es posible librar una nueva orden de arresto para impedir que huya a Chile?
–Sí. Pero va a ser una carrera contra reloj.

 

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