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LA CAMPAÑA CONTRA LA DROGA GENERÓ ROCES EN EL GOBIERNO
Una maldita pero breve crisis

Los afiches de "Maldita cocaína" aparecieron por la mañana y provocaron la irritada reacción del flamante secretario de Lucha contra el Narcotráfico, que la calificó de "torpeza". Pero tras numerosas reuniones y aclaraciones el funcionario optó por suavizar el tono y consideró que era "muy positivo".

Los carteles empapelaron la ciudad con una breve consigna.
La campaña había sido ideada y aprobada diez días atrás.

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Por Fernando Cibeira

t.gif (862 bytes) Una media docena de llamadas telefónicas, una seguidilla de reuniones y gestiones que involucraron a medio gobierno desde el Presidente para abajo terminaron cerca de la noche con el sofocón generado a partir del lanzamiento de la campaña "Maldita Cocaína", ideada por el equipo comunicacional del delarruismo. A esa hora, la Secretaría de Comunicación de Darío Lopérfido distribuía un comunicado del flamante secretario de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico, Lorenzo Cortese, en el que la misma campaña que al mediodía había calificado como una "absoluta torpeza" se convertía unas horas después en un hecho "muy positivo".

  Entre una declaración y otra, Cortese tuvo varios retos y las aclaraciones del propio Lopérfido. Es que la reacción de Cortese tuvo que ver con que en su primer día en funciones se encontró con una fuerte campaña sobre la droga en la calle de la que no tenía ni idea. En el trayecto de su casa a su nueva oficina había podido apreciar los cientos de afiches de letras blancas sobre fondo negro con la leyenda "Maldita Cocaína", sin más añadidos que la firma de Presidencia de la Nación.

  En cuanto fue consultado por una radio, descargó toda su bronca. "Esta Secretaría es la que tendría que estar involucrada en la campaña pero ésta no es de mi autoría material, ni mi intención, ni mi decisión y para mí constituye una auténtica torpeza", se despachó. Cortese es un cordobés de 57 años, ex diputado nacional, que llegó al Gobierno de la mano del ministro del Interior, Federico Storani. "Con absoluta sinceridad y certeza aseguro que no hubiéramos imaginado un afiche con la leyenda 'Maldita Cocaína'. Y si lo hubiese hecho, no tendría autoridad para mantenerme en el cargo", añadió el funcionario, en una sutil referencia a una renuncia del responsable. Un dato extraño si se tiene en cuenta que los carteles llevaban la firma de Presidencia.

  Pero luego, Lopérfido le explicó que la campaña no tenía nada que ver con su asunción sino que había sido planeada diez días antes, en plena internación de Diego Maradona por una sobredosis. En aquel momento, Carlos Alvarez, uno de los médicos que atendían al ex futbolista, dijo que en vez de "Aguante Diego" sus amigos deberían colgar un cartel que dijera "Maldita Cocaína". La frase motivó al equipo comunicacional del delarruismo que forman Lopérfido, el hijo mayor del Presidente, Antonio, y los publicistas Ramiro Agulla y Carlos Souto, que se pusieron en marcha.

  Ellos bosquejaron el afiche y cuatro cortos televisivos que, según su costumbre, sometieron a un grupo motivacional. El sondeo les dio muy bien: no sólo la gente veía en ellos un posicionamiento contra la droga sino también lo relacionaba con el combate a la delincuencia y la inseguridad. De paso, marcaban una tajante diferencia con el estilo del menemismo. De los cuatro cortos fue elegido uno de cinco segundos, casi minimalista, donde se repite el cartel con la maldita leyenda leída por un locutor.

  Lo que Lopérfido no previó era que el día elegido para el lanzamiento asumía el nuevo encargado del área. Para justificarse, en la secretaría aseguraban que el afiche no sólo había tenido la aprobación del Presidente sino también la del jefe de la SIDE, Fernando de Santibañes, quien hasta el martes estaba interinamente a cargo de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción. Ayer, cerca del mediodía, Lopérfido se acercó a la sala de periodistas de la Rosada para confirmar que los carteles habían sido pegados por su secretaría. "Es una manera de comunicar clara, potente y precisa", la autocalificó. Y explicó que la pegatina formaba parte de "una campaña de bien público" destinada a "hablarle a la gente con la verdad, sin eufemismos". Poco después llegó el visceral rechazo de Cortese que, luego de recibir los primeros llamados, se arrepintió e incluso sostuvo que algunas de sus declaraciones fueron "desvirtuadas".

  Para la noche, en Gobierno daban el conflicto como "totalmente superado" gracias al comunicado de Cortese que recalificaba la campaña como "una señal muy positiva". Incluso, en Comunicación se alegraban de haber conseguido un aliado inesperado. El gobernador Carlos Ruckauf dijo sentirse "absolutamente identificado" con los afiches y acordó reunirse con Lopérfido para consensuar una política de difusión conjunta.

 

LA OPINIÓN DE LOS ESPECIALISTAS EN ADICCIONES

Por M.C.

Los afiches de la Presidencia de la Nación con la única leyenda de "maldita cocaína" recibieron ayer críticas de varios especialistas en adicciones. Seis expertos consultados por Página/12 opinaron que los carteles están desprovistos de un mensaje preventivo y educativo, que son efectistas, que hacen hincapié en las consecuencias y no en las causas del consumo de la cocaína, que carecen de un teléfono para pedir información o ayuda, que demonizan a la droga, y a la vez pueden despertar curiosidad entre los adolescentes que quieran saber por qué es "maldita". También objetaron la oportunidad de la pegatina, un día después de la asunción del nuevo secretario del área, pero las opiniones se dividieron en relación a la conveniencia de realizar la campaña en coincidencia con la crisis de salud de Maradona.

  "Lo que necesita la prevención es un mensaje que estimule la reflexión en las familias sobre las causas que llevan al consumo de drogas. Los mensajes de impacto ya se han probado en los Estados Unidos y no han dado buenos resultados. ¿Qué sucedería si aparece Charly García y dice 'bendita cocaína'? Seguro que gana Charly y los carteles se vuelven contraproducentes", consideró el médico psiquiatra Wilbur Grimson, titular del área de Prevención de la Drogadependencia en la Universidad Nacional de Quilmes.

  "Ninguna campaña sirve si no incluye un número de teléfono, al que la gente puede llamar para pedir asesoramiento. Una campaña preventiva tiene que tener elementos educativos y asistenciales", señaló Daniel Campagna presidente de la Asociación de Comunidades Terapéuticas Argentinas, quien asesoró al Consejo Publicitario Argentino en la campaña contra las drogas que la entidad encaró durante 1999. "Si sólo dice 'maldita cocaína' a la gente no se le da la opción de aprender por qué decirle no a las drogas", indicó el toxicólogo Alejandro Carrá, especializado en tratamiento de adictos.

  La "satanización" de la cocaína en los afiches fue otro aspecto criticado por los especialistas. "Incriminar a la cocaína puede aumentar en los adolescentes el deseo de romper la prohibición de consumirla. En términos generales, las campañas que detallan las características de las sustancias adictivas y sus efectos han fracasado, aumentando el consumo. Se debe hacer la prevención inespecífica, trabajando en las escuelas y las familias", sostuvo el médico psiquiatra Camilo Verruno, docente de la Facultad de Medicina de la UBA y ex representante argentino en el Programa Cono Sur en la Reducción de Demanda de las Drogas.

  Patricia Sorokin, especialista en prevención del uso indebido de drogas, y Grimson coincidieron en rechazar la "demonización" de la cocaína. "El mensaje asusta, pero puede generar curiosidad. Además, el problema no es la sustancia, sino los narcotraficantes", señaló Sorokin. "La cocaína no es mala en sí misma, sino el uso que se hace de ella. Si se parte de maldecirla, se está hablando de las consecuencias y no de las causas. En una actividad preventiva, se deben indagar las causas", agregó Grimson.       Para Campagna, los mensajes "tremebundos" sobre los estupefacientes, en realidad, facilitan su venta. "El intento de degradación de la droga es fácil de revertir por los vendedores, puesto que el inicio en el consumo es dulce y todo parece una fiesta. La persona no se da cuenta de sus riesgos hasta que está comprometida con la adicción", opinó. A su criterio, es "bueno" aprovechar la crisis de salud de Maradona para hacer hincapié en la facilidad en la entrada a la droga y la dificultad en la salida de la adicción. En cambio, para Grimson "salir ahora con una campaña puede generar confusión, sobre todo si Maradona dice que se va a recuperar en 20 días. Estos problemas no se emparchan. Necesitan tratarse en profundidad durante un lapso de tiempo mayor", añadió.

 

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