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Por Mariana Carbajal
La
balanza comercial en el área de turismo fue negativa en los últimos años.
Así lo reveló el secretario de Turismo, Hernán Lombardi, quien precisó
que este rubro dejó un agujero negro de alrededor de 2000 millones de dólares
anuales en 1998 y en 1999. "Es una cifra brutal. Equivale al triple
de la exportación de carne", consideró el funcionario en un
reportaje con Página/12, en el que adelantó los ejes del Plan Nacional
de Desarrollo Turístico, con el que espera en cuatro años que el país
"no sólo no pierda más un dólar por año, sino que el turismo
empiece a ser un ingresador de divisas argentinas". "Hay que
cambiar la política de marketing en el exterior. En los últimos años,
la Argentina no estuvo bien vendida", aseguró.
Lombardi inició su gestión con un éxodo de argentinos al
exterior, atraídos, fundamentalmente, por el tipo de cambio en Brasil.
Según precisó, únicamente los vuelos charters a ese país, Miami y el
Caribe, suman 10.000 plazas semanales durante enero y febrero, alrededor
de un 5 por ciento más que en el verano pasado.
--La Secretaría de Turismo salió en los medios de comunicación
con una campaña que promueve el turismo interno frente a la ola de
viajeros que eligen ir a Brasil ¿Se puede revertir esa tendencia con
publicidad?
--El turismo tiene que ver con dos factores principales: cultura y
diversidad. La campaña tiene como objetivo mostrar la diversidad de
lugares de vacaciones que tiene la Argentina, que no se agotan en el
turismo "sol y playa": tenemos montañas, sierras, Ushuaia,
Patagonia, Noroeste. El turismo genera empleos. Al menos, 1.200.000
personas van a trabajar en ese sector este año. El slogan dice algo así:
"Vacaciones en la Argentina, trabajo para los argentinos". El
mensaje de la campaña apunta al deseo de una Argentina más equitativa y
solidaria. Si bien la gente no decide sus vacaciones exclusivamente por
estos aspectos, los quisimos poner en juego.
--Un factor determinante hoy es el económico. ¿Se pueden bajar
los precios del turismo en el país?
--Estamos trabajando en la articulación de los distintos
prestadores de servicio para conseguir mejores precios. En algunos
destinos, en febrero, particularmente a partir de la segunda quincena,
empieza la temporada baja. Queremos aprovechar la estacionalidad baja para
conseguir mejores ofertas. Los paquetes turísticos que surjan en destinos
no tradicionales serán promocionados desde la Secretaría de Turismo. --¿Qué destinos podrían promocionarse el mes próximo?
--El mes próximo, Córdoba entra en una meseta, igual que las
provincias del Noroeste y Mendoza; hacia el fin de febrero, la costa atlántica.
--¿Cómo planean fortalecer el turismo interno?
--El primer punto es esparcir la demanda de turismo durante todo el
año, de lo contrario las empresas no tienen rentabilidad y sin
rentabilidad no hay calidad. Para eso se necesita diversidad de la oferta.
Desde la Secretaría, hay que defender el corrimiento de los feriados,
coordinar las vacaciones de invierno y el inicio y la finalización de las
clases en todas las provincias. Lo ideal es que comiencen más tarde en
marzo y terminen al final de diciembre, ya que este último mes es muy difícil
de recuperar turísticamente; en cambio, marzo es más fácil. También
sería conveniente que la nueva ley de convenciones colectivas de trabajo
no fije necesariamente como un derecho que los empleados tomen sus
vacaciones durante el verano. ¿Por qué ese derecho? Es un resabio del
turismo "sol y playa". En todo el mundo, la gente se toma
vacaciones en cualquier momento del año.
--Las altas tarifas aéreas conspiran contra el miniturismo de fin
de semana.
--El mercado aéreo interno es uno de los problemas graves que
tenemos. Para que sea competente, deben ingresar más jugadores al
mercado. --¿La
Argentina está bien vendida en el exterior?
--No. Hay que cambiar la política de marketing. Hay que
jerarquizar la marca país. Hasta ahora la Argentina se vendía
exactamente igual en todos los países del mundo: se ofrecía con los
mismos folletos en España, Uruguay o Brasil. Esto no hay que hacerlo más.
Son mercados distintos. Hay que introducir la idea central del marketing
que es la segmentación. Tenemos mucho para crecer en Estados Unidos y
Europa. Hoy los turistas del Hemisferio Norte no alcanzan a ser el 20 por
ciento de los extranjeros que llegan de visita al país. El resto,
proviene del Mercosur. Nuestra aspiración es elevar esa alícuota a un 30
por ciento. La meta es equilibrar las cuentas. Por lo menos tenemos que
llegar en cuatro años de gestión a que Argentina pueda ingresar divisas
por turismo y no como ocurre ahora que pierde 2000 millones de dólares al
año. Otro objetivo es repartir los beneficios del turismo en todo el país:
de cada 10 extranjeros que llegan hoy, 7 conocen solamente Buenos Aires.
Tenemos que lograr que cada turista extranjero conozca, al menos, otro
destino en el país.
--¿Qué sucederá con el turismo social?
--Acabamos de lanzar la licitación para operar los complejos
hoteleros de Chapadmalal y Río Tercero, que reabrirán en febrero.
Esperamos ahorrar unos 4 millones de dólares anuales --el presupuesto de
la Secretaría es de 36 millones-- y reasignarlos en el desarrollo de
nuevos centros de atracción turística en todo el país. Hasta ahora, la
gente que subsidiamos (unas 120 mil al año, principalmente estudiantes de
séptimo grado y jubilados) tenían como única opción esos dos destinos.
Nuestra idea es crear un nuevo sistema federal de turismo social con
destinos en todo el país. Vamos a abrir un registro de localidades para
que se anoten quienes quieran recibir este tipo de turismo. Así,
repartimos la inversión del Estado, trasladamos a la actividad privada la
posibilidad de prestación y alentamos a la pequeña y mediana empresa.
Desvelados por el eclipseEl eclipse de luna fue motivo de imsonnio para muchos. Las líneas de consulta en observatorios y centros astronómicos se saturaron. Todos pidieron hora, momento y lugar recomendado para ver mejor el fenómeno. El eclipse comenzó a las 23 y se extendió durante cuatro horas hasta alrededor de las tres de la madrugada. En la tarea de responder cientos de llamados estuvo la Asociación Argentina de Amigos de la Astronomía. Desde temprano, alistaron cúpula y terraza sobre el parque Centenario. El ajetreo y las previsiones de una invasión los hizo sacar telescopios propios y, por si acaso, pedir prestados. En Palermo, la excitación se apropió de los bosques, alrededor del Planetario. Hasta allí, el director del Observatorio Astronómico del Colegio Nacional San Isidro, Federico Kurtz, trasladó miradores telescópicos y convocó al público a ayudar a los científicos. Enseñó tomas de tiempo y modos de observar el cambio de color de la luna. La noche se prestó, también, para ver todo desde la terraza, con una buena compañía.
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