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DE LA RÚA TRATA DE CREAR UNA MÍSTICA EN SU EQUIPO DE GOBIERNO
Todos nosotros unidos triunfaremos

El Presidente convocó a 147 funcionarios del gobierno en Olivos. Leyó dos encuestas que le dan muy bien a su imagen ante la sociedad y muy mal a los sindicalistas. Reparió veinte concejos que deben seguir sus colaboradores, que es una especie de código de ética. Y, finalmente, realizó un discurso de corte épico donde marcó el camino a seguir.


Por Fernando Almirón
t.gif (862 bytes) Fernando de la Rúa reunió ayer en Olivos a los 147 funcionarios de su gabinete. Sentados, escucharon un discurso docente y casi épico: su objetivo fue crear una mística de gobierno y transmitirla hacia afuera. El Presidente abrió su mensaje a los funcionarios con los números de un oportuno sondeo realizado por Mora y Araujo. Según el relevamiento, la imagen positiva de De la Rúa creció un 6 por ciento en el último mes y es el político con mejor aceptación entre el electorado de la Capital y el Gran Buenos Aires. De inmediato dio a conocer el resultado de otro estudio, esta vez relacionado con el proyecto de ley de Reforma Laboral que impulsa el Gobierno y al que se oponen los caciques sindicales. El sondeo concluye que sólo el 7 por ciento de la población piensa que los sindicalistas de la CGT "defienden los intereses de los trabajadores" al rechazar la Reforma (ver página 9). El Presidente les entregó después a su colaboradores una copia de las 20 recomendaciones que deberán tener en cuenta durante su función. El texto, una suerte de código ético, pone énfasis en la austeridad y la "implacable lucha contra la corrupción".

  Ministros, secretarios y subsecretarios del Gobierno convocados por el Presidente a las 9.45 de ayer comenzaron a llegar a la quinta de Olivos pasadas las 9.

  Apenas ingresaban, los invitados eran conducidos hasta la sala de conferencias de la Quinta, que lució nuevo decorado. Desapareció el cartelito que colgaba detrás de la tarima copiado al que identifica a la Casa Blanca, pero adaptado a Olivos. También se cambiaron los cortinados de tonos bordó, ahora las telas son de color gris.    

  Cuando la sala se encontraba atestada de funcionarios acalorados dentro de sus trajes en los que todos se enfundaron sin excepción, hizo su ingreso el Presidente. Pantalón sport, camisa clara con el primer botón desabrochado, saco liviano y fresco, De la Rúa inició la reunión con la lectura del resultado de dos encuestas, ambas realizadas por la consultora Mora y Araujo.

  La primera señala un 6 por ciento de crecimiento en la imagen positiva del mandatario desde que asumió la presidencia. El mismo relevamiento lo instala como el político con mejor aceptación entre la población metropolitana y del Gran Buenos Aires. Lo siguen de mayor a menor: Raúl Alfonsín, Carlos Reutemann, Carlos Ruckauf, Graciela Fernández Meijide, Carlos "Chacho" Alvarez y Domingo Cavallo. El último lugar lo ocupa el ex presidente Carlos Menem.

  El segundo estudio revelado por el Presidente está relacionado con la Reforma Laboral a la que se oponen los líderes sindicales. Según el sondeo, "el 84 por ciento de los consultados cree que los sindicalistas se oponen al proyecto de Reforma para defender sus propios intereses" (ver página 9). De la Rúa agregó: "Ahora sabemos que no debemos sentirnos solos". Gobierno fuerte, adversario débil.

  El Presidente ratificó después ante los funcionarios que la lucha contra la corrupción "es una prioridad de este Gobierno", pero advirtió que las denuncias deber ser acompañadas "con pruebas concretas de tal manera que pueda actuar la justicia". Y señaló que "si se hace una imputación y después no se confirma, esto debilita el sentido de la acción que pretendemos instalar". Según uno de los participantes del encuentro, De la Rúa "quiere despejar las sospechas sobre un pacto de impunidad entre la Alianza y el menemismo que se alimentan en denuncias con sentido político que nunca llegan a la justicia".

  De la Rúa también les ordenó a sus colaboradores ser "implacables con la corrupción" en todo sentido, y que deben denunciar judicialmente "cualquier delito del que tengan conocimiento" que se haya producido en el ámbito de su administración. "Venimos a cambiar el estilo de gobierno, a poner la transparencia, la austeridad, la lucha contra la corrupción y el sentido del compromiso", afirmó De la Rúa quien distribuyó entre los funcionarios las 20 recomendaciones que deben tener en cuenta al desempeñar sus cargos. El texto, es una suerte de código ético que fue redactado por él mismo e inspirado en una lista similar elaborada por el premier francés Lionel Jospin (ver página 6).

  La parte fuerte del discurso giró en torno a la mística que quiere imprimirle a su gestión. "Debemos trabajar con mística, con fervor, con entusiasmo", reclamó el Presidente a todo su staff reunido con el objetivo --primario-- de transmitir hacia afuera la imagen de un equipo unido y férreamente conducido por él.

  Después Chacho Alvarez y cada uno de los diez ministros expusieron ante el auditorio un resumen de su gestión, la que fue sintetizada al cierre por el jefe de Gabinete, Rodolfo Terragno. "Hay que esconder el video de la reunión, si no ¿cómo vamos a decir que no somos aburridos?", disparó Chacho cuando terminaba esa etapa del encuentro.

  Los ministros se reunieron con el Presidente en una sala. En otra los secretarios de Estado con los secretarios de Estado, y menos formales departieron en pequeños grupos los subsecretarios con los subsecretarios que aprovecharon para pasear por los jardines presidenciales entre chaparrón y chaparrón.

  Pasado el mediodía se comenzaron a aflojar las corbatas y las salas se fueron despoblando mientras crecía el murmullo bajo el quincho en el que ya se sentía el aroma de la carne que en opinión de todos, ya estaba suficientemente asada.

 

Cómo hablar a los medios

  Por primera vez Fernando de la Rúa retó en público a dos de sus funcionarios. "Hay que pensar dos veces antes de hacer una declaración a la prensa", recomendó el Presidente sin mencionar nombres. Para los presentes en la reunión de gabinete de ayer, en Olivos, quedó en claro que el consejo apuntaba al secretario de Cultura y Comunicación Darío Lopérfido, y al de Lucha contra el Narcotráfico, Lorenzo Cortese, quienes esta semana se enfrascaron en una polémica a través de los medios a raíz del afiche "Maldita Cocaína". 

  De la Rúa dijo que "hay hablar con gran responsabilidad frente a la prensa", y sostuvo que "hay que medir las palabras, porque todo lo que cada uno dice influye sobre todo el gobierno". Durante su mensaje el mandatario advirtió que "no hay que dejar pasar información falsa" y puso de relieve el hecho de que "en esos casos hay que contestar y aclarar con propiedad y con conocimiento porque siempre se busca el conflicto o la diferencia, aún en las mínimas palabras". Y reiteró que se debe hablar con la prensa con "responsabilidad" y que "antes de contestar, se debe pensar dos veces la respuesta, y para ello es muy importante estar informado de lo que pasa en el conjunto del gobierno".

  De la Rúa no quiere ver internas del gobierno ventiladas en los medios, ni que los enfrentamientos entre funcionarios monopolicen la información sobre el Gobierno. No obstante, el Presidente destacó su respeto por la libertad de prensa, para evitar herir susceptibilidades.


Chacho anticorrupción

Si nada altera los planes del vicepresidente Carlos "Chacho" Alvarez, la semana próxima se reunirá con el titular de la Oficina Anticorrupción, José Massoni, "para hacer un balance" de las denuncias "que atañen al gobierno anterior" recibidas por el organismo. El paso siguiente, adelantó, será enviarlas a la Justicia. Desde que entró en funciones el mesa pasado, el área que controla el patrimonio de los funcionarios y posibles irregularidades en la Administración Nacional, encaminó investigaciones que afectan a Víctor Alderete por presuntos hechos de corrupción durante su gestión al frente del PAMI, a María Julia Alsogaray, por supuestas irregularidades relativas a sus tiempos de secretaria de Recursos Naturales, y a Luis González --hijo del ex ministro Erman González-- por percibir una jubilación de privilegio cercana a 2000 pesos pese a sus 38 años y a registrar sólo dos de aportes. Al propio Erman González, Massoni lo intimó a presentar la declaración de bienes que no elevó al dejar su cargo, envuelto en un escándalo por su propia jubilación especial. "Mañana (por hoy) o el lunes voy a juntarme con diputados de la Alianza para hablar con el fiscal anticorrupción para tener un balance, porque hay denuncias de mucha gente sobre cuestiones que atañen al gobierno que se fue", dijo el vicepresidente. Aunque pidió "bajar los niveles de ansiedad, porque es tiempo de tener datos, de acumular pruebas para ir a la Justicia".

 

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