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Ibarra, en plan de seducción de porteños bronceados

El candidato a jefe de gobierno porteño por la Alianza, Aníbal Ibarra, recorrió ayer las playas de Pinamar y Villa Gesell en plan proselitista


Por Santiago Rodríguez 
Desde Pinamar y Villa Gesell

t.gif (862 bytes) En verano Aníbal Ibarra prefiere la tranquilidad de la montaña y a las playas de la costa atlántica las elige en todo caso para refugiarse algún que otro fin de semana largo, pero esta vez tuvo que dejar de lado los gustos: las elecciones para jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no sólo le impidieron tomarse vacaciones, sino que además lo trajeron por estos rumbos. En su rol de candidato de la Alianza vino a hacer proselitismo entre los votantes porteños que están de veraneo y para firmar un compromiso de cooperación con la Municipalidad de Villa Gesell. De paso, se reunió con algunos dirigentes aliancistas con los que avanzó en la discusión de algunos temas de campaña.

  --¿Ese no es el que te gustaba? --dice él, de unos treinta y pico.

  --Tenés razón, es Ibarra --contesta ella, sorprendida.

  --Y, ahora decime, ¿quién está mejor, eh?

  Ella no respondió y el candidato continuó con su paso lento, ajeno a la discusión de la pareja. Fue la única polémica que suscitó la presencia de Ibarra en Pinamar, donde el candidato recibió el afecto de muchos porteños que se acercaron a saludarlo en su caminata por el centro de la ciudad. También obtuvo el apoyo de algunos radicales y frepasistas que están de veraneo y que aprovecharon su visita para exhibir la cohesión de la Alianza detrás de su postulación (ver aparte).

  La visita de Ibarra a Pinamar y Villa Gesell es una de las actividades que su equipo de campaña le organizó para el verano en la costa. La otra es una recorrida por Mar del Plata, prevista para febrero.

  Su paso por Pinamar dejó más que conformes a sus colaboradores. Ibarra concedió cuantas notas pudo a los medios locales y fue a dos radios para que lo entrevistaran Mario Mazuca y Juan Alberto Badía.

  En todos los casos enfatizó los ejes que ya ha planteado para su campaña: dijo que la suya será "la continuidad" del gobierno aliancista en la ciudad y destacó el orden de las cuentas comunales. A futuro habló de su idea de "mejorar la relación entre la policía y la comunidad" para mejorar la seguridad, de su plan de extender los subtes y de reforzar los controles para mejorar el tránsito.

  Ibarra demoró su llegada al "estudio playa" de Badía para que Carlos Ruckauf terminara una entrevista pactada previamente y evitó así que los reporteros gráficos lo retrataran con el gobernador bonaerense. Pero la espera tuvo su premio: al término del reportaje posó para una foto en medio de cuatro promotoras de una conocida marca de cremas bronceadoras, comentario obligado de cuanto hombre pasaba por el lugar.

  Eso sí, las promotoras no resultaron tan efusivas como las tres señoras de más de setenta que lo llenaron de besos y le dejaron la cara marcada con rouge. Ibarra vio que le sonreían sentadas en un banco y les preguntó: "¿Qué tal, qué andan haciendo?". "Mirando los buenos mozos que pasan", respondió una ellas. Así empezó el episodio que no pasó inadvertido para los asesores del candidato, pero sí para dos jóvenes que --cerveza en mano y gorrito en la cabeza-- se preguntaron mutuamente al verlo: "¿Y ése quién es, boludo?".

  En Villa Gesell el tiempo le jugó una mala pasada a Ibarra. Apenas puso un pie en la ciudad, una torrencial lluvia lo obligó a suspender las caminatas que pensaba realizar por la playa y la peatonal. Pudo sí, atender a los medios de comunicación locales y firmar un convenio con el intendente Luis Baldo para promover el intercambio de deportistas entre el municipio gesellino y la comuna porteña, en caso de que se imponga en las elecciones del 7 de mayo próximo.

  Baldo otorgó una singular importancia a la firma del acuerdo: recordó que en enero de 1996, como candidato, el ahora presidente Fernando De la Rúa suscribió un convenio similar con Villa Gesell y meses después resultó electo como jefe de Gobierno porteño. Ibarra asegura no ser cabulero, pero...

"El Saviola de la Alianza"

  "Ibarra es el Saviola de la Alianza". El candidato acababa de reivindicar su condición de hincha de River Plate en el cierre de un reportaje radial y Jesús Rodríguez tomó la palabra y lo elogió de ese modo para demostrarle su apoyo.

  La llegada de Ibarra a la costa no sólo concitó la atención del jefe del Ateneo del Centenario, sino también de otros dirigentes radicales y frepasistas que aprovecharon su presencia para mostrar que la Alianza está unida detrás de su candidatura. Quienes hicieron un alto en sus vacaciones para saludarlo fueron el senador radical José María García Arecha, la diputada frepasista Nilda Garré y la legisladora porteña del radicalismo, Mabel Diez.

  El encuentro con Rodríguez resultó ser el más útil de todos para Ibarra. En un aparte que mantuvieron al margen de la comitiva --y al que se sumó Garré--, el radical le reiteró que trabajará por la sanción de la ley electoral y ambos evaluaron también la forma en que debería conformarse el Instituto Programático de la Alianza en la Capital. La idea que surgió es que lo deben conducir dos importantes dirigentes, uno de la UCR y otro del Frepaso. "Pueden estar vinculados con la gestión del actual gobierno, pero no tienen por qué ser funcionarios", aclaró Ibarra, en cuyo entorno prefieren no otorgar mayor poder en la campaña a las actuales autoridades porteñas.

 

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