Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


MADRID BUSCA ROMPER EL FRENTE NACIONALISTA
Tormenta política en el País Vasco


t.gif (862 bytes) Rompan todo vínculo con la ETA. Ese fue el mensaje ayer de la clase política española a los partidos nacionalistas vascos luego de que se conociera la noticia del atentado etarra en Madrid. El objetivo era romper la alianza parlamentaria en el País Vasco entre el gobernante Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Euskal Herritarrok (EH), el brazo político de la ETA. El presidente autónomo vasco, Juan José Ibarretxe del PNV, llegó a declarar que esa alianza estaría "en suspenso" hasta que el EH haga "expresa" su condena al atentado. Pero el EH no fue más allá de "lamentar" el atentado, y le echó en cara al gobierno español de José María Aznar por no haber "avanzado en la solución política del conflicto". Aznar declaró simplemente que "ETA fracasará". En toda España se registraron manifestaciones multitudinarias contra el terrorismo etarra.

  Tras el atentado, Ibarretxe se encontró en una posición muy incómoda. En mayo del año pasado su PNV había formado el Pacto de Estella con el EH, que pasó a darle su apoyo en el parlamento autónomo. La alianza había resultado posible a raíz de la tregua unilateral a su lucha armada que la ETA había proclamado en octubre de 1998. Pero luego de que los etarras renunciaran a la tregua en noviembre pasado, el pacto parecía estar en sentencia suspendida hasta que se produjera un atentado. Cuando esto ocurrió ayer, fue imposible mantener el statu quo. "Es necesario (para mantener el acuerdo) que se produzca esa manifestación expresa (de condena) del EH", subrayó ayer Ibarretxe. El líder vasco convocó además una concentración ante las municipalidades vascas bajo el lema "Bakea behar dugu" ("Necesitamos la paz").

  Los dichos del EH, por supuesto, fueron muy inferiores al requerimiento del PNV. Admitiendo que "la responsabilidad directa (por el atentado) corresponde a sus autores", el portavoz Arnaldo Otegi no dudó en aseverar que la verdadera responsabilidad recaía sobre "la clase política, por no haberla evitado". Esa generalización se tradujo rápidamente en una condena específica al Partido Popular (PP) de Aznar, culpable de "negarse a reconocer la naturaleza política del conflicto". Otegi concluyó manifestando su voluntad de "mantener los compromisos políticos e institucionales", es decir el Pacto de Estella.

  Todo esto les dio a los partidos constitucionalistas vascos una buena oportunidad de romper el frente nacionalista. El PP vasco le pidió directamente a Ibarretxe que "deje de dar cobertura política a los que asesinan". Según un comunicado de la cúpula partidaria, la "suspensión" declarada por el PNV "no es suficiente: es una posición ambigua y éste no es el momento de tibiezas". El partido socialista vasco no fue menos duro: "(Todos los partidos) deben contestar con radicalidad y contundencia, y sin sutilezas vaticanas, al asesinato de la ETA". El líder del PSE-EE, Nicolás Redondo, apuntó "especialmente al PNV" a que reaccione "conjuntamente contra los terroristas y en defensa de la paz".

  Fuera del País Vasco, la proximidad de las elecciones legislativas no impidió que los partidos nacionales se unieran en condena al atentado. El líder del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Joaquín Almunia, llamó a los partidos a estar unidos contra la "violencia terrorista de la minoría que quiere acabar con la vida, la libertad, y los derechos más fundamentales de las personas". Por su parte, Aznar aseguró que "tenemos la capacidad para responder al empeño criminal de ETA, dentro de la ley y el estado de derecho".

  A nivel popular, se registró una respuesta abrumadora a los llamados del gobierno en pos de manifestaciones "por la paz". En San Sebastián, se vivió un momento de tensión cuando una manifestación anti ETA coincidió con una convocada por el EH. Fue probablemente sólo la presencia de un fuerte cordón policial lo que impidió un incidente. En Bilbao se vivió una situación similar. Otras manifestaciones, absolutamente silenciosas, se realizaron en Vitoria, Sevilla, Valencia y Zaragoza, con una asistencia que se contaba en miles.

 

PRINCIPAL