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Por Cecilia Bembibre ![]()
Aunque comenzó
haciendo radio con Mario Pergolini, Paluch intentó luego despegarse de la
imagen provocativa para ser considerado, en sus propias palabras, un
conductor "multitarget". En una entrevista reciente, incluso,
dijo sentirse más cerca del camino que recorre Marcelo Tinelli con
"El show de Videomatch" que de "CQC". Después de
siete años de ausencia en la pantalla chica --durante los que se afianzó
como hombre de radio--, Paluch volvió en 1999 con "Unico
medio", un magazine con ligeras intenciones periodísticas, humor
adolescente y ritmo de radio. Los cambios estivales en la grilla de América
dieron al programa el espacio nocturno de los martes. En rigor, el ciclo
se le había propuesto al conductor hace un año, justamente como una de
las ideas que llevarían a la señal a través del verano.
Desde su estreno,
"Unico medio" mantuvo un promedio que no llegaba a los tres
puntos de rating. El cambio de horario lo favoreció: la semana pasada
midió, según Ibope, seis puntos. El desfile de Giordano, aun sin las imágenes
del escándalo entre modelos, prudentemente omitido en la edición del
evento, fue el programa más visto de la noche, con 19.7 puntos.
"Todos al diván", conducido por Roberto Pettinato y Karina
Mazzocco, le siguió con 8.2 puntos. Detrás de "Unico medio"
quedaron "Ally Mc Beal", con 4.6 y "DNI", con 1.1.
Desde las primeras
emisiones a las de las últimas semanas, se hace evidente un intento de
Paluch por orientarse más a lo informativo, y de dejar de lado las bromas
estudiantiles. Pero lo periodístico deriva, inevitablemente, hacia la
historia de vida, la encuesta callejera y otro tipo de estrategias poco
rigurosas, que hacen que el programa resulte caótico y sin un estilo
definido. El martes pasado, por ejemplo, se trató de modo casi excluyente
la llegada de Maradona a Cuba. "Unico medio" puso al aire las
mismas declaraciones pastosas del futbolista, seguidas de una entrevista
en el piso a un médico cubano que subrayó la eficacia de la medicina de
su país, más un compilado de opiniones "del público", que no
aportaron nada a la cuestión. El segundo bloque estuvo dedicado a la
biografía de dos ex adictos, interpelados por Paluch a razón de millones
de palabras por segundo. Si las entrevistas no pretendían rigurosidad
informativa sino ejemplificar los peligros de las adicciones, el
vertiginoso ritmo impuesto por el conductor --quien muchas veces responde
sus propias preguntas-- no dio cabida tampoco a la intimidad necesaria
para el relato de una historia de vida. Aunque la mayoría de las veces la imposición del ritmo radial en el programa televisivo resulta artificial, hay momentos en los que Paluch y su compañera en el programa, Federica Guibelalde (quien también lo acompaña en la radio) hacen de la cercanía de la radio una estrategia mejorada por el alcance de la televisión. Tal es el caso del segmento "El rinconcito del vecino", en el que se les presta una cámara para exponer algunos de los problemas urgentes de cada barrio.
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