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EN EL CENTRO RIOJANO DE ALTOS ESTUDIOS INAUGURADO POR MENEM TODAS LAS CUENTAS SALEN MAL
La universidad donde 2 más 2 no suma 4

El destino de 25 millones para la construcción de la Ciudad Universitaria de La Rioja, la posible adulteración de actas de exámenes y compra de títulos y por qué habría matriculados 1500 alumnos más que los secundarios egresados son algunos de los datos de una denuncia investigada por la Sigen.


Por Irina Hauser
t.gif (862 bytes) El calor riojano acariciaba la melena, todavía algo más tupida que la actual, de Carlos Saúl Menem. "Esta es una realidad que nada ni nadie va a truncar", dijo el 27 de octubre de 1995 después de colocar la piedra basal de la Ciudad Universitaria de la casa de altos estudios de su provincia natal. A qué realidad se refería, es algo sujeto a libre interpretación. Según una denuncia que investiga la Sindicatura General de la Nación (Sigen), a la que accedió Página/12, de los 63 millones que se pagaron para construir el complejo universitario, 25 millones tuvieron destino desconocido. Otros datos revelan la posible adulteración de actas de exámenes y nóminas de alumnos y docentes. E incluso que el rector tiene asignado para gastos reservados cerca del 10 por ciento del presupuesto. Parte de la información asentada en 20 páginas sintoniza con la de la última auditoría que hizo la Sigen, que agrega otras conclusiones alarmantes. Por ejemplo, que en el último ciclo lectivo hubo 1583 inscripciones más que el total de egresados de escuelas secundarias.

  La Ciudad Universitaria de la Ciencia y la Tecnología, como fue bautizada la nueva sede de la UNLaR, es el resultado de una de las primeras medidas que dispuso Menem tras su reelección. La faraónica construcción empezó el 2 de julio de 1996, el mismo día que el ex presidente cumplía 66 años, y terminó a fines de 1998. Los cálculos iniciales cantaban que la obra completa costaría 42 millones de pesos. Para pagarlos, el presupuesto del '97 concedía el privilegio de una partida especial de algo más de 22 millones. Sin embargo, de acuerdo con documentación que analiza la Sigen, comandada por Rafael Bielsa, el gasto fue de "63.021.604,52 pesos", "financiados en el año '96 12.114.238,12 pesos, en el año '97 24.765.942,36 y en el año '98 26.141.424,04". 

  El nivel de detalles numéricos y anecdóticos sorprendió a algunos de los funcionarios que leyeron la denuncia anónima que, entre otros puntos, dice que "el costo real del complejo universitario es de 23.500.000 pesos". La adjudicación del proyecto, luego de una expeditiva licitación, había beneficiado entre otras empresas a Río Manso SA, propiedad del intendente riojano Luis María Agost Careño y en la que la esposa del ex ministro de Justicia, Raúl Granillo Ocampo, ocupó la vicepresidencia.  

  Desvíos. El informe, recibido por la Sigen hace 15 días, acusa: "Se quedaron con un vuelto de aproximadamente 25 millones". Sugiere, a la vez, "que se investiguen las cuentas Nº BNA. 20390/06 y NBR. 3100168/3" en las que habrían ingresado los fondos para montar laboratorios y equipos informáticos que nunca aparecieron. Y desglosa posibles mecanismos de desvío de dinero en gastos registrados tales como:

  * "12.999.980 pesos en la instalación de un aire acondicionado que no funciona". Además, es un equipo que, según especialistas, costaría 8 millones en plaza, aunque no se deberían haber pagado más de 5 millones.

  * "2.758.920 supuestamente en el equipamiento de 15 laboratorios que no existen". "No hay instrumentos, aparatos ni elementos de laboratorio", dice la denuncia.  

  * "2.962.900 en un centro cultural que no existe", para el cual la UNLaR registró --entre otras cosas-- la compra de revestimientos, pisos, instalaciones, equipamiento de radio y televisión, de confitería, de teatro, utilería, escenográfico y sistemas de audio. 

  * "1.499.400 en equipamiento informático", lo que incluía "unas 80 máquinas y una central de procesamiento" que no estarían a la vista.   

  * "1.675.000 en 16.109 árboles y arbustos", también invisibles. 

  "Desde que se inauguró la ciudad universitaria los locales destinados a instalar laboratorios están vacíos", describió a este diario Estela Cruz, secretaria general del gremio docente local. "El anfiteatro o centro cultural o como lo llamen, tampoco existe --agregó--. Y de plantas, ni hablar: basta pararse y mirar alrededor para comprobar que no hay nada más que césped".

  Curioso reparto. Del presupuesto de alrededor de 13 millones que maneja la UNLaR, la Sigen estudia por qué el rector tendría un 10 por ciento asignado a "gastos reservados" , una atribución de por sí cuestionada para los gobiernos nacionales. Para la administración del rectorado y sus secretarías el porcentaje asignado, cercano al 9 por ciento --según la denuncia--, resultaría excesivo. En tanto, para capacitación, el presupuesto sería cero.

  Despidos. A pesar de la megainversión edilicia, entre 1998 y 1999 la UNLaR despidió a medio centenar de profesores, la mayoría de ellos integrantes de la oposición al rector justicialista Enrique Tello Roldán, según denunció la Asociación Riojana de Docentes Universitarios (Ardu). "Y eso que esta universidad cobra aranceles que van desde los 10 pesos hasta los 70 en carreras como arquitectura y 85 en medicina", agregó Cruz. "Más aún --insistió-- el rector sigue pidiendo un aumento de presupuesto de 5 millones, pero dice que es para mantener las sedes del interior. Diputados el año pasado le solicitó informes, incluso sobre su jubilación de privilegio de 5000 pesos, que nunca contestó". 

  ¿Verdadero o falso? La Sigen estudia si se agrandaron artificialmente los listados de docentes y horas de cátedra, para los cuales el Ministerio de Educación destinó fondos según el acuerdo en paritarias (entre el Consejo Interuniversitario Nacional y la Conadu) refrendado por el decreto 1470/98. El reporte que analiza la Sindicatura afirma que la UNLaR declaró en aquel entonces 1064 cargos docentes, pero en realidad serían 756; también consignó 352 cargos codocentes, que en los hechos serían 142. Del Colegio Universitario General San Martín se declararon 5842 horas cátedra, aunque la cifra real sería 1352. Este último caso fue denunciado por Ardu, con documentación incluida, ante la nueva Oficina Anticorrupción que funciona en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.  

  Pero el listado de posibles irregularidades sigue. La denuncia también cita: "adulteración y falseamiento de actas de examen, 576 casos en el período 1991-1998; venta de diplomas, 48 diplomas comerciados; adulteración de la información sobre la cantidad de alumnos y egresados de los pseudocursos de posgrado (...) y promedios de egresados para la acreencia de becas de posgrado o méritos institucionales...".

  La autenticidad del libro de matrículas también es puesta en duda. En las actas del Consejo Superior, señala el informe anónimo, figura que el rector aseguró: "La UNLaR cuenta con 17.061 alumnos activos, demostrable y verificable con cualquier método y/o medio". Sin embargo, según datos que surgen de la última auditoría oficial, el total de estudiantes no llega a 9000. Vale aclarar: la cantidad de alumnos y docentes es una variable que interviene en la definición del presupuesto asignado a las universidades.

  Lo interesante, ante los ojos de algunos auditores, es que buena parte de esta información tiende a coincidir con la que ya tenía la Sigen el año pasado, al cabo de su auditoría regular. Este parte indicaba ya posibles mecanismos de desvíos de fondos. Mostraba incongruencias tales como que la ciudad universitaria está hecha para 24 mil alumnos, y no para la cifra menor a la mitad existente. Revelaba que aun si el ciento por ciento de los egresados de secundarios riojanos hubieran ingresado en la UNLaR, sobrarían cerca de 1600 matriculados en el último ciclo lectivo. Un diagnóstico escalofriante si se tiene en cuenta que La Rioja no sólo recibe poquísimos estudiantes de otras provincias sino que muchos nativos prefieren irse a estudiar a Córdoba. 

Un rector de tres períodos

Enrique Tello Roldán va por su tercer mandato consecutivo como rector de la Unlar, desde asumió por primera vez en 1992. Peronista conservador, disputó con Carlos Menem en 1982 la interna justicialista por la candidatura a la presidencia. Entre 1973 y 1976, durante el primer gobierno provincial menemista, fue asesor de gabinete y presidente del Consejo General de Educación. Entre 1983 y 1985, durante la segunda gestión menemista, fue juez del Superior Tribunal Riojano. También intervino en la confección del proyecto de la controvertida Ley de Educación Superior, instaló en la Unlar carreras como Abogacía, Comunicación y Sistemas e impuso un arancel mínimo de 10 pesos por alumno. 

 

Cómo reparten el presupuesto

Esta es la forma en que, según gráficos que acompañan la denuncia que estudia la Sindicatura, la universidad riojana distribuye sus 13 millones de presupuesto: 
* Alrededor del 9 por ciento es para gastos reservados del rector. 
* Otro 9 por ciento, para gastos de administración del rectorado y sus secretarías. 
* Para la Secretaría de Ciencia y Técnica, cerca de 6 por ciento. 
* Los sueldos de docentes universitarios reciben el 31,5 por ciento. 
* A los sueldos de codocentes se les asigna un 32 por ciento. 
* Para compra de libros, el porcentaje es 0,02 y para capacitación, cero. 
* Hay un 0,75 destinado a becas estudiantiles. 
* Y un 12,5 para sueldos de autoridades. 


Boletín para ir a examen

  Ente el material que llegó a la Sindicatura surgen otras denuncias sobre la UNLaR que deberán ser sometidos a examen.  

  * "Existencia de expedientes con trámites fraguados para el vaciamiento de fondos; trámites administrativos mellizos y/o trillizos que son pagados por la UNLaR, o la Fundación de la Universidad de La Rioja (FUNLAR), o la Obra Social de la Universidad de La Rioja (OSUNLAR)."

  * "Eliminación de todo instrumento que permita verificar la existencia de un inventario de bienes de la UNLaR y sedes universitarias."

  * "Destrucción, sustitución y falsificación de documentos, legajos y firmas de funcionarios con fines no determinados." 

  * Falta de rendiciones de cuentas de, por ejemplo, la Secretaría de Posgrado desde 1997.

  * "Desviación de fondos destinados a viáticos y gastos de traslado con destinos no determinados."

  * FUNLAR, dice la denuncia, "contrató en 1996 en forma directa a una empresa fantasma o virtual por la suma de 2.600.000 pesos para que realizaran un supuesto relevamiento aerofotogramétrico, trabajo que se pagó, pero que no se concretó nunca. En otra oportunidad recibió 600.000 pesos para un programa de desarrollo argumentando la excelencia universitaria y tampoco se supo dónde fue a parar esa plata."

  * La fundación "no denunció la pérdida de 30.000 litros de aceite de oliva en el año 96/97" ni de equipamientos. 

  * "Ninguna persona conoce un balance o el estado financiero de la Fundación", señala el documento.

  * "Tampoco se conoce un balance o estado financiero de OSUNLAR (...) cuya administración --dicen-- es similar a la Universidad y Fundación." "Los empleados --ejemplifica el texto-- se otorgan autopréstamos y luego no son devueltos."

  * "La universidad no tiene libros en su biblioteca. Tiene unos 700 ejemplares de los cuales el 80 por ciento son libros con más de 20 años y ningún alumno los consulta."

  * "Los grupos selectos del poder se encargan de desestabilizar a los decanos, docentes y empleados mediante el invento de supuestas irregularidades administrativas o académicas o bien les retacea el presupuesto para designaciones docentes..."

  * "Las partidas para sueldos docentes totalizan el 41 por ciento de los Fondos Presupuestarios, cuando en otras universidades alcanza el 71 por ciento."

  * La denuncia también revela el presunto extravío de documentos referidos a la licitación de la obra de la Ciudad Universitaria (pliego de condiciones y especificaciones técnicas de licitación, por ejemplo).



El día que echaron a los auditores de las aulas

Inspectores de la Sigen ya habían intentado investigar en la UNLaR, perono tuvieron acceso a la documentación.

Por I.H. 
"No voy a tolerar la altanería de ustedes", les gritó Enrique Tello Roldán, el rector de la Universidad Nacional de La Rioja (UNLaR), a los auditores de la Sindicatura General de la Nación (Sigen) que habían llegado para realizar una clásica evaluación periódica a fines de agosto del año pasado. Y los invitó a retirarse. "Nos querían hurtar la documentación", acusaba después el riojano enfurecido. En una escena escandalosa de la que se enteró toda la provincia "echaron a los auditores de la universidad, cerraron con llave la oficina donde tenían documentos para analizar, les secuestraron todos esos papeles, los mandaron al hotel y después los deportaron en colectivo a la provincia de Córdoba", relató un funcionario de la Sigen a Página/12.  

  El equipo de la Sigen estaba liderado por el ingeniero Ignacio Díaz Zabala. Ya en aquel entonces en el organismo sospechaban --entre otras cosas-- que la capacidad del campus universitario, ideado para 24 mil alumnos, superaba en más del doble la cantidad de estudiantes efectivos, y que la cantidad de matriculados era muy superior a la de egresados de escuelas secundarias riojanas. Además contaban con elementos para presumir posibles desvíos de fondos y uno los blancos claves a investigar era la Fundación de la Universidad (Funlar) que, al parecer, nunca hizo un balance o reporte de sus estado financiero.

  La Sindicatura, en aquella época dirigida por María Cristina Benzi, tiene entre sus funciones la de auditar universidades nacionales. La auditoría del año pasado duró desde el 30 de agosto al 3 setiembre, pero quedó trunca. Se iba "a evaluar el cumplimiento de la normativa sobre la gestión de convenios --por ejemplo con Funlar--, verificación de existencia de controles referidos a la efectiva prestación de servicios y destino de los fondos", explicaron en la Sigen. 

  Tello Roldán consideró que "la auditoría fue desbordada, parcial e ilegítima", según publicó el diario local El Independiente. "Invadió esferas de otros organismos nacionales y solicitó explicación sobre aspectos que la universidad no debe responder simplemente porque caen fuera de su órbita", sostuvo el rector para quien se estaba violando la autonomía universitaria.

  En una carta que le envió a Benzi y al ex presidente Carlos Menem, Tello Roldán acusaba a la comisión de auditoría de proferir "amenazas y extorsiones a funcionarios y empleados de esta universidad, intentando condicionar o imponer conductas bajo la coacción del sentido del futuro informe a su cargo". También los denunciaba, por ejemplo, por "destinar parte de su actividad a servir intencionalmente de caja de resonancia de la oposición interna docente por medio de entrevistas y recepción de eventuales denuncias y con las consecuencias institucionales esperables". La carta, fechada el 2 de setiembre de 1999, que lleva su firma de puño y letra, tiene dos veces el mismo error ortográfico: "a (sin hache) perpetrado" y "a (sin hache) servido", dice. Como broche de oro, públicamente les imputó ser "simpatizantes de la Alianza".

  Pese a todos los reclamos, los auditores elaboraron un informe donde dan cuenta de manejos irregulares en la UNLaR. Ahora, en función de la detallada denuncia (ver nota central) recibida hace 15 días, la Sigen tiene mucho más para entretenerse.

 

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