|
Se casó a los 17 y al
poco tiempo tuvo a su primera hija. Luego nació Susana, quien fue
secuestrada durante la dictadura y permanece desaparecida. Pero antes había
caído ella, que militaba en el Partido Socialista. Fue detenida en mayo
de 1975 y estuvo dos años en Banfield, Olmos y Devoto. Su carácter
chispeante la hizo cantar y actuar en la cárcel. "Lo hacíamos para
paliar el miedo", explicaba. Cuando salió en libertad se enteró de
que se habían llevado a Susana. Sólo cuando lo recordaba su voz y sus
ojos se ensombrecían. "Tenía un taller donde hacía polleras y mi
hija, que estaba en el ERP, me pidió que emplee a una chica. Yo no sabía,
pero resultó ser la sobrina de Santucho", contaba.
Al principio tuvo
temor, pero finalmente se integró a las Madres que daban vueltas en torno
de la Plaza de Mayo. Cuando se produjo la división entre las de Hebe de
Bonafini y las de la Línea Fundadora --por la cual optó--, ella se
enfermó de amargura. "Me hizo muy mal y entonces mi otra hija me
mostró un aviso donde se promocionaba el secundario para adultos. Me
decidí a cursarlo y al terminarlo me enganché en el ciclo básico para
la facultad", recordaba.
Le faltaban dos
materias para terminar la carrera de Historia, y quería seguir estudiando
Antropología. Sus compañeros, a quienes consideraba como "mis hijos
o mis nietos", piensan ponerle Perla Waserman a una de las aulas de
la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. "El estudio de la
historia me dio elementos para fortalecer mi creencia política", solía
afirmar. Fue candidata a legisladora de Izquierda Unida en las últimas
dos elecciones nacionales.
Este mes había estado
en Cuba. "Mantuvo intacta su fe en la revolución, y aunque le dolían
las concesiones y las dificultades que enfrenta seguía pensando que las
soluciones están dentro del socialismo", confió a este diario su
compañero, Alberto de Renzis. La pareja se había encontrado en la vejez
y se amó con devoción. Perla se enfermó antes de dejar la isla. En la
ventosa madrugada del sábado le falló el ajetreado corazón mientras
dormía en el departamento de su compañero en Parque Patricios.
El escritor Pedro de
León la convirtió en uno de los personajes de su novela histórica Manifiesto,
revolución...¿y después? Era Perla, la remojada, "una
polaquita de buen porte y mejor andar a la que el jefe se la trajo a la
emisora como locutora, y eso porque en cuanto a mover la lengua vaya si la
mueve..."
El jueves las Madres
de Plaza de Mayo la homenajearán al finalizar su ronda. Y ayer fue
recordada durante el acto de Memoria Activa frente a Tribunales. En 1998,
durante la marcha de repudio al golpe militar de 1976, le dijo a Página/12
que quería "ser un ejemplo de que no hay que abandonar las ilusiones
sino vivir para lograr lo que uno sueña".
|