|
Página/12 Por
Eduardo Febbro
Según precisó ayer
el canciller belga y varios de sus allegados, la batalla judicial apunta a
"forzar a Pinochet a quedarse en tierras británicas en caso de que
el ministro británico del Interior decida liberarlo". La acción,
definida como "preventiva", es una respuesta "ojo por
ojo" a los oídos sordos de Londres que el miércoles pasado se negó
a responder a la comisión rogatoria remitida por el juez belga Damien
Vandermeersch donde éste solicitaba un contraperitaje médico del ex
general realizado por un colegio de médicos independientes con la
presencia de un doctor belga.
A juzgar por el tono
que emplea el canciller Louis Michel cuando habla, Bruselas no ha
apreciado en nada la manera "ligera con que Londres quiso pasar por
encima de todo el mundo a último momento". Tras repetir que "Bélgica
hará todo lo que esté a su alcance para demostrar cómo los dictadores
pueden ser alcanzados por su pasado", Louis Michel volvió a evocar
la "visible jugarreta londinense que hubiese consistido en liberar a
Pinochet mientras la Justicia británica estudiaba nuestra comisión
rogatoria. Mientras tanto, el general habría sido liberado al tiempo que
nuestro pedido encontraba una respuesta positiva, pero claro, una
respuesta sin efecto porque Pinochet ya se encontraría en Chile".
Fuentes de la Cancillería belga precisaron a Página/12 que
"ahora se trata de hacer lo mismo que Straw: aceptar la carrera
contra el tiempo que nos impuso utilizando todas las armas que existen
para combatir". Ayer por la tarde, el jefe de la diplomacia Belga
salió de su relativa reserva para anunciar que haría todo "lo
humana y jurídicamente posible para impedir que Pinochet regrese a Chile.
La Justicia no es una cuestión de criterios", añadió antes de
precisar que "a más tardar este jueves Bélgica sometería el caso
ante la Alta Corte de Justicia". Dicha acción se espera en realidad
para hoy mismo. Simultáneamente, el abogado londinense que representa los
intereses belgas en Londres, Richard Stein, prepara otro recurso que debe
ser sometido a más tardar el jueves en la Corte Internacional de Justicia
de La Haya. "Es una doble pinza para cerrar todos los caminos
posibles de la partida de Pinochet", puntualizó sin ambigüedad
Michel.
|