Por Laura Vales
El
Mercado Central tiene como nuevo jefe a un viejo conocido. Juan Carlos
Piriz, el primer titular de la Corporación tras la llegada de Carlos
Menem al poder, ayer volvió a ocupar su viejo despacho como presidente
del Central, luego de ocho años de ausencia. El regreso fue dispuesto por
el gobernador bonaerense Carlos Ruckauf, quien ya aprobó el nombramiento
correspondiente. Pero el remozado funcionario, como la entidad que ahora
vuelve a comandar, tiene su historia: una biografía que a mediados del 93
quedó ligada al escándalo que comprometió a las primeras filas del PJ
bonaerense en el reclutamiento de �batatas� para todo servicio.
Hombre de estrecha confianza de Alberto Pierri, el �Gordo� Piriz, como
todos le llaman en La Matanza, es conocido como un puntal del PJ en lo que
fue el histórico bastión del pierrismo en la provincia. Cuando en agosto
de 1993 Página/12 reveló la existencia de un sistema de reclutamiento de
patotas en el Mercado Central, Piriz ya no estaba entre sus directivos.
Pero los changarines, operadores y ex funcionarios de la entidad
señalaron en dirección a él a la hora de explicar cómo se había
montado el sistema.
El mecanismo de reclutamiento de las patotas, según fuentes de la propia
entidad, nació de la mano de Pierri en 1988, pero cobró vuelo con el
triunfo del menemismo al año siguiente. Aníbal Stella, por entonces
director del Central, lo había dejado traslucir sin demasiadas vueltas:
�Acá siempre hubo patotas�, explicó en esos días; �todos son
peronistas; los dirigentes saben que acá consiguen mano de obra de
inmediato�. Stella desmintió posteriormente esas declaraciones, pero
los propios changarines confirmaron después los manejos de distintas
corrientes del justicialismo para armar �grupos de seguridad� y
conseguir militantes para las campañas.
Los changarines que trabajan en la descarga de mercadería fueron
organizados en cooperativas durante la administración radical; en poco
tiempo sus directivos pasaron a ser identificados por los automóviles
último modelo en los que llegaban al Mercado, inaccesibles incluso en
sueños para los cooperativistas encargados del trabajo duro de acarrear
cajones entre las naves de frutas, verduras y pescados.
Entre esos directivos hubo algunos, como Alberto Olmos, que había sido
bancario pero terminó como socio de �Batata� Juárez en la
conducción del manejo de La Ideal, una de las cooperativas en cuestión.
En 1988, al calor de las internas entre Antonio Cafiero y Carlos Menem por
la candidatura presidencial del peronismo, �Batata� y los suyos se
alinearon con Menem y colaboraron con entusiasmo en la campaña. Algunos
memoriosos aseguran incluso que lograron viajar a Anillaco, y repiten la
misma anécdota sobre Piriz.
El episodio relatado tuvo lugar en la parrilla El Jagüel, frente al
Mercado Central, donde Pierri reunió a los hombres de las cooperativas y
garantizó: �Si me entero que uno solo de mis hombres le saca plata a
los trabajadores, les saco el brazo�. Según uno de los asistentes a esa
reunión, Cacho Campos, presidente de una cooperativa, le respondió: �Entonces
empiece por cortarle el brazo al que tiene a la derecha�. El que ocupaba
ese lugar era Piriz.
El dirigente había sido, antes de llegar al Central, un militante de
pasado combativo enrolado en la renovación peronista desde su aparición
y hasta 1988, cuando cruzó la vereda hacia las filas del menemismo. En La
Matanza todavía se lo recuerda como un caudillo que desarrolló su propio
poder en el manejo de las áreas comunitarias y de movilización social.
Allí fue, durante un tiempo, secretario de Gobierno del ex intendente del
partido Héctor Cozzi, un hombre del que se afirma que su mayor mérito
partidario fue ser contador de las empresas de Pierri y haber armado su
staff con profesionales y pocos punteros. Después de su gestión en el
Central, Piriz pasó al Senado de la provincia y fue reemplazado por Raúl
Leguiza, un ex changarín que acumuló poder y terminó desplazado en
mediodel escándalo junto al �Batata� Juárez cuando se conocieron los
mecanismos de reclutamiento de �militantes� para los actos políticos.
En la noche del 25 de agosto de 1993, cuatro días después de que este
diario publicara la primer nota sobre el Central firmada por
Hernán López Echagüe, el periodista fue atacado por un grupo de
desconocidos en la puerta de su casa. La agresión ocurrió luego de que
López Echagüe mantuviera un fuerte cruce con Alberto Pierri en �Hora
Clave�, el programa de Mariano Grondona. �Recibimos y chequeamos
denuncias sobre sus vínculos con Juan Carlos Piriz y los manejos mafiosos
dentro del Mercado Central�, había retrucado el periodista ante los
argumentos de Pierri para relativizar la veracidad de la información
publicada.
Por esas casualidades del destino, la golpiza se convirtió en motivo para
la primera aparición pública de Carlos Ruckauf como flamante ministro
del Interior. A las siete de la mañana del 26 de agosto, el ahora
gobernador llegó al hospital Otamendi para visitarlo y formular frente a
las cámaras de televisión la rutinaria promesa de investigar a fondo el
episodio. La causa judicial, en la que debió declarar el propio Pierri,
terminó archivada. Siete años más tarde, el ex ministro, devenido en
gobernador, repuso a Piriz en su antiguo puesto.
EL PJ CAPITAL DISCUTE EL ARMADO DE LA
LISTA
�La candidatura de Cafiero ya está�
Por Fernando Almirón
Antonio Cafiero será quien represente al justicialismo en las elecciones
de jefe de Gobierno de la Ciudad, el 7 de mayo. �Lo de Cafiero ya está,
falta resolver quiénes ocuparán los lugares de privilegio en la listas
de legisladores�, aseguraron a Página/12 hombres cercanos a Raúl
Granillo Ocampo, que resignaría así su propia candidatura a favor del
senador bonaerense aunque públicamente diga lo contrario. �Estamos
dispuestos a ceder a Granillo, pero al menos queremos a ocho de nuestros
hombres entre los doce que tienen posibilidades de entrar a la Legislatura�,
reclamaron en el oficialismo del PJ porteño esgrimiendo su triunfo en las
polémicas elecciones internas en abril del año pasado. �Antonio no ira
como mascarón de proa de impresentables�, respondieron por su parte los
cafieristas.
Los operadores de Cafiero apuestan a la creciente soledad de Granillo
Ocampo para imponer las condiciones de una candidatura con la que, según
dicen, buscarán �recuperar a los peronistas que, disconformes con la
actual conducción del partido en la Capital, emigraron hacia otras
expresiones, y recuperar el justicialismo en la Capital a mediano plazo�.
La debilidad del ex ministro comenzó cuando el propio Carlos Menem le
dijo a un grupo de dirigentes, entre los que se encontraba Granillo
Ocampo, �humildad y si es necesario dar un paso al costado� para
permitir la formación de una lista de unidad que represente a todo el PJ
porteño. A esta altura eran más los disidentes que los oficialistas. Un
grupo de duhaldistas, liderado por Alberto Iribarne, emigró a la filas de
Domingo Cavallo. Otro, representando por Jorge Telerman e Irma Roy,
amarraron sus destinos al de Gustavo Beliz. Daniel Scioli, Javier Mouriño
y Andrés Rodríguez se quedaron discutiendo su espacio dentro del
partido.
Si bien el �paso al costado� de Granillo Ocampo es un hecho, el
riojano no renunciará formalmente a su postulación ante el Consejo
Metropolitano hasta que no se termine de negociar la composición de la
lista de candidatos a diputados porteños. Los más optimistas dicen que
sobre los 60 legisladores que se elegirán, el PJ podría colocar 12. De
éstos, los granillistas quieren ocho.
Pero Cafiero quiere �despejar� la nómina tal como fue diseñada por
Granillo, que sumó a hombres del histórico municipal Amadeo Genta:
Alejandro Amor, y a la hija del inhabilitado dirigente Juan Carlos Suardi,
María Eva. �Hay que dejar lugar para los que queremos que vuelvan al
peronismo�, aseguran los cafieristas quienes afirman que �Antonio se
tomará un tiempo para decidir quién será su compañero de fórmula�.
De hecho en ese lugar lo imaginan a Beliz, de Nueva Dirigencia, quien
sigue aún con su intensa campaña para captar el voto de los porteños.
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