Por Nora Veiras
El
ministro de Educación, Juan José Llach, es un hombre austero, pero
generoso con sus amigos. Según los cálculos de su equipo, logró reducir
en 10 millones de dólares los gastos administrativos y de funcionamiento
para el corriente ejercicio. Claro que el ahorro le permitió asignar
fondos públicos a salarios más que tentadores para sus colaboradores de
confianza. Designó al historiador Roberto Cortés Conde como jefe de su
gabinete de asesores con un sueldo en bruto de 10.920 pesos. Además, para
terminar de convencerlo de la necesidad de que deje su puesto de titular
de la carrera de Historia de la Universidad de San Andrés, puso a su
disposición un auto con chofer.
Página/12 quiso saber los motivos de ese nombramiento y se comunicó con
el ministro Llach.
�¿Por qué nombró a un asesor con un salario de casi 11 mil pesos?
�No puede ser esa cifra.
�Pero ministro, en la resolución usted le asigna 3900 unidades
retributivas y el valor de cada unidad es de 2,80 pesos.
�Habrá un mal cálculo. No me acuerdo, pero es una remuneración
equiparable a la de un secretario. No puede ganar más que yo.
�¿Usted cuánto cobra?
�El salario de bolsillo es de aproximadamente 9300 pesos. Es la mitad de
lo que se cobraba en otras épocas por derecha e izquierda. Los
secretarios ganan un 15 o 20 por ciento menos.
�Pero si la unidad retributiva equivale a 2,80 pesos, el cálculo es
sencillo.
�No me acuerdo cuál es el valor.
�¿Lo averigua y me lo dice?
�Sí, como no, con total transparencia.
Al día siguiente, el ministro confirmó a través de su sala de prensa
que, tal como había calculado este diario en base al texto de la
resolución Nº 3, firmada por él el 17 de diciembre pasado, el salario
en bruto de Cortés Conde es de 10.920 pesos, pero que con los descuentos
del 18 por ciento recibe en mano 8964 pesos. Es decir que el jefe de
asesores cobra apenas 336 pesos menos que el ministro y más que los dos
secretarios de Estado del gabinete educativo, con sueldos que rondan los 8
mil pesos. �El ministro no tiene nada que decir�, explicaron los
asesores de Llach.
Este diario llamó por teléfono al despacho de Cortés Conde, pero su
secretaria informó que estaba de viaje en el exterior. En realidad,
estaba varado en Washington por una tormenta de nieve. Horas más tarde,
desde la cartera educativa se comunicaron con Página/12 para comentar
que, el 31 de diciembre, Cortés Conde renunció a una jubilación de 1500
pesos y además dejó un puesto en la actividad privada con honorarios
mucho mayores para dedicarse a formar el Instituto de Financiamiento de la
Educación, lo cual le implica negociar con las grandes empresas para que
aporten fondos para mejorar la educación. Todas resoluciones que tomó
por propia decisión, atraído por la propuesta del ex viceministro de
Domingo Cavallo. El historiador de sólidas relaciones con la Iglesia se
habría molestado porque �me están buscando el pelo en la leche� y,
en realidad, él no sabía cuánto iba a cobrar.
En el paper sobre el �Estado de situación� de la cartera educativa
que recibió el presidente Fernando de la Rúa se explica que �el
Instituto de Financiamiento de la Educación será una herramienta
destinada a convocar a todo tipo de actores para participar del
financiamiento de innovaciones educativas específicas. A través de una
metodología en la que cada peso recaudado comprometerá al Estado
nacional y a los Estados provinciales en su aporte, el ministerio
organizará un instituto que garantice la transparencia absoluta de los
fondos y la capacidad de control en la utilización de los mismos�.
Algunos pedagogos cuestionan la formación de ese instituto porque la
cartera nacional podría resignar protagonismo en la orientación de las
políticas educativas. La resolución rubricada por Llach fundamenta la
designación en que �es necesario conformar el gabinete de asesores del
suscripto para el presente ejercicio presupuestario, fijando los niveles
de retribución pertinentes. La presente medida se dicta en uso de las
atribuciones conferidas por la Decisión Administrativa Nº 1, de fecha 3
de enero de 1996 y sus modificatorias, Nº 6 del 6 de enero de 1998 y Nº
477 del 16 de septiembre de 1998. En la parte resolutiva designa, a partir
del 10 de diciembre de 1999, en carácter de jefe de asesores del
suscripto, al doctor Roberto Cortés Conde, asignándole la cantidad de
tres mil novecientas (3900) unidades retributivas�.
La reforma administrativa del Estado realizada durante el menemismo fijó
el valor de las unidades retributivas en 2,80 pesos para los cargos en la
administración pública que no integran los planteles permanentes. La
cantidad de unidades para cada cargo es una decisión a discreción del
funcionario que las otorga en función del interés en atraer a
determinados profesionales. En el caso de Cortés Conde, indudablemente el
interés es alto.
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