Desde Dolores
Gustavo
Prellezo sonrió. Parecía pensar �hoy es mi día�. Sus abogados,
Jorge Freire y David Lettieri, utilizaron todos los recursos imaginables
�y algunos inimaginables� para aliviar su situación procesal. A pesar
de que nadie espera que quede en libertad, ayer los defensores del ex
oficial de policía pidieron la �libre absolución� en los cargos que
se le imputan y la nulidad de todo el proceso. Fue un alegato extraño,
condimentado por citas de Aristóteles y Foucault y caracterizado por el
uso de tecnología de punta y por los golpes de efecto. Freire y Lettieri
apuntaron al blanco más fácil: destruyeron en su alegato las versiones
contradictorias de los cuatro horneros. E intentaron desligar a Prellezo
de todo lo que pasó en la cava.
Los dos abogados del imputado más comprometido en la causa debían
remontar una difícil cuesta. Para eso, se valieron de los servicios del
experto en informática Gustavo Tenuto, que ya desfiló por la audiencia
del Tribunal. Así, citaron con audio e imágenes las declaraciones de
Horacio Braga, Sergio González, Héctor Retana y José Luis Auge.
Para empezar, aportaron un elemento que había sido olvidado en los más
de doscientos cuerpos del expediente. Un informe preliminar de la autopsia
que certifica que en la cava se secuestraron �restos de una cámara
fotográfica�. Así quisieron acreditar que la versión de los horneros
con respecto a que rompieron en trozos la cámara y la arrojaron al canal
1, cerca de General Conesa, es falsa. Los fiscales les respondieron
explicando que, en realidad, lo que se había incautado eran los restos de
un intercomunicador Skytel. Sin embargo, allí la defensa se anotó un
punto, al explicar que eso no estaba incorporado a la causa.
David Lettieri usó un argumento que resultó, al final, bastante sólido.
Criticó que se hubiera dado más crédito en la causa a los dichos de
cuatro �coimputados� �como llamó a los horneros� que a los
testigos. Se refería al episodio que sucedió frente a la casa de Cabezas
en Pinamar, cuando fue secuestrado. Además, recalcó que Horacio Braga y
sus compañeros afirmaron que no golpearon al reportero gráfico en el
momento del secuestro. En cambio, las pericias certifican que Cabezas
recibió una golpiza.
Con la retórica de un profesor de filosofía y lingüística, Jorge
Freire no ahorró citas para justificar sus pedidos de nulidad. �¿Por
qué se dio crédito a prueba obtenida con recursos ilegales?�, indagó
refiriéndose a la pericia psiquiátrica de José Abásolo. Y se
respondió: �Debe pedirse la nulidad de todas las demás pruebas que
surgen a partir de aquélla�. En términos jurídicos, se trata de la
�regla de exclusión�.
La defensa de Prellezo también solicitó sanciones penales por las
torturas que, según ellos, sufrió su defendido durante su detención. La
mejor defensa, habrán pensado, es el ataque. En cualquier caso, los
defensores se lucieron aunque pocos creen que Prellezo pueda zafar de la
condena.
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