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Abuelas, tíos, el INS y Clinton en este capítulo
Elián recibe otro regalo.
Esta vez, una cámara de fotos.

Por Florencia Grieco

t.gif (862 bytes) Es el summum de los talk-shows, de las historias �en tiempo real� y de las persecuciones televisadas tan identificablemente norteamericanas. Y en estricto respeto a la agotadora moda latina, el protagonista es cubano (aunque muchos actores de reparto estadounidenses quieran convertirlo en uno de ellos). La fama ya empezó a afectarlo: usa celular y zapatillas descomunales obsequiadas por sus promotores, posa ante las cámaras con naturalidad y parece tener una incipiente conciencia de que cada estornudo suyo tira de la cuerda de la vetusta diplomacia del Estrecho de Florida. Pero su entorno mediático-familiar sigue empujando brutalmente el límite warholiano de que �todos tienen sus 15 minutos de fama�: después de dos meses exactos de tire y afloje (literal) por Elián, su tío-abuelo se negó a ser el artífice del reencuentro con sus abuelas cubanas en Miami, aunque le organizó una fiesta ejemplar en la reproducción a escala barrial de La Pequeña Habana. Es que el show debe continuar.
En la novela de Elián el cargo de director-guionista parece uno de los más disputados. En un rincón se ubica la bancada republicana del Congreso norteamericano, decidida a que mañana comience la cuenta regresiva para otorgar la ciudadanía estadounidense al balserito cubano solicitada por el legislador Connie Mack. Ayer, el presidente Bill Clinton salió a anunciar enigmáticamente que �todavía no he decidido qué hacer� si el proyecto de ley prospera. En la vereda de enfrente está el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), dependiente del Departamento de Justicia, que ya reconoció el derecho del padre sobre el destino de Elián, y que ayer exigió al tío-abuelo que hoy lleve al niño a sede de la Universidad Barry en Miami, dirigida por la religiosa Jeanne O�Laughlin, �para que pueda tener la oportunidad de estar con sus abuelas, solos los tres�. En caso contrario, y según Fox News, el INS estaría decidido a demandarlo.
En el medio de la confrontación, y avalado por la firme determinación de la cadena CBS, está el aspirante a productor Craig Anderson, que pretende quedarse con el puesto ejecutivo y decidir quién será el nuevo niño mimado de Hollywood capaz de interpretar la trágica historia de Elián en la pantalla chica. Y aunque el publicista y vocero de la familia cubanoamericana, Armando Gutiérrez, negó que la familia fuera a aceptar negociar los derechos televisivos de la historia, no pudo evitar reconocer que el verdadero drama sigue dando material tentador para una megaproducción: �Si quieren, lo pueden hacer sin derechos. Pero para conseguir la historia verdadera tendrán que tenerlos�.
Tal vez los derechos sean necesarios para saber qué pasó ayer en la casa de La Pequeña Habana. La primera versión corrió por cuenta del diario oficial cubano Granma: �El lugar donde estaba secuestrado el niño era un bochornoso espectáculo. Un banquete, mesas, paella y lechón asado, letreros de bienvenida, mafiosos con flores blancas, una multitud de cámaras de televisión y micrófonos de radio, y en medio de aquel circo reinaba la loba feroz, (la congresista) Ileana Ros�. Pero la familia negó que los cientos de anticastristas apostados alrededor de la casa fuesen �de la mafia cubana de Miami�. Todo era, según el tío-abuelo, una muestra de cómo vive Elián desde su naufragio el 25 de noviembre pasado.
Para las abuelas, la escena de �circo� �transmisión por televisión, helicópteros siguiendo a los familiares� no era conveniente para el dilatado (y promocionado) reencuentro. Pero, a su vez, el tío-abuelo de Elián se negaba a llevarlo al aeropuerto donde las dos mujeres esperaron durante cuatro horas por miedo a �que lo metiesen en el avión y se lo llevaran�. Con una sincronización cinematográfica, justo cuando el avión despegaba de vuelta hacia Washington, los tío-abuelos, una hermana de la abuela materna de Elián, y Spencer Eig, uno de los cinco abogados que asesoran a la familia, irrumpieron en escena. �Es muy triste que se vayan corriendo de un aeropuerto de Miami, no esperaran 42 segundos y ahoraquieran volver. Es como la canción esa, �Volver, volver, volver��, relató publicitariamente el portavoz familiar.
De vuelta en Washington, y después de la frustrada travesía, las abuelas completaron la recorrida de presión por la vuelta de Elián en el Congreso, junto a los demócratas Sheila Jackson-Lee (Texas) Jim McGovern (Massachusetts), José Serrano (Nueva York) y David Bonio (Michigan). Los otros familiares de Elián retrucaron inmediatamente desde Miami con la misma jugada (ir a la capital a buscar apoyo político para que el niño se convierta en un estadounidense con todos los papeles) y un golpe de efecto extra (el apoyo de los otros dos sobrevivientes cubanos al naufragio). Pero de derechos televisivos �por ahora� ni hablar. Es que, después de todo, ¿para qué ceder un protagonismo que aprendieron a sostener tan bien?

 

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