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 Justo empate entre Boca y Racing en Mar del Plata. Con este resultado, a River le bastará con el empate ante su clásico rival para juntar una copa más. Y por lo que se vio ayer, con estos precarios, endurecidos e inconexos equipos de típica pretemporada, nada indica que no se le dará otra vez. Boca estuvo más cerca pero terminó muy desordenado; Racing, que hizo menos cambios, jugó todo el partido igual, sin brillo pero con cierto orden, y casi se le da al final. Racing empezó ganando en una jugada insólita. El pelotazo largo tirado desde el fondo a la izquierda de la defensa de Boca donde picaba solitario el joven Diego Milito no parecía peligroso pues tanto Traverso como Marchessini (central debutante) estaban con él, rodeándolo. Sin embargo, aunque estaba cercado por ellos y la raya, Córdoba salió y se incorporó a la reunión. Traverso lo dejó patear y como el arquero no estaba, la pelota entró mansa. 1-0 y no había pasado nada. Durante los siguientes 50 minutos Boca hizo bastante más, lo suficiente como para alcanzar el empate y tal vez algo de ventaja, pues Cáceres, a lo largo de todo el primer período y en el comienzo del segundo, se convirtió en el único y suficiente obstáculo serio para impedir el empate. Le sacó dos remates a Delgado desde afuera �lo único que hizo antes de salir con un esguince de rodilla� y le ganó un mano a mano al joven enganche Pérez, que se movió bastante bien en Boca, además de un remate a Moreno en la misma jugada. Todo durante el primer tiempo, mientras Racing no llegaba. En el arranque del segundo, Cáceres �en su única vacilación� dio rebote ante un tiro libre de Pérez y Moreno tocó al gol. Y enseguida otra vez el arquero sacó un cabezazo del enganche. A partir de ahí el trámite se hizo más parejo y Racing comenzó a llegar más, siempre llevado por Peralta y con la única carta ofensiva del joven Milito, que por dos veces �siempre por derecha� pudo definir: una vez se le cruzó en el disparo Marchessini con el brazo pegado al cuerpo y en la última hizo todo bien y a Córdoba lo salvó el palo. Las novedades en los equipos fueron positivas en Milito, desmañado pero difícil de marcar, y Pérez, que mostró visión y buen cabezazo: pudo hacer un golazo. Los centrales Marchessini y Tambussi (uno en cada equipo) alternaron buenas y desprolijas. Los demás, en lo suyo: la prodigalidad de Quiroz, el buen manejo a veces excesivo de Peralta, la combatividad sin claridad de Gustavo, la pesadez de Barijho, los notables reflejos de la figura: Cáceres. En síntesis: otro partido desgarrador (en todos los sentidos), por las deficiencias técnicas de ambos, losproblemas de pretemporada, las ausencias y además, como un sino, por las malditas lesiones.
�LA QUIEBRA DE RACING SE LEVANTARA EN FEBRERO�
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