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El defensor de Ríos seguirá con
su alegato para el libro Guinness

El abogado del ex custodio de Yabrán habló durante todo el día y seguirá hoy. Pedirá la nulidad del juicio y la absolución desu cliente alegando serias irregularidades y parcialidad del Tribunal.

Jorge Sandro expone, casi sin leer, su profuso e irónico alegato, ante la mirada atenta de Ríos.
El abogado, que fue contratado por la familia de Yabrán, se lució criticando a jueces y policías.


Desde Dolores

t.gif (862 bytes) El abogado de Gregorio Ríos, Jorge Sandro, confirmó ayer la gran expectativa que había generado su exposición. Ayer, como estaba previsto, el defensor de Ríos desacreditó �con la didáctica de un irónico profesor universitario� a la acusación fiscal, echó un manto de sospecha sobre la imparcialidad del Tribunal y logró desautorizar a dos polémicos testigos, claves para la suerte de Ríos, de quien pidió la absolución. Además solicitó que se declare nulo al juicio, por la presunta violación de derechos y garantías constitucionales. La Cámara Penal y de Garantías de Dolores, compuesta por Raúl Begué, Jorge Dupuy y Susana Yaltone, decidió pasar a un cuarto intermedio hasta hoy a las 9.30. Varios abogados de la defensa interpretaron ese acto como un intento de dar más tiempo a los fiscales, que deben replicar a Sandro.
El abogado de Ríos, que fue contratado por la familia del difunto Alfredo Yabrán, puntualizó con precisión cuáles serían los puntos de su alegato. Para empezar, argumentó que el Tribunal �que ya actuó en el caso durante el período de instrucción� no puede ahora resolver en el juicio oral porque no sería imparcial. Sandro citó jurisprudencia europea que resultó desconocida para algunos de los letrados intervinientes en el juicio. Y terminó con una grave afirmación. �Se presenta una situación de sospecha legítima sobre la actuación de los magistrados�, explicó.
En un segundo paso, el abogado del jefe de custodios de Yabrán se dedicó a cuestionar la acusación y el alegato elaborados por los fiscales Felipe Defelitto, Claudia Castro y Eduardo Campos Campos. �Es absolutamente insuficente comunicar una lista de pruebas sin realizar ningún análisis�, explicó, para después solicitar la nulidad de la acusación. Sandro apuntó a demostrar que la instigación que el ministerio público le imputa a Ríos no está probada, porque �no se cumplió con la descripción clara del hecho a cargo de Gregorio Ríos�. Se refería a la instigación del crimen.
Como era de esperar, no se guardó calificativos cuando tuvo que analizar la actuación del perito psiquiatra José Abásolo en el caso. �Se ha convertido en un agente de la Gestapo y no ha tenido límites para extraer una confesión�, acusó Sandro. Luego explicó que �está absolutamente prohibido que se introduzca la declaración de un imputado al debate por la vía de una pericia�. Por todo eso, el abogado pidió que se procese al perito psiquiatra, que según Sandro padece de �delirios mesiánico-místicos en combinación con rasgos sádico-agresivos�, por falso testimonio agravado y usurpación de funciones de otro cargo.
A la tarde, después del cuarto intermedio que dispone todos los días el tribunal para que almuercen los abogados y los acusados, Sandro prosiguió su tarea. Se dedicó entonces a poner en duda la calidad como prueba del programa informático Excalibur, que certificó la existencia de varios llamados entre Gustavo Prellezo y Gregorio Ríos. Aunque argumentó que no se puede invertir la carga de la prueba �presumiendo culpabilidad en vez de inocencia�, admitió las comunicaciones telefónicas. Pero aclaró, astuto, que no prueban que tuvieran un móvil criminal.
La ofensiva de la defensa continuó contra tres testigos, considerados claves: Alberto Capay, Alicia Riera y Ricardo Manselle. Con los dos primeros, Sandro cantó victoria. Logró desautorizarlos y puso en evidencia contradicciones clarísimas. Capay �se encargó de recordar Sandro� llegó a la causa por intermedio del oficial de policía Carlos Stoghe, sobre quien pesan demasiadas sospechas que lo ligarían al crimen. Hoy continuará la exposición de Sandro. Cuando termine su alegato, sólo habrá que esperar cinco días para conocer la sentencia.

Informe Martín Piqué.

 

De demoras y malas caras

Ayer, en el inicio de la sesión, el presidente del tribunal volvió a lucir su fino sentido del humor. �Creo interpretar al doctor Juan Martín Cerolini si les pido disculpas por la demora.� El camarista se refería a la tardanza del defensor de los �horneros�. Estos, José Luis Auge, Héctor Retana, Horacio Braga y Sergio González lucían realmente de mal humor. Fuentes cercanas a los horneros asociaban la tardanza y la preocupación de los acusados al aborto del supuesto pacto entre Eduardo Duhalde y los cuatro imputados de Los Hornos. El detonante de la depresión de los acusados fue una declaración de Duhalde a la revista Gente negando una posible conmutación de pena para los horneros. Fuentes cercanas al tribunal y a los propios letrados de la defensa aseguraban que Cerolini había partido raudo hacia Pinamar a pedir explicaciones a altos dirigentes del duhaldismo. Esa sería la explicación de la demora y de la mala cara de los imputados.

 

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