Palos belgas en la silla de ruedas del ex dictador
La intervención del gobierno belga es la última esperanza de que se revierta la decisión británica de liberar a Pinochet. El veredicto del juez quedó pospuesto para el lunes, cuando podría decidirse la salida inmediata del ex dictador o el inicio de un nuevo capítulo en esta saga de más de 15 meses.
Una manifestante ante
la Alta Corte británica, ayer. Seis organizaciones de derechos humanos también reclaman.
Página/12 en Gran Bretaña Por Marcelo Justo Desde Londres
El juez Maurice Kay anunciará el próximo lunes por la mañana si autoriza el inicio de una revisión judicial de la decisión �preliminar� del ministro del Interior británico Jack Straw de suspender el proceso de extradición de Pinochet a España por �razones humanitarias�. Así lo indicó ayer el mismo Kay al final del día y medio que duró la audiencia preliminar. El gobierno de Bélgica y seis organizaciones de derechos humanos argumentan que el ministro del Interior debe dar a conocer el informe médico en el que se fundamentó la decisión del ministro. Por su parte, Straw aduce que querría pero no puede hacerlo, porque los abogados del general Pinochet no se lo autorizan y la ley británica exige que se respete el derecho a la confidencialidad de la relación médico-paciente. La posición del gobierno belga se basa en la carta que su ministro de Justicia entregó al embajador británico el 14 de enero, dos días después que Jack Straw anunciara su decisión �preliminar�, solicitándole acceso, estrictamente confidencial, al informe médico. Al formular el anuncio, el ministro Straw había otorgado un plazo de siete días a las partes intervinientes en el caso para presentarle �argumentos legales� a favor o en contra de la extradición. En la audiencia de ayer por la mañana la representante del gobierno belga, la abogada Presiley Baxendale, indicó que al no revelarle el informe, el gobierno británico le �ataba las manos� porque le impedía presentar argumentos sobre �una decisión cuyas consecuencias son muy importantes para la postura belga�.Amnesty International, Human Rights Watch, la Asociación de Familiares de los Desaparecidos, Justicia, Redress, y la Fundación Médica para el Tratamiento de las Víctimas de Tortura solicitan una revisión judicial por las mismas razones, pero la presencia del gobierno belga tiene un peso gravitacional que podría resultar decisivo. A diferencia de las organizaciones de derechos humanos que tienen más estatura moral que legal en el caso, Bélgica es parte interviniente ya que junto a España, Francia y Suiza, es uno de los cuatro países de la Unión Europea que han solicitado la extradición. La abogada del gobierno belga dejó ayer en claro su sospecha de que la negativa del Ministerio del Interior a divulgar el informe médico era para evitar objeciones sobre el mismo. �El principio de confidencialidad médica que alega el ministerio no es absoluto�, señaló Presiley Baxendale.El gobierno británico dice tener las manos tan atadas como el belga o las organizaciones de derechos humanos. En la audiencia del miércoles, el abogado del ministro del Interior Jonanthan Sumption indicó que Straw había ofrecido suficiente información a las partes para que presentaran sus argumentos. Entre la información que destacó el letrado, se encontraba el nombre de los cuatro miembros del panel de expertos que lo revisó el cinco de enero y el anuncio que hizo el propio Straw ante el Parlamento británico de que Pinochet estaba mentalmente incapacitado para enfrentar un juicio. Sumption añadió que el ministro había ofrecido garantías a Pinochet de que los resultados de los informes médicos serían reservados. Esta versión de los hechos ha sido cuestionada por los pinochetistas que puntualizaron que la confidencialidad fue propuesta por Straw y no solicitada por el ex dictador.En caso de que el lunes el juez Kay se incline por las tesis del gobierno el proceso podría acelerarse de un modo vertiginoso. El martes Jack Straw podría dar a conocer su decisión final de suspender el proceso de extradición y el ex dictador quedaría en libertad. Como en las películas estadounidenses, el anuncio podría desatar una carrera entre elgeneral Pinochet, que presuntamente aquejado de demencia senil y otros achaques físicos intentaría cubrir como una flecha el trayecto entre su mansión de Wentworth y la base militar británica donde lo aguardará el avión de la fuerza aérea chilena, y los grupos de derechos humanos (y quizás el gobierno belga) por impedir su liberación con una nueva y más que improbable solicitud de revisión judicial.La otra posibilidad, menos favorecida pero no descartada por los expertos legales y analistas políticos, es que Kay considere que efectivamente hay argumentos para que se proceda a una revisión judicial de la decisión de Straw. El caso debería airearse nuevamente en la Alta Corte de Justicia de Londres y enfrentaría al Ministerio del Interior y el gobierno belga y/o las organizaciones de derechos humanos. Si el juez llega a la conclusión de que Straw tiene que rever su decisión de negarse a revelar el informe médico, el caso se complicaría aún más porque el juicio de los cuatro expertos podría ser cuestionado.Es la más improbable de tantas opciones pero, demente senil aunque no tonto, el general Pinochet no tiene lista sus valijas como el 25 de noviembre de 1998, cuando cumplía 83 años y la Cámara de los Lores dio la segunda gran sorpresa de esta historia al declarar que su condición de ex jefe de Estado no le concedía inmunidad ante la Justicia inglesa. La primera sorpresa, la que pocos pudieron creer, fue el mismo arresto de Pinochet, unos dos meses antes, un ya remoto (e histórico) 16 de octubre.
UN PERIODISTA ARGENTINO FUE ATACADO EN
PARAGUAY El caso del cadáver muerto asesinado
La casa del periodista argentino Alberto Avila fue atacada en la madrugada del miércoles en Asunción. Avila, que trabaja como corresponsal para la Cadena Iberoamericana de Noticias, explicó en una conversación telefónica que, durante la noche, su casa recibió 24 disparos de Itaka. La Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) repudió el atentado y pidió su esclarecimiento. Avila investigó el crimen del vicepresidente paraguayo Luis María Argaña y llegó a la conclusión de que ya estaba muerto cuando fue acribillado el 23 de marzo pasado. Esto es lo que afirman los seguidores del ex general prófugo Lino Oviedo, sindicado por la Justicia paraguaya como el principal responsable del asesinato de Argaña. �Sentí dos explosiones muy fuertes, pero como yo vivo cerca de una villa suele haber disparos, así que no me llamó en ese momento la atención. A las siete de la mañana, cuando bajé la escalera y llegué al living vi las 24 perforaciones en la puerta�, declaró Avila. El periodista aseguró que el ataque está relacionado con su investigación sobre la muerte de Argaña, por la que ya había sido amenazado en reiteradas oportunidades. �Nadie me llamó para decirme que me iba a matar, pero las dos veces que me llamaron me dijeron que dejara de investigar lo de Argaña porque la iba a pasar mal�, dijo Avila.La versión que da Avila de la muerte de Argaña es la misma que sostiene el oviedismo: que el vicepresidente estaba gravemente enfermo y que ya estaba muerto cuando su camioneta fue baleada. �Yo empecé a hurgar en la causa y descubrí que por ejemplo Argaña tenía tres impactos de bala y el vehículo cinco (...) No tenía una sola gota de sangre en la camisa. Estaba completamente pálido y tenía los labios violáceos y hacía 10 minutos que estaba muerto. Cuando lo bajan de la camioneta tenía la mano completamente rígida�, explicó. El mismo Oviedo salió anteayer a defender a Avila por radio diciendo que las amenazas contra el periodista partían de �quien está interesado en que este crimen no se investigue�.Avila también concluyó que el verdadero beneficiado con su muerte no fue el ex general golpista Lino Oviedo, sino el presidente paraguayo de ese momento, Juan Carlos Wasmosy. �A Wasmosy se le acababan los fueros porque dejaba de ser senador y la amenaza más grande que tenía era más de 100 causas por enriquecimiento ilícito.� Avila aseguró que �Oviedo no es un santo, pero no mató a Argaña�.
El juez Maurice Kay anunciará el próximo lunes por la mañana si autoriza el inicio de una revisión judicial de la decisión �preliminar� del ministro del Interior británico Jack Straw de suspender el proceso de extradición de Pinochet a España por �razones humanitarias�. Así lo indicó ayer el mismo Kay al final del día y medio que duró la audiencia preliminar. El gobierno de Bélgica y seis organizaciones de derechos humanos argumentan que el ministro del Interior debe dar a conocer el informe médico en el que se fundamentó la decisión del ministro. Por su parte, Straw aduce que querría pero no puede hacerlo, porque los abogados del general Pinochet no se lo autorizan y la ley británica exige que se respete el derecho a la confidencialidad de la relación médico-paciente. La posición del gobierno belga se basa en la carta que su ministro de Justicia entregó al embajador británico el 14 de enero, dos días después que Jack Straw anunciara su decisión �preliminar�, solicitándole acceso, estrictamente confidencial, al informe médico. Al formular el anuncio, el ministro Straw había otorgado un plazo de siete días a las partes intervinientes en el caso para presentarle �argumentos legales� a favor o en contra de la extradición. En la audiencia de ayer por la mañana la representante del gobierno belga, la abogada Presiley Baxendale, indicó que al no revelarle el informe, el gobierno británico le �ataba las manos� porque le impedía presentar argumentos sobre �una decisión cuyas consecuencias son muy importantes para la postura belga�.Amnesty International, Human Rights Watch, la Asociación de Familiares de los Desaparecidos, Justicia, Redress, y la Fundación Médica para el Tratamiento de las Víctimas de Tortura solicitan una revisión judicial por las mismas razones, pero la presencia del gobierno belga tiene un peso gravitacional que podría resultar decisivo. A diferencia de las organizaciones de derechos humanos que tienen más estatura moral que legal en el caso, Bélgica es parte interviniente ya que junto a España, Francia y Suiza, es uno de los cuatro países de la Unión Europea que han solicitado la extradición. La abogada del gobierno belga dejó ayer en claro su sospecha de que la negativa del Ministerio del Interior a divulgar el informe médico era para evitar objeciones sobre el mismo. �El principio de confidencialidad médica que alega el ministerio no es absoluto�, señaló Presiley Baxendale.El gobierno británico dice tener las manos tan atadas como el belga o las organizaciones de derechos humanos. En la audiencia del miércoles, el abogado del ministro del Interior Jonanthan Sumption indicó que Straw había ofrecido suficiente información a las partes para que presentaran sus argumentos. Entre la información que destacó el letrado, se encontraba el nombre de los cuatro miembros del panel de expertos que lo revisó el cinco de enero y el anuncio que hizo el propio Straw ante el Parlamento británico de que Pinochet estaba mentalmente incapacitado para enfrentar un juicio. Sumption añadió que el ministro había ofrecido garantías a Pinochet de que los resultados de los informes médicos serían reservados. Esta versión de los hechos ha sido cuestionada por los pinochetistas que puntualizaron que la confidencialidad fue propuesta por Straw y no solicitada por el ex dictador.En caso de que el lunes el juez Kay se incline por las tesis del gobierno el proceso podría acelerarse de un modo vertiginoso. El martes Jack Straw podría dar a conocer su decisión final de suspender el proceso de extradición y el ex dictador quedaría en libertad. Como en las películas estadounidenses, el anuncio podría desatar una carrera entre elgeneral Pinochet, que presuntamente aquejado de demencia senil y otros achaques físicos intentaría cubrir como una flecha el trayecto entre su mansión de Wentworth y la base militar británica donde lo aguardará el avión de la fuerza aérea chilena, y los grupos de derechos humanos (y quizás el gobierno belga) por impedir su liberación con una nueva y más que improbable solicitud de revisión judicial.La otra posibilidad, menos favorecida pero no descartada por los expertos legales y analistas políticos, es que Kay considere que efectivamente hay argumentos para que se proceda a una revisión judicial de la decisión de Straw. El caso debería airearse nuevamente en la Alta Corte de Justicia de Londres y enfrentaría al Ministerio del Interior y el gobierno belga y/o las organizaciones de derechos humanos. Si el juez llega a la conclusión de que Straw tiene que rever su decisión de negarse a revelar el informe médico, el caso se complicaría aún más porque el juicio de los cuatro expertos podría ser cuestionado.Es la más improbable de tantas opciones pero, demente senil aunque no tonto, el general Pinochet no tiene lista sus valijas como el 25 de noviembre de 1998, cuando cumplía 83 años y la Cámara de los Lores dio la segunda gran sorpresa de esta historia al declarar que su condición de ex jefe de Estado no le concedía inmunidad ante la Justicia inglesa. La primera sorpresa, la que pocos pudieron creer, fue el mismo arresto de Pinochet, unos dos meses antes, un ya remoto (e histórico) 16 de octubre.