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ESPECTACULAR DUELO EN MELBOURNE
Tenis fantástico

Agassi venció a Sampras en un partidomemorable y es finalista del Abierto australiano. En mujeres, Hingis-Davenport. 

Andre Agassi jugó un partido casi perfecto.
Steffi Graf, en la platea, sufrió y gozó con su novio.


Por Sebastián Fest

t.gif (862 bytes) Es tenis lo que jugaron Andre Agassi y Pete Sampras? ¿Practican esos dos hombres el mismo deporte que el resto de sus colegas? Quince mil extasiados espectadores en el Rod Laver Arena de Melbourne responderían sin dudas que no, y millones de espectadores en todo el planeta no podrían sino estar de acuerdo. Agassi avanzó a la final del Abierto de Tenis de Australia derrotando a Sampras por 6-4, 3-6, 6-7 (0-7), 7-6 (7-5) y 6-1, pero el resultado se redujo a anécdota ante uno de los partidos más extraordinarios de los últimos años.
Fueron dos horas y 55 minutos donde pasó de todo, pero siempre, exceptuando el último set, con un tenis de altísimo nivel como eje. La derrota le impide a Sampras por el momento ganar su Grand Slam número trece, una marca jamás alcanzada. Su próxima oportunidad llegará en Roland Garros, torneo que nunca ganó. Agassi jugará el domingo la final con el ganador del partido que disputaban anoche el ruso Yevgueni Kafelnikov y el sueco Magnus Norman, pero no quiso hablar del tema, sino disfrutar de su cuarta final consecutiva en torneos de Grand Slam �el último en lograr semejante marca fue el australiano Rod Laver en 1969� y la posibilidad de comenzar el 2000 como líder de la �carrera de campeones� de la ATP. En mujeres, Martina Hingis venció a Conchita Martínez por 6-3, 6-2 y Lindsay Davenport a Jennifer Capriati por 6-2, 7-6 (7-4) y mañana disputarán la final.
�No juegas un gran partido para cederlo en el último segundo�, dijo Agassi acerca de un choque en el que caminó al borde del precipicio. Sampras estaba dos sets a uno y 5-5 en el tie break del cuarto, a sólo dos puntos de la final. Minutos antes había tenido un break point sobre el servicio de su rival en el tres iguales del set. Desencajado y enojado, Sampras admitió tras la derrota que las fuerzas lo abandonaron al ceder el cuarto set, y que jamás había perdido convirtiendo 37 aces, como hizo hoy. �Es desilusionante, pero espero que sea sólo el comienzo de un gran año�.
Fue sin embargo elusivo cuando se le preguntó acerca de uno de los dos momentos clave del partido. Sampras servía 0-1 en el quinto set e interrumpió repentinamente su movimiento de saque para mirar hacia su izquierda y preguntar en forma bien audible: �¿Piensas seguir con eso?�. El interrogado era el entrenador de Agassi, Brad Gilbert, sentado al lado de una hiperactiva y nerviosa Steffi Graf. �Escuché algunas cosas cuando fallé un tiro, pero no es algo importante�, aseguró, en tanto que Agassi se molestó cuando se le planteó el tema. �No sé qué pasó, pregúntale a él�, respondió cortante y perdiendo el tono relajado que había imperado hasta el momento en la sala de prensa.
Pero la verdadera acción estuvo sobre el rebound-ace del Melbourne Park. Hacía frío, y el viento bajaba la sensación térmica a poco más de diez grados con el techo del estadio abierto y dejando entrar los últimos rayos de un sol que apareció con cuentagotas en el torneo. Agassi, completamente de negro, exceptuando sus zapatillas, y Sampras, de punta en blanco, ofrecieron el contraste perfecto desde el comienzo.
No hubo tanteo alguno. Desde el primer punto los dos protagonistas de la noche ofrecieron un repertorio enmudecedor. Servicios a 206 kilómetros por hora que eran devueltos como si nada. Aces de segundo saque a 200 kilómetros por hora. Un tie break perfecto de Sampras para llevarse el tercer set. Tiros imposibles que volvían una y otra vez a una velocidad impropia de seres humanos.
También hubo anécdotas. Una bandada de pájaros en el tercer juego del tercer set paró el partido. Agassi se quejó de que estaban inundando de excrementos su zona de saque, y tomó él mismo una toalla para limpiar el piso.
El otro momento clave, para el recuerdo y ver una y otra vez en el video, el tie break del cuarto set, ganado 7-5 por Agassi. Passings a lacarrera, aces, voleas imposibles y un público con sobredosis de adrenalina recordaron al extraordinario 18-16 de McEnroe y Borg en Wimbledon 80.
La única diferencia es que éste fue más corto. Un passing de derecha cruzado de Agassi decretó la definición en el quinto set y mostró a Graf de pie y estallando en un grito que paralizó a la tribuna. La escena se cerró con doscientos fotógrafos apuntando a la mujer que de número uno del mundo pasó a novia más famosa del tenis mundial. Y entonces llegó el cruce Sampras-Gilbert, y un partido que se encaminaba a ser el mejor quedó sólo como uno de los mejores. Agassi dedicó reverencias y besos a los cuatro costados, y Sampras, tan disgustado como ovacionado, salió sin saludar al público. Fuera de sí, Graf saltaba y lanzaba gritos agudos literalmente colgada de Gilbert en los pasillos del Rod Laver Arena. En segundos ambos desaparecieron en un ascensor rumbo a la sala de jugadores. Allí esperaba Agassi, el hombre que ganó un partido que vale un Grand Slam.

 

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