
GUARDIA
Antes
de asumir su banca visitó el despacho que le tocaría ocupar después del
10 de diciembre, el 640. Lo encontró estrecho y le pidió al ex jefe de
Gabinete, Jorge Rodríguez, que le cediera el que tenía asignado para él,
separado apenas por una pared en la que los decoradores colocaron una
puerta. Después pintaron, alfombraron de rojo y agregaron detalles que
fueron aprobados por el flamante senador antes de viajar a la India, en
plan de descanso. Pero una certera patada voló la puerta de las oficinas.
El formoseño Manuel Rodríguez, que había perdido su propio despacho
durante la Nochebuena, buscó revancha e instaló sus petates y a dos
colaboradores que se turnan para hacer guardia durante las 24 horas en el
espacio conquistado en el cuarto piso del Senado, al que no piensa
renunciar. Carlos Corach, el usurpado, por ahora deberá atender sus
asuntos en los pasillos del Congreso.
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