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Los
detalles del memorándum serán anunciados hoy en Davos por Stanley
Fischer, el número dos del FMI, y en los próximos días será girado a
Washington para que sortee la revisión del directorio del organismo.
"El acuerdo tiene un claro sentido precautorio. La Argentina no va a
tener dificultades en acceder al mercado de crédito voluntario para
financiar su déficit. Con este crédito contingente, el país estará
protegido ante cualquier eventualidad internacional", explicó el
secretario de Hacienda. Desde
Davos, José Luis Machinea estuvo durante todo el día en contacto
permanente con el Ministerio, poniendo al tanto de las negociaciones a su
secretario de Hacienda, Mario Vicens. No bien cerró trato con los máximos
funcionarios del Fondo, Machinea se lo comunicó a De la Rúa, quien también
está de visita en Suiza. El jefe de Estado, entonces, llamó por teléfono
a "Chacho" para anoticiarlo y dar una fuerte señal política de
la fortaleza interna que existe en la Alianza, dejando a su vice como
portavoz del anuncio, según interpretaron funcionarios del propio
Gobierno.
"Se
trata de un monto que triplica el acuerdo logrado por el gobierno
anterior", señaló Machinea. En
Buenos Aires, los integrantes del equipo económico se mostraron de buen
humor y relajados. El anuncio del convenio era el epílogo de varias
semanas de tensas negociaciones con la misión del Fondo que visitó la
Argentina. Alvarez las calificó de "arduas, trabajosas y difíciles".
La lectura oficial es que este acuerdo abrirá las puertas a una inmediata
baja de las tasas de interés que el país afronta al momento de buscar
financiamiento. "En ese sentido, éste ha sido un paso
importante", declaró Vicens, que junto con el secretario de
Programación Miguel Bein flanqueó ayer a Alvarez. "Hasta tanto las
medidas que ya hemos tomado tengan efecto, el FMI es un interlocutor
calificado para transmitir a los mercados los avances y la solvencia del
programa argentino", añadió.
Por
el lado de las cuentas públicas, el Gobierno deberá alcanzar un déficit
fiscal de 4700 millones de pesos, incluyendo los 200 millones que costará
la reestructuración del PAMI, respetando lo que está fijado en el
Presupuesto del 2000. Para el año que viene, ese desequilibrio tendrá
que disminuir hasta los 2800 millones y desaparecer hacia el 2003. En
cuanto a la meta de crecimiento, para este año se proyecta una expansión
del 3,5 al 4 por ciento y de entre 4 y 5 por ciento para los años 2001 y
2002.
El
tema más conflictivo de las negociaciones con el FMI fue el desorden
fiscal en las provincias. Mientras los técnicos del Fondo pretendían que
el Gobierno nacional se comprometiera a asumir una meta fiscal consolidada
entre Nación y provincias, Machinea se opuso ya que de esa manera violaría
la Constitución.
Finalmente,
el acuerdo tomó como base la propuesta del ministro, lo que dejó
contentos a los miembros del equipo económico. "Les ganamos la
pulseada", afirman. En concreto, las pautas fiscales para los
distritos del interior fueron apuntadas de manera "puramente
indicativa". Al término de este año la Argentina debería mostrar
un déficit consolidado de 6900 millones de pesos: 4700 millones de la
Nación y 2200 millones de las provincias. De cumplirse, la ecuación
significaría un severo ajuste para los gobernadores. En el '99, las
provincias registraron un rojo fiscal de aproximadamente 3700 millones.
Si
bien Economía no se comprometió a imponerles pautas a los gobernadores,
lo que sí hará Machinea es limitar el endeudamiento de las provincias.
La fórmula pasará por restringir las autorizaciones que la Nación
otorga a los distritos cuando éstos quieren ir en busca de créditos
internacionales. Sin embargo, en el Palacio de Hacienda admiten que el
mayor problema lo representa la provincia de Buenos Aires, responsable de
la mitad del déficit provincial, que tiene la capacidad de endeudarse por
sí misma, sin necesidad de pedir autorización a Economía.
En
cuanto a las metas "cualitativas", el Gobierno se comprometió a
enviar este año tres proyectos de leyes: reforma previsional en la que se
incluiría un aumento en la edad jubilatoria de las mujeres, de 60 a 63 años,
reforma laboral y una nueva ley de Coparticipación con las provincias.
Hasta tanto esto no se apruebe, regirá el Pacto Fiscal rubricado a fin de
año. En cambio, se desechó la desregulación de las obras sociales y la
conversión del Banco Nación en una sociedad anónima. En la Carta de
Intención solo figurará que esa entidad tendrá "transparencia en
las cuentas". Como
el crédito se otorga bajo la modalidad de "stand by", la
performance argentina será monitoreada trimestralmente.
También Fraga resaltó
ante los empresarios la importancia de la supervivencia del bloque para la
economía de Brasil, al tiempo que relativizó las dificultades para
avanzar en las negociaciones bilaterales por acuerdos comerciales claves,
como el nuevo régimen automotor.
Del encuentro participó
también el ministro de Finanzas de México, Guillermo Ortiz, quien aseguró
que el gobierno de su país buscará "profundizar sus vínculos
comerciales con el Mercosur, como un mercado que consideramos importantísimo
para nuestra proyección comercial".
La posición del
gobierno argentino ya había sido expuesta por Machinea anteayer en
Zurich, ante inversores europeos de primera línea. En la ocasión, el
ministro pronosticó que la devaluación real de la moneda brasileña, hoy
en el orden del 30 por ciento, se reducirá hacia mediados de año en
torno al 15 por ciento por el aumento de precios internos. De ese modo,
será menor la pérdida de competitividad de la economía argentina.
"Pero para enfrentar esta situación también debemos reducir
nuestros costos. Por eso impulsamos la reforma laboral y una reducción en
las tarifas de los servicios públicos", fue la respuesta del
ministro ante la pregunta de un inversor que quiso saber qué está
haciendo el gobierno para evitar el éxodo de empresas a Brasil.
Esta última parte de
su argumentación repitió ayer en el almuerzo con Fraga y Ortiz. La
conferencia buscó demostrar una imagen sólida del bloque regional ante
los inversores extranjeros, en un contexto de amplia repercusión
internacional. Asimismo, Machinea afirmó que "las negociaciones con
el ALCA continuarán, pero siempre tomando como base el Mercosur". Por su parte, Fernando de la Rúa dijo ayer, en su exposición ante inversores, empresarios y banqueros, que el objetivo del Mercosur será establecer una moneda única para los países socios. No obstante, admitió que, al menos por el momento, ésta era una expresión de deseos ya que la moneda común para la región es "una realidad lejana". Para llegar a ella, apuntó el Presidente, hay que conseguir "primero el equilibrio macroeconómico de todos los países que forman el Mercosur y aumentar la competitividad". En un futuro, continuó De la Rúa, el objetivo será conseguir "una moneda única como la lograda en la Unión Europea".
FERNANDO
DE LA RÚA SE ENTREVISTARÁ
CON STANLEY FISCHER
El presidente arribó
ayer a Davos pasado el mediodía y, tras su encuentro con Tony Blair,
ofreció una conferencia en el centro de convenciones del Foro Económico.
Fue compartida con el presidente colombiano, Andrés Pastrana. Relajado,
con tono didáctico, De la Rúa comentó cuál es el rumbo económico que
pretende imprimirle a su gestión. "Nos encontramos con una situación
fiscal muy complicada. Por eso tuvimos que aumentar impuestos y ajustar
muy fuertemente el gasto público. Aunque a nadie le gusta tomar esas
medidas, consideramos que peor era mantener un déficit que iba a resultar
más perjudicial para todos", señaló.
También detalló que
han comenzado negociaciones con las provincias para tender a una disminución
de los desequilibrios en sus cuentas, y que habrá "un combate sin
tregua a la evasión". "Acabo de llegar desde Suecia y en los
contactos que mantuve con varios jefes de Estado, ellos me dijeron que su
preocupación es reducir el déficit. Quiere decir que vamos por el buen
camino", argumentó.
Al igual que Machinea
cuando se encuentra con inversores, De la Rúa buscó mostrar la imagen de
solvencia económica y responsabilidad fiscal como aspectos fundamentales
de su gestión. Pero también envió un mensaje hacia sus críticos en la
Argentina. Enfatizó que "muchos me cuestionan por haber aumentado
los impuestos, y dicen que la gente que me votó está con mucho mal
humor. Todo lo contrario, la gente es más inteligente que los opinadores
y el 70 por ciento, según las encuestas, aprueba las medidas que
tomamos", aseguró.
Antes que le
preguntaran, el jefe de Estado sostuvo que "estamos muy cerca de
llegar a un acuerdo con el FMI". En ese momento, Machinea se
encontraba en su hotel terminando de negociar el programa, vía telefónica,
con los delegados del organismo en Buenos Aires, Tomás Raichmann y Teresa
Ter Minassian. Pero De la Rúa también buscó ratificar en ese ámbito el compromiso del gobierno con el Mercosur. "Las asimetrías generadas con Brasil han ocasionado algunos problemas. Pero los vamos a resolver, no tengan dudas", concluyó.
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