|
Ayer, al menos, el
Partido Socialdemócrata (SPOe) terminó de abandonar sus intentos de
formar un frente anti-Haider. La dirigencia partidaria disolvió
formalmente su coalición de 13 años con el OVP. "Todos los puentes
están rotos", explicó el jefe del bloque parlamentario, Peter
Kostelka, quien denunció que los conservadores ya negociaban desde enero
con Haider. El Partido Socialdemócrata (SPOe) había intentado desde
octubre renovar su coalición con el OVP para impedir que el FPOe entre al
gobierno. Luego de que esa tentativa fracasara definitivamente hace dos
semanas, el presidente Thomas Klestil recurrió a la alternativa
desesperada de encargarle al SPOe la formación de un gobierno de minoría.
Eso no duró ni una semana, y el martes el líder socialdemócrata Viktor
Klima renunció a cualquier intento de formar gobierno. El quiebre
definitivo ayer de la alianza SPOe-OVP dejó entonces el campo libre, para
la coalición negro-parda, lo que evocó el espectro de un aislamiento
internacional como el que el país vivió en la presidencia de Kurt
Waldheim (1986-1992), por haber integrado la Wehrmacht hitleriana.
El ascenso de Haider
provocó conmoción en la Unión Europea. Bélgica llegó a sugerir que la
UE debería analizar una "respuesta común" para el caso de que
el FPOe llegara al gabinete. El portavoz de la Comisión Europea, Peter
Guilford, rechazó la idea subrayando que "no sería oportuno influir
en la formación del gobierno". Guilford aseguró no obstante que
"vigilaremos si sus acciones son compatibles con el tratado y la
legislación europeos". El presidente de la Comisión, el italiano
Romano Prodi, lanzó una advertencia velada al líder del OVP Wolfgang
Schuessel, el probable jefe de Estado de un gobierno negro-pardo, cuando
declaró que estaba "profundamente preocupado; espero clarificaciones
(porque) Schuessel era antes proeuropeo". El ex ministro de Cultura
francés Jack Lang también apuntó contra Schuessel al pedirle en una
carta que "en toda amistad y con todo respeto, rechace esa mortal
alianza".
Pero las reacciones más
violentas contra un gobierno OVP-FPOe vinieron del Parlamento Europeo. Su
titular democristiana, Nicole Fontaine, advirtió ayer que "la
llegada al poder del partido de Haider sería intolerable, su ideología
está en las antípodas de los valores humanistas". Los diputados
socialistas, con el segundo mayor número de escaños, prepararon una
petición titulada "Europa debe detener a Haider". Algunos de
ellos analizaron incluso la exclusión de Austria de la UE. En Viena, el
comisario de agricultura de la Unión, el austríaco Franz Fischler, trató
con el presidente Klestil "la crítica reinante contra la evolución
de la política interior en Austria".
Nunca lento, Haider
convocó ayer mismo a una conferencia de prensa para refutar las críticas
desde el exterior. Estimó que detrás de todo había una confabulación
de la socialdemocracia europea: "Ya se sabe que cuando se produce un
encuentro de la izquierda se articulan esas críticas". Pero,
"creo que nuestro nuevo gobierno, si se concreta, convencerá por su
acción que conduce una política humana, que quiere una Europa de
ciudadanos y no de burócratas y que está por los fundamentos democráticos".
Eventualmente, "Los convenceremos como hemos convencido a los austríacos".
Con toda solemnidad, pasó entonces a revelar que viajaría a Israel --país
que ha amenazado con sus romper relaciones diplomáticas con Austria si el
FPOe entraba al gobierno-- para reunirse con "viejos austríacos".
No sólo eso, sino que también quiere entrevistarse con el premier Ehud
Barak (quien ya lo calificó de ser "el mal en Europa"), siempre
y cuando este último "se lo pueda permitir políticamente".
|