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¿Quiere ser el primer político de Austria? Sea un nazi en serio

Las alternativas en Austria se reducen ahora a una coalición entre conservadores y neonazis, o elecciones generales donde los neonazis de Jeörg Haider saldrían primeros. Los socialdemócratas rompieron ayer su coalición con los conservadores.


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"Los soldados austríacos en la Segunda Guerra no fueron criminales, sino víctimas". "Por el simple hecho de haber perdido una guerra, no hay que pensar que bailaremos eternamente al son de los vencedores". "En el Tercer Reich se hizo una política de empleo correcta". "La nación austríaca es un monstruo, un aborto ideológico". "Este país no será libre hasta que sea un país alemán". "En realidad, Austria no es una democracia que funcione, sino que es una democracia autoritaria en fase de desarrollo bajo el control de los partidos autorizados por las fuerzas de ocupación". "Ni siquiera Goebbels había acosado a Austria en los días de transición como lo ha hecho el Consejo Judío Mundial". ¿Le gustan las opiniones de Jeörg Haider, líder del Partido de la Libertad austríaco (FPOe)? Si no es así, prepárese para un mal trago: la entrada del FPOe al gobierno parece cada día más segura; una encuesta confirmó ayer que, si se celebraran elecciones, el FPOe saldría primero con el 33 por ciento, superando a los socialdemócratas (32 por ciento), lo que hace que entre el FPOe y el conservador OVP --que se basaría en las elecciones de octubre pasado, en las que el FPOe obtuvo "sólo" el 27 por ciento de los votos-- sea visto como el mal menor.      

  Ayer, al menos, el Partido Socialdemócrata (SPOe) terminó de abandonar sus intentos de formar un frente anti-Haider. La dirigencia partidaria disolvió formalmente su coalición de 13 años con el OVP. "Todos los puentes están rotos", explicó el jefe del bloque parlamentario, Peter Kostelka, quien denunció que los conservadores ya negociaban desde enero con Haider. El Partido Socialdemócrata (SPOe) había intentado desde octubre renovar su coalición con el OVP para impedir que el FPOe entre al gobierno. Luego de que esa tentativa fracasara definitivamente hace dos semanas, el presidente Thomas Klestil recurrió a la alternativa desesperada de encargarle al SPOe la formación de un gobierno de minoría. Eso no duró ni una semana, y el martes el líder socialdemócrata Viktor Klima renunció a cualquier intento de formar gobierno. El quiebre definitivo ayer de la alianza SPOe-OVP dejó entonces el campo libre, para la coalición negro-parda, lo que evocó el espectro de un aislamiento internacional como el que el país vivió en la presidencia de Kurt Waldheim (1986-1992), por haber integrado la Wehrmacht hitleriana.   

  El ascenso de Haider provocó conmoción en la Unión Europea. Bélgica llegó a sugerir que la UE debería analizar una "respuesta común" para el caso de que el FPOe llegara al gabinete. El portavoz de la Comisión Europea, Peter Guilford, rechazó la idea subrayando que "no sería oportuno influir en la formación del gobierno". Guilford aseguró no obstante que "vigilaremos si sus acciones son compatibles con el tratado y la legislación europeos". El presidente de la Comisión, el italiano Romano Prodi, lanzó una advertencia velada al líder del OVP Wolfgang Schuessel, el probable jefe de Estado de un gobierno negro-pardo, cuando declaró que estaba "profundamente preocupado; espero clarificaciones (porque) Schuessel era antes proeuropeo". El ex ministro de Cultura francés Jack Lang también apuntó contra Schuessel al pedirle en una carta que "en toda amistad y con todo respeto, rechace esa mortal alianza".

  Pero las reacciones más violentas contra un gobierno OVP-FPOe vinieron del Parlamento Europeo. Su titular democristiana, Nicole Fontaine, advirtió ayer que "la llegada al poder del partido de Haider sería intolerable, su ideología está en las antípodas de los valores humanistas". Los diputados socialistas, con el segundo mayor número de escaños, prepararon una petición titulada "Europa debe detener a Haider". Algunos de ellos analizaron incluso la exclusión de Austria de la UE. En Viena, el comisario de agricultura de la Unión, el austríaco Franz Fischler, trató con el presidente Klestil "la crítica reinante contra la evolución de la política interior en Austria".

  Nunca lento, Haider convocó ayer mismo a una conferencia de prensa para refutar las críticas desde el exterior. Estimó que detrás de todo había una confabulación de la socialdemocracia europea: "Ya se sabe que cuando se produce un encuentro de la izquierda se articulan esas críticas". Pero, "creo que nuestro nuevo gobierno, si se concreta, convencerá por su acción que conduce una política humana, que quiere una Europa de ciudadanos y no de burócratas y que está por los fundamentos democráticos". Eventualmente, "Los convenceremos como hemos convencido a los austríacos". Con toda solemnidad, pasó entonces a revelar que viajaría a Israel --país que ha amenazado con sus romper relaciones diplomáticas con Austria si el FPOe entraba al gobierno-- para reunirse con "viejos austríacos". No sólo eso, sino que también quiere entrevistarse con el premier Ehud Barak (quien ya lo calificó de ser "el mal en Europa"), siempre y cuando este último "se lo pueda permitir políticamente".

 

IDEAS DE UN POLITICO ITALIANO
Tiro libre al inmigrante

Contagiado por el fenómeno neonazi en las vecinas Austria y Suiza, un responsable de la derecha secesionista del norte de Italia propuso ayer la creación de un cuerpo especial que dispare sobre los inmigrantes que intentan entrar en Italia, según indicó ayer la agencia ANSA. La bestia es Alberto Mazzoneto, secretario provincial por Venecia de la secesionista Liga del Norte, y su brillante idea fue expuesta en una carta abierta al gobierno central en Roma. Dicho sea de paso, en la capital italiana, quince negocios, cuyos propietarios son judíos, aparecieron pintados con esvásticas y lemas racistas.

  "La Italia fascista participó en la persecución de los judíos", había explicado anteayer el jefe del gobierno italiano, Massimo D'Alema, en una charla con estudiantes en Roma. Se refería a las leyes raciales de 1938, bajo el régimen de Benito Mussolini, por las cuales 8569 judíos italianos fueron deportados a campos de exterminio nazis, de los cuales 7557 fueron asesinados. Se ve que en Italia, algunos consideran que la vida es bella sin inmigrantes ni judíos, lo que parece ser un lema en los Alpes europeos. "El gobierno debiera crear un cuerpo especial de tiradores a desplegar en las fronteras y zonas de riesgo, con la orden de disparar en cuanto vean a criminales y clandestinos", propuso Mazzoneto. "El incremento exponencial de los fenómenos de criminalidad está directamente vinculado con la entrada indiscriminada de masas de inmigrantes clandestinos", explicó en un sesudo análisis el dirigente secesionista, por lo que "en cuanto las fuerzas del orden empiecen a tirar a matar, el problema de la criminalidad y la inmigración clandestina se resolverá radicalmente".

 

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