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Por Facundo Martínez Desde Mar del Plata Sin pretensiones, y hasta desganados debido a la alta cantidad de bajas que sufrió el equipo, Boca tendrá hoy la oportunidad de quebrar la mala racha del verano cuando enfrente a River por la Copa de Oro de esta ciudad. El encuentro, segundo superclásico del 2000 --el primero lo ganó River por 3 a 0, en Córdoba--, cerrará el cuadrangular del que participaron, además, Racing e Independiente. Con dos triunfos adentro, a River le alcanza con un empate para ganar el torneo marplatense, mientras que Boca, un triunfo y un empate previos, está obligado a ganar si lo que quiere es cortar la cadena de festejos del equipo de Ramón Díaz.
Para los xeneizes, el superclásico será un partido más, en el
que habrá que prender una vela que conjure la racha negativa de roturas y
desgarros --con las recientes lesiones de Marcelo Delgado, el mellizo
Gustavo y César La Paglia, Bianchi ya puede contabilizar diez bajas--.
Tanto el técnico como los jugadores le han quitado de antemano créditos
al partido y al posible resultado. "Yo sé que todavía nos faltan
cuatro partidos. Contra River, Vélez, San Lorenzo, y otra vez contra
River; en el lapso de 14 días. Esto nos obliga a seguir rotando jugadores
para estar lo mejor posible el 13 de febrero cuando juguemos con
Independiente. Esa es nuestra meta", dijo el entrenador.
También los jugadores se quitaron presión de encima y prefirieron
no hablar de revancha. José Basualdo señaló: "Estamos pensando en
el comienzo del torneo y la Copa Libertdores, que es lo más importante
que hay y no en estos torneos. Siempre son lindos partidos y a uno lo
motiva el hecho de jugar un superclásico". Apoyado en la notable
merma de espectadores que han sufrido los distintos encuentros del verano,
el volante lanzó un grito ciego: "Devaluado está el torneo. No sé
quién gana con estos partidos. Hasta ahora son más los que pierden. Pero
bueno, están los compromisos hechos y hay que jugar". Por otra
parte, entre las novedades, ayer se destacó la vuelta al fútbol de
Walter Samuel, quien por la mañana participó de un partido informal
junto al resto de sus compañeros en la cancha de Ferro Carril Sur de
Tandil, donde por la tarde la reserva jugó un amistoso frente al equipo
local.
Por el lado de River, las cosas están más tranquilas. El equipo
de Ramón Díaz ha comenzado muy bien el año: ganó todos los partidos
que disputó, y además, pese a no tener a dos de sus grandes figuras
(Aimar y Saviola), en todas sus apariciones el equipo dejó una buena
imagen colectiva y de sus individualidades, como Víctor Zapata y Cristian
Ledesma que no podrá jugar frente Boca por una suspensión. Ramón Díaz
dispondrá por lo menos cuatro cambios respecto de la formación que venció
el pasado lunes a Independiente. Roberto Trotta irá por Leo Ramos, el
colombiano Mario Yepes lo hará por Pedro Sarabia, y Martín Cardetti en
lugar de Sebastián Rambert. La única duda del entrenador es quién irá
como volante por izquierda --es la posición de Gancedo, que hoy jugará
como volante central-- y los candidatos son Damián Alvarez o Andrés
D'Alessandro.
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