Por Fernando Almirón
El
ex juez federal Hernán Bernasconi fue detenido en la madrugada de ayer en
un pequeño pueblo llamado Da Usina, a 30 kilómetros de Río de Janeiro.
El magistrado, sobre el que pesa un pedido de captura del juez federal
Gabriel Cavallo, que lo acusa de haber cometido al menos una media docena
de delitos en torno de la instrucción de la denominada causa Coppola,
podría ser extraditado el martes a la Argentina donde permanecerá en un
calabozo por lo menos hasta que se le tome declaración indagatoria.
Bernasconi viajó a Brasil en octubre del año pasado, una semana antes de
que el Senado decidiera destituirlo de su cargo, el 4 de noviembre, debido
a su �notorio desconocimiento� de la normas procesales. Y lo dejó sin
fueros después de un trámite parlamentario dilatado gracias a la
protección que durante dos años le brindó el justicialismo.
La Policía Federal anunció ayer en conferencia de prensa la detención
del ex juez, cuya presencia fue detectada en un barrio cercano a las
playas de Copacabana por un grupo de investigadores �del Departamento
Interpol de la Policía Federal�, que se ocuparon de seguir a un
protector de Bernasconi, un tal Luis Leite Dos Santos. La información fue
confirmada por el ministro del Interior, Federico Storani, y el
vicepresidente de la Nación, Carlos �Chacho� Alvarez.
Según Storani, una comisión de la Federal se encargará de trasladar a
Bernasconi desde la cárcel carioca Ponto Do Duro en la que ahora está
alojado hasta una prisión argentina, una vez que la Justicia brasileña
apruebe su extradición.
Casualmente, el juez federal Cavallo se encontraba �de vacaciones� en
Río de Janeiro cuando se produjo la detención del ex magistrado de
Dolores. Cavallo quiere llevar a Bernasconi a su estrado desde hace por lo
menos dos años y medio. El juez sospecha que su ex colega habría
cometido una serie de delitos que van desde la asociación ilícita �que
no es excarcelable� hasta prevaricato, privación ilegítima de la
libertad y falsificación de documento público.
Cavallo fue quien presentó ante el Congreso de la Nación el primer
pedido de juicio político contra Bernasconi a raíz de las serias
irregularidades cometidas en su juzgado durante la investigación del
denominado Caso Coppola (ver aparte).
Agentes de la SIDE aseguraron ayer a Página/12 que en realidad la captura
de Bernasconi comenzó a diseñarse apenas se dictó su captura. Y dicen
que el organismo de inteligencia criolla le hizo llegar al juez, a través
de terceros, un conjunto de documentación falsa para que pase sus días
de prófugo. Esto es: documento de identidad, pasaporte y papeles que le
permitirían abrir cuentas bancarias y operar con tarjetas de crédito.
�Quedate tranquilo que no te vamos a dejar solo�, le aseguraron los
emisarios.
Y no lo dejaron solo. El movimiento de los fondos bancarios de Bernasconi,
su ingreso y egreso de hoteles, traslados en compañías aéreas y el
alquiler de viviendas que Bernasconi realizó con esa documentación
fueron monitoreados por la Dirección de Contrainteligencia de la SIDE.
Uno de sus responsables, Jaime Stiuso (o Stile), habría embarcado rumbo a
Brasil a los mismos dos hombres que, con el mismo método de la
documentación falsa envenenada, se ocuparon de dar con el paradero y
facilitar la captura de otro magistrado prófugo y protegido por los
políticos mientras resultó funcional para ellos: Francisco Trovato (ver
aparte).
Bernasconi se habría movido entre las ciudades de San Pablo, Río de
Janeiro, en Brasil, y la uruguaya Punta del Este desde que dejó suelo
argentino el 29 de octubre de 1999, una semana antes de que se pidiera su
captura. Desde el balneario puntano, el ex magistrado se dio el lujo de
hacer declaraciones a una radio en la que acusó un vez más a Guillermo
Coppola de estar vinculado con las drogas. Fue después que se conoció la
internación de Diego Maradona en una clínica esteña debido a una
sobredosis de cocaína. El ex juez de Dolores también acusó al
publicista Carlos Ferro Viera de estar vinculado a la droga, �tal como
lo demostramos en nuestro juzgado�, dijo Bernasconi, que agregó que
Ferro Viera, al igual que Coppola, �son dos intocables� mientras que
él paga un alto precio por la impunidad de estos personajes. El prófugo,
que antes de abandonar la Argentina cerró todas sus cuentas bancarias y
dejó a buen recaudo sus bienes, aseguró que mientras la Justicia lo
buscaba, pasaba sus días �trabajando en un investigación sobre las
vinculaciones entre el poder y el narcotráfico en el Cono Sur�.
De demostrarse los cargos que el juez Cavallo acumula contra Bernasconi,
podría recibir una pena que oscila entre los 5 y los 12 años de
prisión.
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