Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Tras la red que tendió el FMI, el
establishment se tornó cariñoso

Los mismos empresarios internacionales que mimaban a Carlos Menem le prodigaron ayer sus alabanzas a De la Rúa y sus ministros. Sólo al presidente de Renault se le ocurrió inquirir para cuándo habrá un nuevo acuerdo automotor con Brasil.

Never: �Es una consulta recurrente. Habrá que seguir explicando que el Gobierno jamás devaluará�, dijo Daniel Marx (Financiamiento) a este diario.

Fernando de la Rúa, reunido en el Hotel Belvedere con Stanley Fischer, del FMI. Con ellos, Machinea.
El Fondo tiende una red de seguridad bajo la golpeada economía argentina, para ahuyentar los fantasmas.


t.gif (862 bytes) El Gobierno está viviendo sus días felices. A Fernando de la Rúa le tocó escuchar ayer los mismos elogios que antes endulzaron los oídos de Carlos Menem. Y de los mismos protagonistas. A las 7.30 de la mañana, el salón donde ofreció aquí su segunda conferencia estuvo colmado por más de un centenar de empresarios. Entre ellos, las máximas autoridades del Citigroup, William Rhodes; Banco Santander-Central Hispano, Ana Botín; Renault, Louis Schweitzer; Siemens, Heinrich von Pierer; American Express, John Ward; Goldman Sachs, Peter Sutherland; Enron, Kenneth Lay, y Scotiabank, Peter Godsoe. Todas primeras figuras del establishment empresario. El Presidente quería que el acuerdo con el FMI estuviera cerrado antes de este evento. Y cuando lo anunció a su destacado auditorio, recibió la aprobación que había venido a buscar. 
�El programa del Gobierno fue muy, pero muy bien recibido por la comunidad internacional. Porque es realista y muestra una muy positiva construcción hacia el futuro. Todos creemos que tendrá éxito�, resaltó Sutherland en diálogo con Página/12. �La situación de Argentina ha mejorado muchísimo. Su economía es mucho más fuerte que antes. Y el Gobierno está haciendo una excelente labor trabajando con el mercado�, dijo luego Rhodes, a la salida del desayuno donde, además de De la Rúa, expusieron José Luis Machinea y Adalberto Rodríguez Giavarini.
Las contundentes definiciones de respaldo hacia el Gobierno fueron también subrayadas por empresarios argentinos. Sebastián Bagó, de la Fundación Invertir �a cargo de la organización de la conferencia�, le dijo a este diario que �mejor no nos podía ir... De la Rúa está demostrando que sabe lo que hace�, aseguró, sin disimular su entusiasmo. Más moderado, pero igualmente satisfecho, estaba el propio Machinea. Buena parte de su estrategia para �consolidar el crecimiento económico� radica en la generación de un shock de confianza hacia la Argentina. Entiende que un fluido ingreso de capitales resultará el mejor carburante para hacer marchar la economía. Su argumento es que mientras menor sea el riesgopaís, más bajarán las tasas de interés locales, habrá más disponibilidad de crédito para la producción y el consumo, las empresas se animarán a invertir y se crearán más fuentes de trabajo.
En esa línea, el ministro aseguraba que alcanzar el acuerdo con el FMI era un punto clave en la búsqueda de aquel shock. �Primero hablarán el canciller Rodríguez Giavarini y el ministro Machinea, y después yo les daré la buena noticia�, dijo De la Rúa al abrir el encuentro con los empresarios. Cuando llegó su turno, el Presidente destacó que se había cerrado el nuevo programa con el organismo de crédito internacional. �Esto forma parte de una política general, que busca mejorar el bienestar del pueblo argentino�, enfatizó, y tras ello describió las primeras medidas que tomó su gobierno. 
�Aquí y en Suecia me he puesto en contacto con varios jefes de Estado. Y todos me decían que su preocupación es eliminar el déficit fiscal. Me ha tocado asumir el gobierno en un momento difícil, y por eso fue necesario aumentar impuestos y eliminar gastos, pero eso era preferible antes que exponernos a una crisis�, describió De la Rúa. Al momento de ceder la palabra a los asistentes, el Presidente comprobó que su discurso había tenido éxito, pues la mayoría de los comentarios fueron francamente elogiosos hacia su gestión.
Sin embargo, también se volvió a preguntar �como había ocurrido antes en encuentros de Machinea con inversores� por la fortaleza de la convertibilidad. �Es una consulta recurrente. Habrá que seguir explicando que el Gobierno jamás va a devaluar�, comentó a Página/12 el secretario de Financiamiento, Daniel Marx. También Rhodes se expresó con firmeza enfavor de la convertibilidad. �El mundo entiende y acepta la convertibilidad, y parte de la confianza que la comunidad internacional tiene en la Argentina es por el éxito de ese sistema�, remarcó.
El presidente de Renault, Louis Schweitzer, prefirió preguntar sobre un tema más urgente: quiso saber cuándo finalizará la negociación por el nuevo régimen automotor del Mercosur. A raíz de esa indefinición, más de treinta autopartistas emigraron hacia Brasil. Y a las terminales también les inquieta que se demore el acuerdo. Rodríguez Giavarini respondió que se ha abierto una nueva ronda de negociaciones, que debería culminar con el nuevo régimen dentro de siete meses. Pero la intervención del titular de la automotriz francesa fue apenas una nota discordante en un día pletórico de elogios para el Gobierno.

 

Las provincias grandes y el ajuste fiscal
A negociar con Ruckauf y Cía

Por Julio Nudler

En un medio importante de Buenos Aires pudo observarse ayer un curioso cuadro, publicado con el Ministerio de Economía como fuente, según el cual la meta fiscal acordada con el Fondo para el año 2002 sería igual a cero, tanto para la Nación como para las provincias. Pero ese número indicaba en realidad algo muy diferente: estaba diciendo que en la negociación entre Economía y la misión del FMI el acuerdo para el último año del stand by contingente era igual a cero. Es decir: no había acuerdo. Finalmente se rompió la impasse, y el techo de desbalance fiscal para el 2002 quedó establecido en unos 1500 millones de dólares, aunque no está claro aún cómo se repartirá. Se habla, en principio, de 900 millones de rojo nacional y 600 de bache provincial.
Es verdad que las metas consignadas para las provincias son sólo indicativas, lo cual significa que no se encontró manera efectiva de imponérselas y que su incumplimiento no haría caer el acuerdo, salvo que las divergencias sean alevosas. En este sentido, el Fondo retiró su pretensión de incorporarlas como metas de cumplimiento efectivo, como sí figuran en el acuerdo firmado por Brasil. Esa exigencia demoró la fumata blanca e hizo temer por el naufragio de las negociaciones. De todas formas, el FMI cedió sólo a medias, ya que a partir del cuarto trimestre de este año resultarán las deudas que las provincias contraigan en dólares, con los bancos o colocando bonos, y cuya concreción requiera del visto bueno de la Nación, según una norma vigente desde 1996.
Nada de esto afecta, empero, a la provincia de Buenos Aires, que no aceptó someterse a la venia nacional para poder endeudarse, amparándose en los célebres pactos preexistentes. Ocurre, sin embargo, que cuando se establece un objetivo fiscal para el conjunto de las provincias, a ese número global se puede llegar con infinitas combinaciones diferentes, y que, en definitiva, lo sustancial para el resultado conjunto será el comportamiento de las jurisdicciones más grandes: Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, y en un distante segundo plano Mendoza y Entre Ríos. 
A las provincias grandes, que tienen acceso propio al mercado de crédito voluntario, no es sencillo imponerles metas de ajuste. A las chicas, que no tienen más remedio que negociar con Economía para que les abra el grifo del Fondo Fiduciario y les reprograme sus pasivos de corto plazo, sobre todo en el caso de las diez más comprometidas, resulta más fácil someterlas a condicionamientos, aunque precisamente a ellas les sea más difícil cumplirlos. Esta o la próxima semana empezarán a firmarse las primeras actas�acuerdo entre la Nación y algunas provincias asfixiadas.
Como estrategia, el equipo de José Luis Machinea está resuelto a negociar con las tres mayores provincias un acuerdo fiscal de mediano y largo plazo, que dibuje un sendero decreciente para el déficit, hasta converger en el equilibrio presupuestario. Este propósito tiene una clara dimensión política, porque del lado opuesto de la mesa estarán los gobernadores Ruckauf, Reutemann y De la Sota. El caso más relevante, por su dimensión y su desequilibrio, es el bonaerense. El dilema para el gabinete económico nacional es cómo convencer a La Plata de que de un déficit proyectado en 1268 millones para este año baje a 600 millones en el 2001. 
Lograr ese compromiso es el esencial punto de partida. No obstante, entre los deberes políticos anotados en el acuerdo con el Fondo figura además el dictado de una nueva ley de coparticipación federal de impuestos, ya que la que regía venció. Pero incluso desde el Gobierno se considera que ello es �puro voluntarismo�, teniendo en cuenta el complejo mosaico político del país. En estas condiciones es utópico esperar que algunos distritos renuncien a parte de su porción de torta para corregir las injusticias que sufren otros.

 

PRINCIPAL