Por Fernando Almirón
�Ahora
hay un gran romance entre el gobierno y la gente. ¿Qué planes tiene el
gobierno para prolongarlo?
�Si la mayoría percibiera que al fin de cuentas nuestra política
económica no es muy distinta de la anterior, el romance se resentiría.
Si percibiera que somos un poco menos corruptos pero que no tenemos
realmente la solidez moral que en realidad tenemos, el romance se
resentiría mucho. Si la mayoría percibiera que contamos con buenas
políticas y somos honrados pero no tenemos capacidad de ejecución y no
somos aptos para lograr lo que queremos, el romance se desvanecería. Y si
la mayoría creyera que nuestra política no se diferencia de la anterior
y no hemos cumplido con nuestro mandato moral y, además, somos
ineficaces, el romance se convertiría en odio.
�¿Cómo se lleva con Chacho Alvarez?
�Muy bien, ¿por qué?
�Porque esta semana se ventilaron algunas diferencias entre usted y el
vicepresidente: la venta del Tango 01, la convocatoria a la reunión de
gabinete en ausencia de De la Rúa...
�Bueno, respecto al avión, yo creo que hay que licitarlo con base, y si
hay comprador por encima de la base hay que venderlo. La base debe ser
suficiente como para comprar un avión que no tenga el desmesurado lujo
del Tango 01.
�Entonces De la Rúa tendrá un avión.
�Por supuesto, que garantice la seguridad acorde a un mandatario.
�Si usted dice haber convocado a la reunión de Gabinete, ¿por qué la
presidió Chacho Alvarez?
�Mire, parece que se desconoce a la Constitución, que en su artículo
100 dice claramente que el jefe de Gabinete convoca, prepara y organiza
las reuniones de Gabinete, y en caso de ausencia del Presidente las
preside. Yo convoqué a esta reunión, pero entendí que por encima de las
facultades que me otorga la Constitución hay una realidad política, que
éste es el gobierno de una alianza y el vicepresidente de la Nación es
el representante de uno de los términos de esa alianza. Hay una decisión
mutua de valorizar el rol político y la función ejecutiva del
vicepresidente y es por eso es que yo le pedí a Chacho que fuera él
quien presidiera la reunión del Gabinete del jueves.
�El gobierno envió al Congreso una serie de proyectos de ley en las que
apoyará el comienzo de su gestión. La última fue la Reforma Laboral.
¿Cuáles siguen en la lista?
�Posiblemente esta semana presentemos la ley de lucha contra la evasión
y de protección y estímulo de la pequeña y mediana industria. En esta
situación de crisis todo lo que digamos, incluso de apoyo a las Pymes, a
la educación, la salud y la política social es bastante hueco si no
tenemos los recursos como para financiar políticas activas y bienestar
social. De cada dos pesos que debería recibir el Estado hay uno que se
pierde por evasión.
�Digamos que no está muy conforme con la tarea del jefe de la AFIP,
Carlos Silvani.
�No estoy conforme con el nivel de recaudación. Silvani me dijo que él
tampoco estaba conforme y me enumeró las causas por las cuales la
recaudación no es la deseada. En esta ley antievasión que ha elaborado
la Jefatura de Gabinete yo puse todas las medidas necesarias para revertir
la situación.
�¿En qué porcentaje cree que disminuirá la evasión con esta ley?
�No quiero aventurar nada. Hay varios estudios con cuantificaciones que
yo tomo con pinzas. Hay que implementar el sistema, que entre otras cosas
contempla crear un sistema de información centralizado con las bases de
datos de la AFIP, del Registro Nacional de la Personas, del Registro
Automotor, de aeronaves, y otros para detectar los bienes de
cadacontribuyente y sus familiares. Aunque usted no lo crea, vamos a
necesitar una ley para que comience a funcionar porque como los organismos
no están obligados a dar estos datos son renuentes a brindarnos esa
información. Creen tener la propiedad de sus bases de datos y
absurdamente se niegan a compartir su información.
�¿Cómo maneja el diálogo con el PJ, que ahora parece contar con más
de un vocero?
�Hay que comprender que un partido político puede tener más de una
opinión. El justicialismo está en un duro tránsito desde el oficialismo
hacia la oposición. Me imagino lo que debe sentir Carlos Menem, que
después de haber ejercido a pleno el poder durante diez años ahora se
encuentra en el llano. No ocurre lo mismo con José Manuel De la Sota,
Carlos Reutemann o Carlos Ruckauf, que gobiernan en sus respectivas
provincias. Esto puede generar diversas ópticas entre los justicialistas.
�¿Esta división dentro del PJ no resulta funcional para la Alianza,
que necesita aprobar la ley de Reforma Laboral en el Congreso?
�Yo no jugaría a la división del PJ. Para llevar adelante una ley
estoy convencido de que hay que lograr el apoyo de todos los que estén a
favor de la sanción de esa ley. Si hay quienes la apoyan desde el PJ,
mejor, pero no debe ser parte de una estrategia meternos en una interna
ajena.
�Pero los gobernadores intentarán quedar mejor parados con el gobierno,
que tiene la llave de la caja con los fondos que necesitan sus provincias.
�No estoy de acuerdo. En primer lugar no creo que una política que se
asiente en favoritismos produzca resultados positivos en el largo plazo.
Por otra parte quienes tienen que votar las leyes son los diputados y los
senadores, no los gobernadores.
�Usted conoce bien Venezuela, donde estuvo exilado. ¿Cree que en la
Argentina se pueden producir sacudones políticos como allí y como en
Ecuador?
�En América latina los procesos siempre son simultáneos, y por eso uno
tiene que poner las barbas en remojo. José Vicente Rangel, canciller de
Hugo Chávez, fue durante mucho tiempo el líder del Movimiento al
Socialismo de Venezuela, la expresión de la izquierda de ese país. Fue
tres veces candidato a presidente. Lo había visto en 1979, cuando yo era
director de El Nacional de Caracas. Cuando vino por primera vez como
canciller nos reencontramos y él se vio obligado a explicarme por qué
había decidido acompañar a Chávez. Me explicó que en Venezuela había
un proceso de corrupción política muy importante y paralelamente una
gran pauperización. Los procesos se fueron dando de manera paralela hasta
que en algún momento la gente comenzó a tomar conciencia y las dos
líneas se tocaron: fue cuando se dieron cuenta de que había una
vinculación entre la corrupción política y la pobreza creciente. Eso
provocó el derrumbe del poder político tradicional y de allí surgió un
hombre como Chávez.
�Insisto: ¿y en la Argentina?
�Lo mismo me preguntó Rangel. Le dije que aquí pasaba lo mismo, pero
que cuando ambas líneas estaban por juntarse apareció la Alianza. Solo
si la Alianza fracasara originaría un gran descreimiento que podría
abrir el camino a situaciones similares a las de Venezuela y Ecuador.
�¿Cómo la ve a Pinky de posible candidata a vicejefa del Gobierno de
la Ciudad?
�No sé, no sé. No la veo desde el 10 de diciembre. Pero yo creo mucho
en su potencial, en su inteligencia y sensibilidad, que la convierten hoy
en día en una excelente funcionaria pero con un capital político que me
parece importante.
�Se está entrenando para poder ser Presidente, ¿no?
�Todos los políticos se entrenan para eso, y yo también.
|