El encuentro se iba a realizar el 4 de febrero. Ninguno de los gobernadores más importantes garantizó su presencia y la reunión se postergó sin fecha. Las internas. |
Para los peronistas, la única verdad es la realidad, según reza uno de los famosos apotegmas con los que gustaba pontificar Juan Domingo Perón. La verdad �la realidad� para el menemismo es que su poder de convocatoria está tan menguado que desgana hasta al propio Carlos Menem. Es por eso que el riojano debió postergar, sin fecha, la convocatoria para el 4 de febrero del Consejo Nacional del PJ (que él preside). El menemismo no pudo garantizar la presencia de los gobernadores más poderosos del peronismo y decidió aplazarlo, quién sabe para cuándo. La diáspora peronista, lógica después de la derrota nacional en las elecciones del año pasado, se agudiza por las pretensiones de conducción del ex presidente. Menem se trazó una estrategia para mantenerse al frente del PJ y, cuando su anhelo re-reeleccionista se hizo añicos, provocó su re-reelección al frente del Consejo Nacional del partido. Eduardo Duhalde, derrotado candidato presidencial del PJ, conserva el cargo de otro organismo partidario, el Congreso Nacional. Su fin último es terminar de finiquitar toda influencia de Menem dentro del PJ y, según dijo el propio ex gobernador bonaerense, abrirles el camino a los potenciales presidenciables justicialistas para el 2003: los gobernadores de Santa Fe, Carlos Reutemann, de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, todos celosos de la fina sintonía que han demostrado ajustar con el gobierno aliancista de Fernando de la Rúa. Ninguno de los tres prestaron sus oídos a los llamados del ex presidente para que participen de la frustrada reunión del Consejo Nacional. De la troika, Ruckauf fue, hasta el momento, quien mayor distancia ha tomado del riojano. Calificó al �gabinete de las luces� convocado por Menem como un �gabinete del pasado� y como �un grupo de amigos� del ex presidente. Ruckauf aún mantiene su alianza estratégica con Duhalde y ha apoyado cada palabra que el ex gobernador ha disparado en contra de su histórico adversario interno. Reutemann y De la Sota han optado por el silencio o la frialdad. El santafesino sabe y dice que quien quiera conducir al peronismo deberá enfrentar a Menem en una interna, pero califica cualquier confrontación interna al corto plazo como un despropósito. �Debemos ocuparnos de la gente, que está muy mal�, dice. El cordobés ha optado por el silencio, aunque sus gestos fueron hasta el momento de alejamiento del ex presidente. Los tres gobernadores, además, han confrontado abiertamente con el sindicalismo, apoyaron la reforma laboral que promueve el gobierno aliancista y tratan de ordenar las cuentas �desquiciadas� de sus propios distritos sin desentonar con la faena que realiza la administración nacional. Ahora, mientras Duhalde amenaza convocar al Congreso del PJ �del cual Reutemann es vicepresidente�, Menem cae en la cuenta de que pocos son los dirigentes del PJ dispuestos a seguirlo en su aventura. Sólo el gobernador pampeano, Rubén Marín, ha salido a respaldarlo, tal vez para contrapesar el poder de la troika Reutemann-De la Sota-Ruckauf. Tampoco la liga de gobernadores del noroeste, cuyo mascarón de proa es el salteño Juan Carlos Romero, se ha arrimado al fogón del riojano. Menem y sus �pocos� seguidores (en su mayoría ex funcionarios de su último gobierno y algunos legisladores) deberán redoblar sus esfuerzos para convencer a sus �compañeros� de embarcarse en su proyecto: volver a la Casa Rosada dentro de cuatro años.
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