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Una nena de 12 años, que caminaba por la calle acompañada por dos primas de su misma edad, murió al ser alcanzada por una bala disparada durante un violento tiroteo entre la policía y tres ladrones, dos de los cuales lograron escapar. La tragedia, y la mala suerte, de Gisella �el apellido se mantiene en reserva por razones legales� podría resumirse diciendo que ella fue la única víctima, mientras que todos los demás resultaron ilesos. El suceso, que se conoció recién ayer, ocurrió el viernes por la tarde en la localidad de Loma Hermosa, en el partido de Tres de Febrero. La Policía Bonaerense informó anoche que todavía �no ha sido precisado de dónde partió la bala que provocó el deceso�, motivo por el cual han sido secuestradas las armas que llevaban los policías que participaron y el único ladrón detenido. En los últimos tiempos, es larga la nómina de los inocentes heridos o muertos en circunstancias similares (ver aparte). Anoche, tratando de aquietar las aguas desbordadas por la indignación de la familia de la menor, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Aldo Rico, se hizo presente en el velatorio, que se realizó en una funeraria ubicada en Panamá y 17 de Agosto, en la localidad bonaerense de Martín Coronado. Rico confirmó que todavía se ignora quién hizo el disparo fatal y comentó a manera de justificación por tanta balacera: �Los ladrones tienen mejores armas que la policía�. El caso comenzó a las 18 del viernes, cuando los ocupantes de un patrullero de la comisaría quinta de Loma Hermosa recibieron una denuncia sobre la presencia de tres presuntos sospechosos en la playa de estacionamiento del Hospital Carlos Bocalandro, ubicado sobre la ruta 8. Al parecer, los desconocidos intentaban robar un auto estacionado en el lugar. Los policías detuvieron casi de inmediato a un hombre que estaba en el interior de un automóvil Fiat Uno, identificado luego como Eduardo Hebrecht, de 42 años, quien tendría antecedentes penales. Al observar la presencia policial, dos de los ladrones escaparon a bordo de un Peugeot 405. Fue allí que se inició una persecución y un tiroteo, ni bien los dos autos �el Peugeot y el patrullero� salieron de la playa de estacionamiento. Gisella, y sus dos primas, que habían salido �a dar una vuelta por el barrio�, según comentó un familiar, pasaban en ese momento por la vereda del hospital. La nena cayó en el piso, luego de recibir un balazo a la altura del vientre. La persecución siguió unos minutos más, hasta que los policías recibieron, por radio, la notificación de la tragedia que habían contribuido a provocar, junto con los dos ladrones que huyeron. Otra de las justificaciones de Rico, al dialogar anoche con los deudos, fue que el móvil policial tiene �varios impactos de bala� producidos en el tiroteo. De todos modos, policías y ladrones resultaron ilesos. En el caso se dio intervención al juez de Garantías Jorge Quintana, quien esperaba el resultado de la autopsia para determinar de dónde partió el disparo mortal. Los médicos del Hospital Bocalandro, donde estuvo internada la chiquita, dijeron que la bala tenía orificio de salida, de manera que será complicado establecer el calibre de la bala. El proyectil ingresó por el vientre y salió por la espalda. El impacto le destrozó el hígado, provocándole la muerte en los primeros minutos del sábado. Hasta ayer a la tarde, según dijeron voceros de la comisaría quinta, la policía no había encontrado la vaina de la bala homicida.
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