OPINION
Una identidad de 15 años
Por Fortunato Mallimaci * |
Hace ya
varios años, al comienzo de la democracia, un grupo de cristianos se
reunieron a reflexionar sobre sus vidas luego del terrorismo de Estado
y vieron la necesidad de retomar un camino de liberación junto a
sectores populares. Más allá de grupos, centros, revistas y
comunidades había que crear un espacio amplio, pluralista, cargado de
pasión, emoción y memoria que convocara una vez por año para �alimentar
la esperanza y la espiritualidad�. Nacieron así hace 15 años los
Seminarios de Formación para cristianos comprometidos con la suerte
de marginados, empobrecidos y discriminados.
Se fue construyendo una identidad que mostró la necesidad de apoyar a
los organismos de derechos humanos y denunciar la complicidad de
diversos sectores eclesiásticos con la dictadura militar y el poder
de turno; la importancia de la cultura democrática como espacio a
fortalecer tanto en la sociedad como en las iglesias; la recuperación
en una memoria activa de todas y todos aquellos que habían sido
asesinados, detenidos, desaparecidos, torturados y encarcelados a
causa del compromiso con sus utopías y la importancia de crear
instancias de participación y solución frente a la indignación
ética que produce los graves problemas de salud, educación,
violencia familiar, drogadicción, sexualidad, etcétera, que se vive
en la mayoría de nuestro país.
De ser un puñado en el primer encuentro en Quilmes en 1985 �donde
se hizo presente el importante teólogo peruano de la liberación
Gustavo Gutiérrez� hasta el realizado en 1999 en Cipolletti con
cerca de 2000 dirigentes sociales �ahora con la presencia de
obispos, religiosas, sacerdotes, pastores, rabinos� nos muestra el
importante camino recorrido. El compromiso con la �opción por los
pobres� a fin de crear movimientos sociales autónomos para saciar
�no sólo el hambre de pan, sino también el hambre de belleza y
sobre todo, para reconocerse mutuamente en una lucha común�, tiene
en este grupo uno de sus principales impulsores.
Mucho han cambiado la sociedad y el cristianismo desde los primeros
años de la democracia. Angustias, incertidumbres, exclusiones,
desocupaciones y desigualdades han crecido día a día poniendo en
tela de juicio la legitimidad democrática dominante. La Iglesia
Católica oscila entre seguir cerca del poder de turno o hacer suyo el
mundo de los empobrecidos; avanzar en la pluralidad o replegarse en
viejas identidades integralistas; aceptar la aventura de la diversidad
o rehacer certezas de pequeños grupos.
Estos temas estarán presentes en la nueva convocatoria nacional que
se realiza por primera vez en la ciudad de Buenos Aires. En estos
encuentros, donde la oración va junto a la acción y los
participantes se pagan gastos de pasaje y alojamiento, se realiza una
Jornada Pública para recordar a los muertos por la represión. Como
no podía ser de otra manera, ya que representan la dignidad de la
Vida y la Verdad, esta celebración se realizará junto a las Madres y
Abuelas, en la Plaza de Mayo, el jueves 3 de febrero.
Si uno quiere conocer cuáles son hoy las preocupaciones centrales a
nivel nacional en este grupo de creyentes, si quiere saber qué
sueñan y sufren los que no bajan los brazos, tiene un momento
privilegiado participando en algunas de sus manifestaciones públicas.
* Miembro de la Coordinación desde su creación en 1985. |
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