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OPINION

Cigarrillos como brasas

Por Julio Nudler

La economía es más complicada de lo que parece a simple vista. ¿A alguien se le había ocurrido, acaso, que la forma de combatir el contrabando consista en gravar las exportaciones? Este extraño mecanismo es, precisamente, el que propuso Philip Morris, que opera en la Argentina como Massalin Particulares, y obtuvo el sello aprobatorio de la Jefatura de Gabinete. La ocurrencia, convertida en proyecto de ley, pretende que los Impuestos Internos, que gravan con casi un 73 por ciento las ventas de atados en el mercado local, se apliquen también a la exportación. Esto alteraría esa sagrada norma según la cual los impuestos (indirectos) no se exportan.

  De hecho, parte de los cigarrillos de contrabando que se venden en los kioscos de la Argentina (al parecer, entre 4 y 5 mil millones por año) fueron fabricados en el país, exportados (sin impuestos) y reintroducidos subrepticiamente. Según la British American Tobacco, cuya filial local es Nobleza Piccardo, una importante fracción de los Derby que venden a Paraguay (si los paraguayos consumieran todo lo que importan, serían más ricos que los suizos) efectivamente reaparecen luego de este lado. Según ellos, la maniobra es rentable para los contrabandistas porque en el país guaraní el impuesto al pucho es de sólo 16 por ciento.

  Nadie ha dicho, sin embargo, que todos los cigarrillos industria nacional que reingresan a territorio argentino hayan sido exportados legalmente. El contrabando de exportación también existe, por supuesto. Lo que se sabe es que, de las dos manufacturas existentes, sólo Nobleza exporta formalmente (los mencionados Derby y las marquillas Boots y Star), aunque eso no excluye, teóricamente, que las dos compañías incurran en otras prácticas (lejos de uno suponerlo). En todo caso, una y otra supieron cruzarse acusaciones mutuas en ese sentido a través de sus voceros.

  A todo esto, el proyecto impositivo bendecido por Rodolfo Terragno entró en Economía y quedó retenido, ante todo por inusual, pero también por su falta de neutralidad. Es obvio que cortaría de inmediato toda exportación legal de cigarrillos, pero no es probable que termine por eso con el contrabando. En realidad, toda esta historia es una escaramuza más en la batalla que libran las dos multinacionales del faso por el mercado argentino, que fuma unos 39 mil millones de cigarrillos por año, sin contar los contrabandeados. Otro episodio reciente, muy publicitado, fue la decisión de Nobleza --que apunta a los sectores medios y bajos-- de no trasladar el aumento de Internos. 

 

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