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El balance de los tres días que estuvo en esta ciudad resultó "inmejorable", según la propia calificación del Presidente. El último hecho en que se basó para asegurarlo fue el fuerte apoyo a su gestión expresado por Summers. "Tratamos sobre la situación de la Argentina y coincidimos en la importancia de las reformas estructurales encaradas por el Gobierno, que tienen como prioridad promover un sólido crecimiento económico", enfatizó el funcionario estadounidense. También había sido categórico en su respaldo el virtual jefe del FMI, Stanley Fischer, quien se manifestó "impresionado por el programa económico y por la velocidad con que se puso en marcha".
La
cosecha de elogios incluyó también los vertidos por poderosos
empresarios, como los banqueros Willian Rhodes, Peter Sutherland y Peter
Godsoe, por mencionar sólo algunos. En conclusión, el Gobierno se llevó
la aprobación de Washington, el FMI y el establishment empresario
internacional. De la Rúa consideró que todo ello es una comprobación de
que "vamos por el camino correcto". Y evaluó que resultará
clave para conseguir una baja del riesgo-país, con las ventajas que ello
entraña para la marcha de la economía.
"He
recibido estos tres días fuertes demostraciones de confianza hacia la
Argentina y sus posibilidades de crecimiento. Destacan lo que hemos hecho
para ordenar las cuentas y combatir el déficit fiscal", sostuvo el
jefe de Estado. "Lo que tenemos que marcar ahora es el camino del
crecimiento, y eso se consigue con un aumento de las exportaciones y mayor
presencia en los mercados internacionales", añadió. Su anticipo de
los próximos objetivos fue para dejar en claro que las principales
medidas económicas tomadas hasta ahora, como el aumento de impuestos, el
ajuste fiscal, el compromiso de continuar el recorte de gastos que figura
en el acuerdo con el FMI y el Pacto Fiscal con las provincias son
"las que tuvimos que aplicar para superar una situación de
crisis", pero que ahora "vendrá la etapa del crecimiento".
En
ese sentido, José Luis Machinea, quien participó de la reunión con
Summers, comentó que éste "se mostró muy entusiasmado con la
Argentina, pero le pidió al Presidente que no sea complaciente consigno
mismo. Que no se conforme y siga haciendo las cosas que hay que
hacer". Cuando se le mencionó esto a De la Rúa en su última
conferencia de prensa en Davos, sostuvo que comparte ese "espíritu".
Pero de inmediato volvió a mencionar que "recibimos el país con un
déficit que nos ponía al borde del abismo". "En un mes y medio
hemos empezado a resolver toda esta situación crítica y a ponernos otra
vez en camino. Pero sabemos que implica hacer un esfuerzo. Pido que la
gente también se dé cuenta y comprenda cuál es la situación que
recibimos, y que pongamos todos sentido patriótico para resolver los
problemas de la gente", enfatizó.
También
respondió al secretario general de la CGT, Rodolfo Daer, quien dijo que
"Machinea es la continuidad de Roque Fernández", al referirse a
la firma del nuevo acuerdo con el FMI. "No sé cómo pueden hacer críticas
anticipadas, si sólo hemos anunciado que se alcanzó un acuerdo y aún no
está redactada la Carta de Intención", se quejó De la Rúa, y
sostuvo que por ese pacto "no hemos subordinado nada". "Lo
mismo hicieron con la reforma laboral, que la criticaron sin conocer el
proyecto. Hay que tener una visión constructiva del país. Quiero decirle
a la gente que ninguna de estas cosas va contra nadie, sino para el bien
de todos", concluyó.
Por
D.C.
A Soros se le atribuye haber
lanzado ataques especulativos contra varias monedas, como la libra, las
del sudeste asiático y la rusa, que finalmente terminaron devaluadas. Su
fama de "cuco" de los gobiernos es alimentada cuando opina, como
en el caso argentino, sobre el nivel del tipo de cambio en algún país.
Ayer este gran especulador se reunió con De la Rúa y le dijo lo mismo
que luego comentó ante periodistas argentinos. "Voy a ser cuidadoso
porque obviamente lo que dije en el pasado fue malinterpretado. En mi
opinión, el peso está sobrevaluado. Y no hay escape a la sobrevaluación,
porque el peso está atado al dólar. Por eso hay que bajar los costos de
producción y reducir el déficit fiscal", consideró.
De la Rúa le restó
importancia. "El tiene su opinión, me la trasmitió, y yo le dije
que en Argentina tenemos la convertibilidad y que vamos a hacer lo
necesario para retomar la senda del crecimiento con ella", comentó.
Machinea prefirió ser más irónico. "Soros tiene una larga tradición
de decir que el peso está sobrevaluado. Por suerte ahora dice que no hay
que devaluar, así que lo venimos mejorando a través del tiempo. Tal vez
el próximo año ya no diga más que está sobrevaluado", deslizó.
Pero el del tipo de cambio no
fue el único tema al que se refirió Soros. Como inversor en la Argentina
se quejó de que "los impuestos son demasiado altos" y reclamó
al Gobierno "encontrar otro camino para controlar el déficit
fiscal". Pero su visión sobre la administración aliancista fue
favorable. Opinó que "ha hecho cosas positivas, como la búsqueda de
una mejora al mercado laboral. Eso ayuda a reducir los costos de las
empresas, aumenta la confianza de los inversores, y en definitiva mejora
la competitividad."
En su encuentro con De la Rúa,
Soros elogió el anuncio de la venta de las acciones del Banco Hipotecario
que conserva el Estado. Aunque dijo que tienen "un impedimento legal
para comprar más acciones" (Soros detenta el control del banco) y
que por ahora tampoco quieren hacerlo, no fue lo mismo lo que le comentó
al Presidente. A éste le preguntó si existe alguna alternativa para
aumentar su participación accionaria en la entidad. Machinea insistió
--al menos ayer-- en que se mantendrá la restricción legal que impide a
cualquier grupo inversor detentar más del 15 por ciento del banco.
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