Por F.C.
 A las 8.30 de hoy termina la semana de Carlos "Chacho" Alvarez como presidente. A esa hora está previsto que en una breve ceremonia en la Casa de Gobierno, Fernando de la Rúa --recién llegado de Europa-- reasuma en su cargo. Chacho lo esperará con un informe en donde le detallará lo sucedido en la Rosada durante su ausencia. Claro que el resumen seguramente no incluirá sus comentados viajes en taxi o a pie por las calles de Buenos Aires, un gesto con el que buscó demostrar que un presidente también podía vivir como cualquier mortal y que, según sus colaboradores, le dejó un saldo favorable en la opinión pública. "Se frivolizó bastante pero, a nivel popular, el hecho de que Chacho no haya cambiado de vida pega mucho. Podríamos contar cientos de anécdotas de gente que se acercó para felicitarnos", evaluaba ayer uno de sus colaboradores.

  Desde Davos, sede del Foro Económico Mundial, De la Rúa fue por tierra a Zurich y de allí en avión hasta el aeropuerto de Frankfurt, en donde tenía su reserva para el vuelo 526 de Lufthansa. Hora argentina, el avión despegó a las 17.50 de ayer y aterrizaba en Ezeiza a las 7.35 de hoy. Del aeropuerto, el Presidente irá directamente a la Rosada para que Alvarez le devuelva el mando en un breve acto en el Salón Sur de la Rosada.    

  De la Rúa y Chacho ya conversaron telefónicamente el sábado, cuando el Presidente le contó sobre el acuerdo alcanzado con el FMI que Alvarez anunció luego en Buenos Aires. De cualquier forma, ayer, el vicepresidente terminó de escribir en su casa el informe que le prometió a De la Rúa para su vuelta. En sus páginas detalló las reuniones que mantuvo y los temas que quedaron pendientes para esta semana. Por ejemplo, su visita a la Oficina Anticorrupción y las causas sobre ex funcionarios menemistas que serán llevadas a la Justicia, el proyecto de ley "antievasión" que dejó como principal saldo la última reunión de gabinete y lo conversado con el bloque de diputados de la Alianza sobre apurar el proyecto de ley para favorecer a las pymes, la primera ley "propositiva" del Gobierno.

  Más allá de las consideraciones del informe, los amigos de Alvarez evaluaban los seis días como presidente interino como una "exitosa experiencia". Pese a que juraban que lo del estilo "diferente" de Chacho --que incluyó caminatas, recorridos en taxi y asiduo contacto con la prensa-- fue un "plus no buscado", le sirvió para fortalecer "una imagen de austeridad ante la sociedad".

  Pero, fuera del acopio personal de Alvarez, cerca del vicepresidente evaluaban que el interinato había servido para ratificar la confianza entre los partidos de la Alianza y ratificar la existencia de una conducción, más allá del liderazgo de De la Rúa. "Es la primera vez que el presidente de un partido delega el mando a un vice de otro y pasó desapercibido", sostenían. Un dato que ratifica la "buena onda" que, según proclaman, campea en la relación interna del binomio presidencial. 

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