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El ex juez federal de
Dolores fue detenido el viernes a la medianoche por efectivos de Interpol
y de la policía brasileña en un barrio residencial de Río de Janeiro,
luego de permanecer prófugo durante tres meses y medio. Ayer, el
secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, adelantó la posibilidad
de que Brasil decida la expulsión de Bernasconi, quien permanece detenido
en la cárcel de Ponto Sero, en el estado de Río,
acusado de los delitos de asociación ilícita, encubrimiento,
prevaricato y privación ilegal de la libertad.
"Existe la
posibilidad de que sea expulsado, si entró en forma ilegal a Brasil o si
ya se le vencieron los plazos de permanencia en calidad de turista",
sostuvo Mathov aunque, más tarde, la primera de esas alternativas fue
desechada por Storani. El pedido de extradición fue girado a Brasil a
través de un exhorto internacional firmado por el juez federal Juan José
Galeano, quien reemplaza temporariamente a Gabriel Cavallo, a cargo de la
causa. "Es una cuestión meramente de tiempo", explicó Mathov.
Storani detalló luego
que lo impreciso de los plazos tenían que ver también con la actitud que
tuviera el propio Bernasconi. "Por ejemplo, si contrata a un abogado,
podría demorar el tema", dijo. Y agregó que los tiempos eran
diferentes a los de extradiciones de otros prófugos vip como, por
ejemplo, la del también ex juez Francisco Trovato. "El se fugó e
ingresó clandestinamente en Brasil, por lo tanto realizaron un trámite
de expulsión y casi inmediatamente se lo trajo", añadió. El ministro reveló que en el operativo que culminó con la detención participaron también agentes de inteligencia argentinos. Según su relato, el amigo que lo escondía en su casa --el brasileño Luis Leite Dos Santos-- era uno de los empresarios con los que tenía negocios en común y le daban protección. "Son negocios que estamos investigando, evidentemente es gente del mundo económico", dijo Storani y agregó que otro punto a esclarecer era saber de qué había vivido Bernasconi durante estos meses.
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