El
candidato de Nueva Dirigencia a jefe de Gobierno porteño niega la
posibilidad de un acuerdo con la Alianza y dice que esas versiones tienen |
--Tengo muchísima confianza en
esta elección, en mi candidatura y en nuestro trabajo por la ciudad. Por
supuesto, vamos a seguir trabajando para ganar en primera vuelta. --De
acuerdo con las encuestas, ese trabajo no le resultará sencillo.
--Recién estamos en los
preliminares de la campaña y la elección no está instalada entre los
vecinos porteños. Además, el votante en esta ciudad hace zapping y el
que suponga que tiene el voto atado, se equivoca. Esta elección recién
está comenzando y va a depender mucho de la ponderación de cada
candidato, de cada equipo de gobierno y de cada propuesta. En ese plano,
veo hoy un escenario que va a ir manifestando una elección de tercios en
la ciudad y que va a ser muy importante el mensaje que se pueda establecer
en función de los intereses de la ciudad. --¿Tanto
pueden variar las encuestas?
--Son números totalmente
variables. Con que uno suba cinco y el otro baje cinco, la situación
cambia. El hecho de que haya un ballottage y se planteen escenarios tan móviles
en la ciudad pone de manifiesto que nada está dicho. Hace dos meses
Ibarra aparecía con 65 por ciento de intención de voto en la ciudad y De
la Rúa con un 70 por ciento. Eran números totalmente desproporcionados
que después se fueron verificando como incorrectos. Así que, en un país
donde las bocas de urna fallan dos horas después de una elección, uno no
puede hacer un análisis guiado exclusivamente por las encuestas. Y si es
por eso, aun cuando hoy estemos en la posición que señalan las
encuestas, tengo una de las mejores imágenes de la ciudad, muchísimo
prestigio y voy a dar una pelea muy fuerte para compensar eso en intención
de voto. Y esa pelea dura hasta el último minuto, hasta el último debate
y hasta el último instante antes de votar porque el vecino y el porteño
piensan mucho su decisión. --¿Para
Beliz el candidato a vencer es Ibarra o Cavallo?
--Yo soy el único que le puede
ganar a Ibarra en una segunda vuelta; Cavallo, no. Por eso a mí me
quieren sacar de la cancha en estos análisis prematuros o de
polarizaciones que no existen o de alianzas supuestas que tengo o me deberían
tentar para hacer. --¿Por
qué cree ser el único capaz de ganarle a Ibarra en un ballottage?
--Porque no concito los
rechazos muy fuertes que concita Cavallo en ciertos sectores, producto de
la desocupación, por su perfil de gestión que no tuvo un contenido
social y por elementos casi asociados a un concepto de política, que es
una especie de neo UCeDé. Eso tiene un techo muy claro, que yo no tengo.
Creo también que en la medida en que la Alianza salga a buscar acuerdos
electorales de manera desesperada está dando una fuerte señal de
debilidad de Ibarra. También de parte de Cavallo porque sabe que el que
mejor conoce la ciudad y el que más se preparó para gobernarla soy yo y
que tiene que desplazarme de la carrera porque de lo contrario no puede
cumplir con su propósito. --¿Cuál
sería el futuro de Nueva Dirigencia después de una elección que promete
una fuerte polarización entre Ibarra y Cavallo?
--No veo una polarización hoy,
es más una ilusión óptica que otra cosa. Si se analiza lo que es la
evolución del voto, hubo encuestadoras que 48 horas antes de la elección
decían que Cavallo iba a sacar un 25 por ciento de los votos y sacó un
16 por ciento. Además, lo que va a contar es la calidad de las propuestas
de cada uno. --¿Y
usted a qué va a apuntar?
--Vamos a poner un fuerte énfasis
en la reducción impositiva y en la política de seguridad. --¿Por
qué cree que Cavallo, sin haber trabajado tanto en la ciudad como dice
haberlo hecho usted, logró instalarse en pocos meses y superarlo en
intención de voto?
--Es una cuestión que habrá
que discutirla en el marco de la campaña, que todavía no empezó. Tendrá
que explicar sus contradicciones como ministro en función de los
intereses de la ciudad. --¿Qué
siente desde lo personal frente al hecho de que sea Cavallo, su aliado
hasta hace unos meses, quien haya complicado su situación en la ciudad?
--Que hay que competir, que la
competencia activa una mejora de la calidad de las propuestas y las
figuras. En ese sentido, somos un espacio en crecimiento y con la
posibilidad de incorporar figuras prestigiosas que no siempre son de la
política y también del peronismo. --También hay peronistas que se están encolumnando detrás
de Cavallo. --Bueno,
sabrán cuál es el sentido que le encuentran a esa alianza. --¿Cómo le cayó que Marta Oyhanarte también se haya ido
con Cavallo? --Tendrá
que explicar ella cómo se siente ahora con Duhalde y con Manzano. De la Rúa
tenía razón cuando dijo que lo único que le interesaba era la
vicejefatura de Gobierno y por eso se fue de la Alianza. --¿Es
posible un acuerdo con la Alianza para las elecciones?
--A nivel de la eliminación de
las listas sábanas va a haber acuerdo. De ahí para adelante todo lo demás
son especulaciones que nosotros no sólo no alimentamos sino que además
descartamos de plano en términos de nuestra independencia. --Usted
dice que lo descarta pero dentro de Nueva Dirigencia hay algunos más
propensos a acordar.
--Nosotros estamos trabajando
para ganar la ciudad y si la Alianza nos quiere respaldar en una segunda
vuelta, encantados. --Las
encuestas indican que, en todo caso, Nueva Dirigencia estaría en
condiciones de respaldar a la Alianza.
--En el plano de un ballottage
creo que la gente va a analizar las propuestas. La sociedad no es un rebaño
que va para un lado u otro en función de una cosa solamente
superestructural. Hasta ahora los únicos que tienen una propuesta somos
nosotros. --¿Dónde
se imagina el 7 de agosto?
--En el despacho del jefe de
Gobierno. Estoy totalmente convencido; muchos me dirán que soy un
idealista pero siento que la política necesita idealismo, romanticismo,
un poco de poesía. --¿Ni
siquiera evaluó la posibilidad de ser vicejefe de Ibarra?
--No entro en esa lógica, a la
cual me quieren llevar y que revela una gran desconfianza de la Alianza en
sus posibilidades. No creo en la política de los números entendidos como
un negocio, sino en una construcción que tenga que ver con valores. Esta
me la juego a muerte porque siento que tengo un trabajo detrás, porque
estoy convencido que soy el mejor para gobernar la ciudad, porque no voy a
improvisar una sola medida, porque tengo en claro qué hacer al día
siguiente de asumir, porque tengo las manos libres para meterme con los
intereses con los que hay que meterse. --Mirando
hacia atrás, ¿no fue un error no presentar lista de candidatos a
diputados?
--No, fue una decisión muy
pensada que llevó a Nueva Dirigencia a reafirmar una presencia inédita
en el último medio siglo de vida argentina, que es ser el único partido
dedicado exclusivamente a la ciudad de Buenos Aires. En lo personal, podría
ser hoy diputado y no lo hice porque no me gusta esta cosa del candidato
saltimbanqui; esto de que uno sea una especie de comodín, saltando de un
lado a otro para resolver su propia vida. Por ahí vivo la política más
sin red, pero me apasiona hacerlo.
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