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A DOS DIAS DE LA SENTENCIA, PRELLEZO VOLVIO A DISPARAR CONTRA EL EX GOBERNADOR BONAERENSE
"Si me pasa algo, es culpa de Duhalde"

El ex oficial Gustavo Prellezo, considerado como el autor material del crimen de Cabezas, dice que el ex gobernador lo "extorsionó moralmente" para que se hiciera cargo del homicidio. Y sostiene que teme represalias si el juicio no confirma la hipótesis del ex candidato.  


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Gustavo Prellezo espera con ansiedad. Está acusado de ser "coautor" del secuestro y asesinato de José Luis Cabezas. En apenas dos días va a saber  si pasará el resto de su vida en la cárcel. Durante 31 jornadas del juicio oral fue el único de los acusados que anotó minuciosamente lo que sucedía. Tiene la cara pálida y la mirada medio perdida. Los ojos pequeños --que conservan un brillo nervioso-- y la nariz aguileña le dan un aire parecido a un pájaro enjaulado. Sabe que su suerte está echada, y aprovecha cada ocasión para disparar contra el ex gobernador Eduardo Duhalde. "Es una persona ambiciosa, de mucho poder", define al ex candidato presidencial, de quien teme represalias. "Si a partir de ahora me pasa algo, a mí o a mi familia, el responsable es él", advierte, en una entrevista con Página/12. Y sostiene que a Cabezas lo mataron oficiales de la Bonaerense "por más que una foto".

  --¿Tiene pruebas para demostrar que Duhalde le ofreció una condena menor si mencionaba a Yabrán, si admitía alguna participación en el crimen y haber visto la cámara fotográfica?

  --Duhalde no vino a hablar conmigo a la cárcel. Siempre lo hizo por intermedio de mis abogados, que en ese momento eran (Hernán) Mestre y (David) Lettieri. Mestre ya dijo que sí en un reportaje, y en el juicio oral Lettieri volvió a confirmar que por medio suyo se hicieron toda clase de propuestas. Desde la gobernación siempre me quisieron infiltrar. Me mandaron un abogado, de apellido Giardina, para ofrecerme un arreglo. Me presionaron, me hicieron ofrecimientos deshonestos. Yo siempre dije: "Déme algo escrito". "No, escrito no se puede dar nada", me contestaron. "Vamos a poner una persona de confianza de los dos que sea fiador del pacto", dije. "No, esto es creer o perder la oportunidad. Además, vos no tenés alternativa." Pensé que me iban a cagar, pero no podía no aceptar, estando mi hija de por medio.

--El miércoles usted tenía en sus manos el libro El otro, que escribió Hernán López Echagüe, sobre Duhalde. ¿Por qué lo está leyendo?

  --En las primeras páginas habla del "Hombre Corcho" y del papel del periodismo. Es muy interesante. Confirma muchas cosas que íntimamente yo sabía porque las viví en carne propia. Por ejemplo, cuando me hizo todas las propuestas que mandó hacer, cuando me extorsionó moralmente con mi mujer y con mi hija, cuando mandó a Fogelman a detener a mi padre.

  --¿Cómo puede probar que Viglianco y Miniscarco le ofrecieron un millón de pesos si aceptaba la autoría del crimen?

  --Bueno, en realidad el ofrecimiento me lo hizo Fogelman, y ellos me apretaron para que aceptara.

  --¿Podría describir el momento en que Fogelman le ofreció el dinero?

  --Me llevó a una oficina y me dijo: "Bueno, mirá, habría un millón de dólares, sería una condena menor, estamos tratando la ley del arrepentido". Me hacían cuentas con el "dos por uno". 

  --¿Tiene miedo?

  --Usted sabe muy bien que enfrentarse con el poder es peligroso. En una cárcel te matan por dos atados de cigarrillos. Tengo miedo por la gente que está afuera, que no tiene la protección que yo tengo. Por mi familia. Hay mucha gente que apostó fuerte a que salgamos condenados y a la versión de los "horneros".

  --¿Qué gente?

  --Duhalde, ni hablar. Está atado a este juicio. Duhalde, el primer día, dijo: "Esto se esclarece sí o sí". Y dijo: "Si este juicio no se esclarece, yo no puedo ser presidente".

  --¿Sigue pensando que la sentencia ya está escrita?

  --Sí, por dos cosas. Primero, porque la Cámara ya se expresó en los hábeas corpus, donde dio una posición que ahora no puede contradecir. El otro problema es que, si las declaraciones de los "horneros" son mentiras, como sostenemos, ¿qué quedaría en el juicio? Nada. El periodismo diría: "¿Qué estuvieron haciendo tres años? Tapando la pista policial". (Oscar) Viglianco y (Víctor) Fogelman no le aplicaron el Excalibur a sus teléfonos celulares, ni a otros policías. Ahora hay sospechas, pero --si hubiesen investigado bien-- no habrían dudas. Porque cuando el Chorizo Rodríguez fue al juzgado, le tomaron declaración testimonial así nomás. Ese "gordito cara de bueno" que es (José Luis) Costa (el comisario a cargo del sistema informático Excalibur) hacía seguir a los periodistas y les tenía chupados los teléfonos.

  --Una de las partes querellantes pidió que se investigue al comisario Oscar Viglianco por posible participación en el crimen. ¿Qué le parece?

  --Habiendo sido investigador y amigo de Fogelman, Viglianco seleccionaba las pruebas que incorporaba, las líneas de investigación que les interesaban. Con lo poco que hay en contra él, se lo quiere investigar como partícipe. Si la investigación hubiese sido hecha por la Policía Federal, Viglianco estaría en el banquillo de los acusados.

  --¿Qué es lo que faltó investigar?

  --La investigación murió en un oficial principal, en un inspector y en un ayudante. No hay nadie de jerarquía preso. Viglianco dijo que a la víctima la reconoció por la ropa, pero Cabezas estaba carbonizado. Cuando se lo apuró, dijo que por el taco. El testigo Guevara --que encontró el cadáver en la cava-- dijo que era una mujer, porque pensó que era un taco de mujer. Viglianco ya tenía la bola mágica.

  --¿Quiénes son los que lo están mirando por televisión?

  --Los autores, obviamente. Yo estimo que fue la policía. Porque el testigo que al final no se animó a decir lo que sabía, Marcelo Barraza, que se me quedó atragantado, dijo que detrás de los móviles que iban hacia la cava, el último era un patrullero. Y los panaderos Giménez dicen que a los cinco minutos de producirse el secuestro pasó un patrullero a todo lo que da, a contramano. A ese patrullero no lo justificó nadie. Fue el patrullero fantasma.

  --Si fue la policía, ¿por qué asesinaría a José Luis Cabezas?

  --Por más que una foto. Por algo que él decía que había descubierto. Algo que iba a ser tapa, muy grosso, como dijeron acá algunos testigos. Yo estimo que es la policía, pero no quito otras posibilidades. Pero resulta que cuando los "horneros" se hacen confesos, se cerraron todas las otras líneas de la investigación. 

  --¿Usted se arrepiente de algo?

  --Sí, de haberme vinculado con esta gente. Con los "horneros". De haber accedido de llevarlos a Pinamar. Pero yo no maté a José Luis Cabezas, ni ordené que lo mataran. En el supuesto caso en que hubiese intentado algo, no lo hubiese intentado con ellos. Una persona de la fuerza busca gente de la fuerza. Si del expediente sacaran las declaraciones de los cuatro "horneros" y se pusieran a buscar un responsable con el resto, se llegaría a otra conclusión. Hay un montón de elementos raros. Pero yo nada puedo decir, ni de Archuvi, ni de Ríos, ni del Chorizo Rodríguez.

  --¿Quién hizo desaparecer las fotos del peaje que está en la ruta?

  --(Luis) Vicat, trabajando para la Secretaría de Seguridad.

  --¿Por qué desaparecieron esas fotografías?

  --Porque han sacado las fotos de algún jefe o algún participante real del hecho que no debía aparecer. Porque, además, a los que fueron a comprar la nafta, que no eran de Pinamar, el video de la estación de servicio los filmó. Ahí debe estar la cara de Sthoge, o vaya a saber quién, que quedó escrachado. Por eso, fueron un día e hicieron un acta, firmada por funcionarios policiales, que decía que en la estación de servicio no había video. Eso lo hizo gente a las órdenes de Viglianco, creo que su segundo jefe. Ahí había caras que no debían figurar. Si hubiese estado la cara de Prellezo, ese video lo hubieran editado en todo el país.

  --Recién dijo que en esas fotos podía estar la cara de un jefe policial.

  --¿A usted le parece que esto es cosa de vigilantes? Los dos llamados que no se contestaron, se habla de la "zona liberada", la autopsia trucha, mandaron gente de Inteligencia a la autopsia. ¿Qué caso resonante en los que intervino Inteligencia se resolvió? Le puedo nombrar: Carrasco, María Soledad. En todos los casos en los que interviene Inteligencia es para "embarrar", no para esclarecer.

  --¿Qué va a pasar con el ex comisario Alberto Gómez?

  --Estuvo cinco años en Pinamar respaldado por la Jefatura, por Pedro Klodczyk, que hasta hizo declaraciones sobre él.

Entrevista: Martín Piqué.

El miércoles es el día D

El tribunal que juzga a los nueve imputados por el homicidio del fotógrafo José Luis Cabezas delibera contra reloj para emitir el miércoles su veredicto. Ocho de los nueve imputados fueron acusados por los fiscales Eduardo Campos Campos, Claudia Castro y Felipe De Felitto como coautores de los delitos de "privación ilegal de la libertad calificada y homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso real de dos o más personas".

  Los representantes del Ministerio Público pidieron para los ex policías Gustavo Prellezo, Sergio Camaratta y Aníbal Luna; para Gregorio Ríos, el ex jefe de seguridad del empresario Alfredo Yabrán, y para los cuatro integrantes de la banda de Los horneros, Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, condenas de reclusión perpetua.

  La restante imputada, la ex esposa de Prellezo y ex policía Silvia Belawsky, fue acusada en cambio de participación secundaria en el homicidio y por eso los fiscales solicitaron una pena de 15 años de prisión.

  Según fuentes judiciales, los jueces darán a conocer el miércoles al mediodía un fallo condenatorio, pero se estima que podrá haber algunos cambios en la calificación penal de las imputaciones en el caso de algunos de los acusados.

  Sería el caso de Belawsky, a quien podría corresponderle sólo el cargo por el delito de estafa, a raíz de la supuesta falsa denuncia del robo de un automóvil Fiat Uno blanco, que su ex marido Prellezo habría utilizado para el crimen. Si fuera así, la ex policía sería la primera imputada en recuperar la libertad, aunque difícilmente antes de dos años, si se le computa el tiempo que lleva detenida como procesada, por la ley del dos por uno.

  Las defensas de todos los acusados pidieron directamente al tribunal la absolución de sus clientes. Los camaristas Raúl Begué, Jorge Dupuy y Susana Yaltone deberán resolver no sólo sobre la culpabilidad o inocencia de los acusados sino también sobre diversos planteos de nulidad y sobre el pedido para que se investiguen las conductas de algunos testigos, ante la posibilidad de que hayan incurrido en falso testimonio. 

 

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