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--¿Tiene pruebas para
demostrar que Duhalde le ofreció una condena menor si mencionaba a Yabrán,
si admitía alguna participación en el crimen y haber visto la cámara
fotográfica?
--Duhalde no vino a hablar conmigo a la cárcel. Siempre lo hizo
por intermedio de mis abogados, que en ese momento eran (Hernán) Mestre y
(David) Lettieri. Mestre ya dijo que sí en un reportaje, y en el juicio
oral Lettieri volvió a confirmar que por medio suyo se hicieron toda
clase de propuestas. Desde la gobernación siempre me quisieron infiltrar.
Me mandaron un abogado, de apellido Giardina, para ofrecerme un arreglo.
Me presionaron, me hicieron ofrecimientos deshonestos. Yo siempre dije:
"Déme algo escrito". "No, escrito no se puede dar
nada", me contestaron. "Vamos a poner una persona de confianza
de los dos que sea fiador del pacto", dije. "No, esto es creer o
perder la oportunidad. Además, vos no tenés alternativa." Pensé
que me iban a cagar, pero no podía no aceptar, estando mi hija de por
medio. --El miércoles usted tenía en
sus manos el libro El otro, que escribió Hernán López Echagüe, sobre
Duhalde. ¿Por qué lo está leyendo?
--En las primeras páginas habla del "Hombre Corcho" y
del papel del periodismo. Es muy interesante. Confirma muchas cosas que íntimamente
yo sabía porque las viví en carne propia. Por ejemplo, cuando me hizo
todas las propuestas que mandó hacer, cuando me extorsionó moralmente
con mi mujer y con mi hija, cuando mandó a Fogelman a detener a mi padre.
--¿Cómo puede probar
que Viglianco y Miniscarco le ofrecieron un millón de pesos si aceptaba
la autoría del crimen?
--Bueno, en realidad el ofrecimiento me lo hizo Fogelman, y ellos
me apretaron para que aceptara. --¿Podría describir el
momento en que Fogelman le ofreció el dinero?
--Me llevó a una oficina y me dijo: "Bueno, mirá, habría un
millón de dólares, sería una condena menor, estamos tratando la ley del
arrepentido". Me hacían cuentas con el "dos por uno".
--¿Tiene miedo?
--Usted sabe muy bien que enfrentarse con el poder es peligroso. En
una cárcel te matan por dos atados de cigarrillos. Tengo miedo por la
gente que está afuera, que no tiene la protección que yo tengo. Por mi
familia. Hay mucha gente que apostó fuerte a que salgamos condenados y a
la versión de los "horneros". --¿Qué gente?
--Duhalde, ni hablar. Está atado a este juicio. Duhalde, el primer
día, dijo: "Esto se esclarece sí o sí". Y dijo: "Si este
juicio no se esclarece, yo no puedo ser presidente". --¿Sigue pensando que la
sentencia ya está escrita?
--Sí, por dos cosas. Primero, porque la Cámara ya se expresó en
los hábeas corpus, donde dio una posición que ahora no puede
contradecir. El otro problema es que, si las declaraciones de los
"horneros" son mentiras, como sostenemos, ¿qué quedaría en el
juicio? Nada. El periodismo diría: "¿Qué estuvieron haciendo tres
años? Tapando la pista policial". (Oscar) Viglianco y (Víctor)
Fogelman no le aplicaron el Excalibur a sus teléfonos celulares, ni a
otros policías. Ahora hay sospechas, pero --si hubiesen investigado
bien-- no habrían dudas. Porque cuando el Chorizo Rodríguez fue al
juzgado, le tomaron declaración testimonial así nomás. Ese
"gordito cara de bueno" que es (José Luis) Costa (el comisario
a cargo del sistema informático Excalibur) hacía seguir a los
periodistas y les tenía chupados los teléfonos. --Una de las partes
querellantes pidió que se investigue al comisario Oscar Viglianco por
posible participación en el crimen. ¿Qué le parece?
--Habiendo sido investigador y amigo de Fogelman, Viglianco
seleccionaba las pruebas que incorporaba, las líneas de investigación
que les interesaban. Con lo poco que hay en contra él, se lo quiere
investigar como partícipe. Si la investigación hubiese sido hecha por la
Policía Federal, Viglianco estaría en el banquillo de los acusados. --¿Qué es lo que faltó
investigar?
--La investigación murió en un oficial principal, en un inspector
y en un ayudante. No hay nadie de jerarquía preso. Viglianco dijo que a
la víctima la reconoció por la ropa, pero Cabezas estaba carbonizado.
Cuando se lo apuró, dijo que por el taco. El testigo Guevara --que
encontró el cadáver en la cava-- dijo que era una mujer, porque pensó
que era un taco de mujer. Viglianco ya tenía la bola mágica. --¿Quiénes son los que
lo están mirando por televisión?
--Los autores, obviamente. Yo estimo que fue la policía. Porque el
testigo que al final no se animó a decir lo que sabía, Marcelo Barraza,
que se me quedó atragantado, dijo que detrás de los móviles que iban
hacia la cava, el último era un patrullero. Y los panaderos Giménez
dicen que a los cinco minutos de producirse el secuestro pasó un
patrullero a todo lo que da, a contramano. A ese patrullero no lo justificó
nadie. Fue el patrullero fantasma. --Si fue la policía, ¿por
qué asesinaría a José Luis Cabezas?
--Por más que una foto. Por algo que él decía que había
descubierto. Algo que iba a ser tapa, muy grosso, como dijeron acá
algunos testigos. Yo estimo que es la policía, pero no quito otras
posibilidades. Pero resulta que cuando los "horneros" se hacen
confesos, se cerraron todas las otras líneas de la investigación.
--¿Usted se arrepiente
de algo?
--Sí, de haberme vinculado con esta gente. Con los
"horneros". De haber accedido de llevarlos a Pinamar. Pero yo no
maté a José Luis Cabezas, ni ordené que lo mataran. En el supuesto caso
en que hubiese intentado algo, no lo hubiese intentado con ellos. Una
persona de la fuerza busca gente de la fuerza. Si del expediente sacaran
las declaraciones de los cuatro "horneros" y se pusieran a
buscar un responsable con el resto, se llegaría a otra conclusión. Hay
un montón de elementos raros. Pero yo nada puedo decir, ni de Archuvi, ni
de Ríos, ni del Chorizo Rodríguez. --¿Quién hizo
desaparecer las fotos del peaje que está en la ruta?
--(Luis) Vicat, trabajando para la Secretaría de Seguridad. --¿Por qué
desaparecieron esas fotografías?
--Porque han sacado las fotos de algún jefe o algún participante
real del hecho que no debía aparecer. Porque, además, a los que fueron a
comprar la nafta, que no eran de Pinamar, el video de la estación de
servicio los filmó. Ahí debe estar la cara de Sthoge, o vaya a saber quién,
que quedó escrachado. Por eso, fueron un día e hicieron un acta, firmada
por funcionarios policiales, que decía que en la estación de servicio no
había video. Eso lo hizo gente a las órdenes de Viglianco, creo que su
segundo jefe. Ahí había caras que no debían figurar. Si hubiese estado
la cara de Prellezo, ese video lo hubieran editado en todo el país. --Recién dijo que en
esas fotos podía estar la cara de un jefe policial.
--¿A usted le parece que esto es cosa de vigilantes? Los dos
llamados que no se contestaron, se habla de la "zona liberada",
la autopsia trucha, mandaron gente de Inteligencia a la autopsia. ¿Qué
caso resonante en los que intervino Inteligencia se resolvió? Le puedo
nombrar: Carrasco, María Soledad. En todos los casos en los que
interviene Inteligencia es para "embarrar", no para esclarecer. --¿Qué va a pasar con
el ex comisario Alberto Gómez?
--Estuvo cinco años en Pinamar respaldado por la Jefatura, por
Pedro Klodczyk, que hasta hizo declaraciones sobre él. Entrevista: Martín Piqué.
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