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Los barrabravas heridos se escaparon del hospital 

Fernando Di Zeo es uno de los jefes de la 12 que en el '99 se enfrentaron con los de Chacarita

Cuatro de los seis barrabravas de Boca heridos de bala en un enfrentamiento interno de la 12, en Mar del Plata, se escaparon del hospital. Curiosamente, no tenían custodia. De los otros dos, uno fue operado y su estado es de gravedad. 


Por Facundo Martínez 
Desde Mar del Plata

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Cuatro de los seis barrabravas de Boca heridos de bala durante el enfrentamiento armado que se produjo el sábado, a metros del estadio de esta ciudad, antes del superclásico, se fugaron en la madrugada de ayer del hospital Interzonal General, donde estaban internados, en observación. Curiosamente, por decisión del fiscal Gustavo Fissore, no estaban bajo custodia policial, pese a haber protagonizado un hecho de violencia. Personal del primer piso del hospital donde pasaron la noche los hinchas violentos relataron a Página/12 que "después de tomarles declaración, los fiscales dijeron que los pacientes quedaban en libertad".

  Las fugas comenzaron a las seis de la mañana, pero la policía recién fue informada pasadas las once, por un llamado desde un centro asistencial privado, por el que comunicaba que habían asistido a Fernando Di Zeo, uno de los jefes de la hinchada, herido de un balazo en el rostro, quien se había escapado del Hospital Interzonal en la madrugada, y en ese momento se encontraba viajando hacia Buenos Aires. En cuanto a los hinchas que permanecen internados, Miguel "de Lomas" Cedrón debió ser trasladado a una unidad de terapia intensiva en estado crítico: anoche fue operado y su estado era grave. José Luis Fernández, en tanto, continúa estable y bajo observación.

  Las fugas estaban cantadas, pero la policía dice que no custodió ni detuvo el éxodo, porque no tenían la orden del fiscal. Durante toda la noche, más de cincuenta barrabravas se apostaron frente al hospital y hasta pudieron conversar con algunos de los heridos en sus habitaciones pese a la negativa del personal del hospital.

  La ausencia de custodia llamó la atención debido a que por la mañana, el fiscal tenía pensado interrogar al único detenido por la causa, Horacio Varela, a quien la policía detuvo mientras intentaba fugarse de lugar de los hechos en un taxi junto a Cedrón y a quien se le secuestro un revólver calibre 38, con cinco balas servidas. La declaración indagatoria a Varela, según dijeron a Página/12 fuentes policiales, podría llegar a comprometer al resto de sus compañeros, por lo que no se explica por qué los heridos fueron dejados sin custodia policial.

  Cerca de las 6, Di Zeo y Roberto Ibáñez abandonaron sus camas en el primer piso del hospital. El primero fue hasta el Hospital Privado de la Comunidad, mientras que el segundo se fugó en un auto que lo esperaba afuera. Ibáñez tiene un balazo en la parrilla costal, con orificio de salida. Los otros dos barrabravas que se fugaron, Jorge Cabral Machado y su hijo Leonardo Cabral, lo hicieron apenas unos minutos antes de las 10. Los médicos que estuvieron de guardia durante la noche habían informado que sobre estas dos personas pesaba una orden de detención librada por la policía. "Prácticamente se fugaron, el más chiquito estaba muy intranquilo, muy agresivo", le dijo a Página/12 una de las enfermeras del pabellón. 

  Consultados sobre las fugas, personal de la comisaría 3ª de esta ciudad informó que el fiscal Fissore aún no había ordenado la detención de ninguno de los barrabravas, a excepción de Varela, quien permaneció toda la noche en la comisaría y a la mañana fue trasladado a los tribunales donde prestó declaración indagatoria.

  Varela está "sospechado de tenencia de arma de guerra". La fuente policial consultada informó que "por las características del hecho, el fiscal podría pasar la causa a la Justicia federal". La policía informó también que el dueño del automóvil del que los barrabravas extrajeron al menos una de las armas, Salvador Eugenio Tapia, "no se presentó a declarar en la comisaría --donde quedó secuestrado el auto y su puesto de choripanes-- y tampoco lo encuentran".

  El médico Teófilo Mutka, jefe de guardia del hospital, informó anoche que Cedrón, de 48 años, pasó a terapia intensiva con un cuadro de distrés respiratorio. "Está en observación y estado delicado. Tiene una herida de bala que le cruza todo el abdomen, con posibilidades de complicaciones, por lo que corre riesgo de vida", dijo. Fernández, en tanto, tiene una herida de bala en la región lateral izquierda del cuello y está en observación.

 

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